2. A lo largo de la historia se ha concluido que la
paz puede y debe aprenderse, y para hacer
esto posible se ha de supeditar en el proceso
educativo la comunicación de conocimientos,
con la invención, abstención de ciertos hábitos/
rutinas y con una serie de pautas y valores.
Hay quien también opina que la paz no puede
adquirirse a través de la educación “no se
puede educar a nadie para la paz.
Siempre ha existido cierto interés y anhelo por
la paz, se sabe que el concepto de su
educación específica tiene sus orígenes
filosóficos mucho más antiguos a una década.
3. La paz es el proceso de
búsqueda de justicia en
los diferentes niveles de
relación humana.
Este es un concepto
dinámico el cual nos
lleva a hacer brotar,
arrostrar y solventar los
conflictos de manera no-
violenta, con el fin de
alcanzar una concordia
de la persona consigo
misma, con la
naturaleza y con los
demás.
4. La investigación para la paz tiene un carácter
desusado en cuando a disciplina con
demanda científica.
Pretende introducir introspección en la
ciencia, divisar las causas de la guerra y de
la violencia para socavar su autenticidad
como instrumento político y fomentar así
condiciones de paz.
Entre sus características definitorias
destacan: “interdisciplinariedad,
transdisciplinariedad, carácter normativo,
orientación hacia la acción, su naturaleza
internacional y la búsqueda de receptores
diversos.”
5. A.J. Muste (1885 – 1967) dijo: ”No hay un
camino hacia la paz, la paz es camino”.
Por ello, la reiteración en la educación para
la paz radica tanto en su método como en su
contenido.
La paz no es una meta, sino un proceso, por
el que hay que aprender a entrar en los
conflictos y resolverlos de forma positiva sin
usar la coacción.
6. La idea de educar contra
la armonización, para la
rebeldía, está
abismalmente adaptado
en la filosofía y práctica
no violenta.
La educación debe estar
orientada a finalizar con
la guerra, por lo que ha
de compaginar “la
capacidad de rebeldía y
regular los conflictos por
métodos incruentos”, así,
se debe hacer aflorar los
conflictos en la
educación, incluso
engendrarlos.
7. Desdeel entorno inmediato se pueden tratar
temas y actividades como:
El entorno escolar: buscar dónde y cómo surgen
los conflictos y buscar soluciones a ellos.
En la familia: se pueden comparar las familias
actuales con las de antes para ver los lados
positivos y negativos de cada una.
La ciudad y el barrio: se pueden analizar las
relaciones que entabla la gente del barrio, para
esto se puede observar el ambiente en los bares,
la frecuencia de peleas, las situaciones
agresivas,…
8. Las personas y el medio
ambiente: se pueden
observar las principales
zonas de contaminación y
pensar soluciones para
evitar este problema.
La televisión: se pueden
analizar los diferentes tipos
de programas que se
emiten por televisión. Si
son de violencia, agresivos,
educativos, etc., y ver a
que hora se emiten cada
uno de ellos, para saber si
se emiten a las horas
adecuadas.
9. El
trabajo de educar para que se desarrolle la
paz no es nada sencillo, por eso requiere varios
procesos. Pero, ¿por qué educar para la paz?
Educamos para la paz puesto que en la sociedad
que nos rodea existe un panorama antipacitista,
que llega desde distintos medios: como puede
ser la televisión, Internet, culturas dominantes…
cuyo papel es negativo para el progreso
adecuado de la sociedad en torno a la búsqueda
de la paz en el mundo y el bienestar común.
10. En definitiva, lo que se pretende educando para
la paz es resolver no-violentamente los
conflictos personales, sociales y ambientales
hasta conseguir la triple armonía: la personal,
la social y la ambiental.
Este proceso busca un buen crítico deseado y
hecho para satisfacer una tendencia humana
perfeccionista en la cual se busca no solo la
verdad sino el bienestar común.