El poema de Fray Luis de León alaba la música de su amigo Francisco Salinas, describiendo cómo su música eleva el espíritu más allá de lo terrenal y acerca al alma a la música divina de Dios. El poema utiliza recursos literarios como la personificación y la hipérbole para describir los efectos tranquilizadores y gloriosos de la música de Salinas. Está estructurado en 10 estrofas de cinco versos con esquema métrico heptasílabo y endecasílabo.