El Carnaval de Venecia alcanzó su máximo apogeo en el siglo XVIII cuando la aristocracia europea acudía a la ciudad para disfrutar del anonimato que proporcionaban las máscaras y liberarse de las restricciones de su clase. Aunque la fiesta perdió fuerza con la decadencia de Venecia, se prohibió definitivamente en el siglo XX bajo el gobierno fascista de Mussolini, aunque se restableció oficialmente en 1979 y hoy en día atrae a muchos turistas, aunque sin la libertad
1. La Historia Del Carnaval De Venecia
No fue hasta inicios del siglo XIII cuando se declaró al Carnaval como festividad
pública, alcanzando su época de máximo apogeo en el siglo XVIII. En aquella
época acudían aristócratas provenientes de todas partes y no era raro que los
príncipes y nobles europeos se escaparan a Venecia para divertirse y disfrutar
del anonimato proporcionado por las máscaras.
Las máscaras venecianas tradicionales estaban elaboradas con papel-maché,
predominando los colores blancos, plateados y dorados. Asimismo, estaban
decoradas con lazos, telas, piel o gemas, y su demanda no hacía más que
crecer, lo que dio origen a la figura del hacedor de máscaras, artesanos que
eran muy respetados en la ciudad. El Carnaval era la época del año en la que
todo estaba permitido. Ocultos bajo el anonimato de las máscaras, las clases
nobles (y no tan nobles) daban salida a sus más bajos instintos. El inicio del
Carnaval Veneciano lo marcaba el día de Santo Stefano (26 de diciembre), día a
partir del cual estaba permitido llevar máscaras, durando esta permisión hasta
el miércoles de ceniza.
2. Sin embargo, en la época de mayor apogeo, las fiestas llegaban a prolongarse
durante cuatro meses e incluso seis meses, con los venecianos portando
máscaras hasta bien entrado el mes de junio. Más adelante llegó a permitirse
también el uso de máscaras entre el 5 de octubre y el 16 de diciembre,
convirtiendo a Venecia en la ciudad del carnaval perpetuo.
El objetivo de los Carnavales era dar salida a las pulsiones y deseos corporales,
estimulando a los ciudadanos al exceso durante un período determinado de
tiempo. Venecia era una sociedad muy oligárquica, y el carnaval servía para dar
a las clases humildes la ilusión de ser iguales a los poderosos, cubriendo ambos
su rostro con una máscara. No obstante, como ya hemos comentado, también
permitía a los poderosos liberarse de las ataduras morales propias de su clase.
La festividad del Carnaval comenzó a perder fuelle con la decadencia de la
ciudad y la pérdida de poder de sus ciudadanos. Hacia el siglo XVIII, la
Serenísima República de Venecia no era más que una pálida sombra de lo que
llegó a ser.
La república desapareció finalmente en 1797, conquistada por Napoléon
Bonaparte. Su territorio fue repartido entre Francia y Austria, y la fiesta del
Carnaval derogada. Aunque los sucesivos gobiernos la permitieron
puntualmente, nunca tuvo la fuerza de antaño. Finalmente, la fiesta fue
prohibida de forma definitiva en el siglo XX por el gobierno fascista de
Mussolini.
3. La festividad permanecería semienterrada hasta 1979, época en que fue
restablecido de nuevo de forma oficial, con la apertura de nuevas tiendas de
máscaras.
Desde entonces, cada año es mayor el número de turistas de todo el mundo
que se acercan a Venecia en estas fechas. Esto provoca en muchos casos la
huida masiva de los habitantes de la ciudad, que parten en busca de destinos
más tranquilos.
El Carnaval ha recuperado parte de su esplendor, convirtiéndose en un enorme
atractivo turístico para la ciudad, pero sin la libertad y desenfreno de antaño.