2. La Santa Misa
Jesús, antes de subir a los cielos, quiso dejar
a la Iglesia un sacramento que perpetuase
el sacrificio de su muerte en la cruz.
Por eso antes de comenzar su pasión, se
reunió con los Apóstoles para cenar con
ellos, y durante esa cena instituyó el
sacramento de la Eucaristía, convirtiendo
el pan en su Cuerpo y el vino en su
Sangre, y se los dio a comer y a beber.
Luego les dijo: “Hagan esto en memoria mía”
. Con estas palabras, hizo a los Apóstoles
partícipes de su sacerdocio y les dio el
poder de consagrar el pan y el vino, lo
mismo que él había hecho.
3. La Última Cena del Señor
Jesús, en la Última Cena, dio su
sentido definitivo a la pascua
judía, en la que se sacrificaba un
cordero y se comía su carne, en
memoria de la liberación de la
esclavitud de los judíos en
Egipto.
Cristo, el Cordero de Dios, ofreció
su cuerpo y su sangre, que
serían inmolados en la cruz. Así
la pascua judía era sustituida
para siempre por la Nueva
Pascua.
En la celebración de la Eucaristía,
en cada misa, Cristo renueva su
4. ¿Quién puede celebrar la
Santa Misa?
Solamente los
sacerdotes pueden
celebrar la Santa
Misa, pues solo ellos
pueden actuar
personificando a
Cristo (“in persona
Christi”), cabeza de
la Iglesia.
5. ¿Cuáles son los fines por los
que se ofrece la Santa Misa?
Los fines por los que
se ofrece la Santa
Misa son cuatro:
adorar a Dios,
agradecerles sus
beneficios
pedirle dones y
gracias,
satisfacer por
nuestros pecados.
6. Signos y rito
La misa tiene su ritual propio.
Allí estamos todos reunidos por el Señor, para
celebrar su triunfo, que nos ha liberado de
toda esclavitud.
Reconocemos nuestra realidad de pecadores
Pedimos perdón
Proclamamos la Palabra de Dios
Hacemos una plegaria de acción de gracias al
Padre por todos su beneficios, sobre todos por
el don que nos ha hecho de su Hijo.
El sacerdote consagra el pan y el vino dentro
de esa plegaria
Participamos en el banquete litúrgico
comulgando el Cuerpo y la Sangre del Señor
7. ¿Qué es la Eucaristía?
Es el sacramento del cuerpo y la sangre de
Jesucristo bajo las especies de pan y vino.
Por medio de la consagración se da la
transustanciación: el sacerdote
convierte realmente el pan y vino ofrecido en
el altar en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Es el sacramento de la plenitud hacia la que
nos conduce el Espíritu para que,
identificados con Jesús en ella, lleguemos
al Padre con él.
Es el alimento del alma. Así como nuestro
cuerpo necesita comer para vivir, para no
estar débil sino fuerte, para no estar
8. ¿Qué significa
transustanciación?
Es lo que se produce en el momento de la
consagración cuando el sacerdote dice
“esto es mi cuerpo” y “este es el cáliz de
mi sangre”.
Y así, bajo las especies consagradas del
pan y del vino, Cristo mismo, vivo y
glorioso, está presente de manera
verdadera, real y sustancial, con su
cuerpo, su sangre, su alma y su
divinidad.
9. La Eucaristía es
SACRIFICIO
Se nos habla de sangre derramada y de que
estamos anunciando la muerte del Señor:
Mientras comían, Jesús tomó pan,
pronunció la bendición, lo partió y lo dio a
sus discípulos, diciendo: “Tomen y coman;
esto es mi cuerpo”. Después tomó una
copa, dio gracias y se la pasó diciendo:
“Beban todos de ella: esto es mi sangre, la
sangre de la Alianza, que es derramada
por muchos, para perdón de sus pecados”
(Mt 26,26-28).
“Fíjense bien: cada vez que comen de este
pan y beben de esta copa están
10. La Eucaristía es COMIDA
Hay que comer la Carne y beber la Sangre del Hijo
del hombre para tener vida, permaneciendo
unidos a él:
“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que
coma de este pan vivirá para siempre.
En verdad les digo que si no comen la carne del
Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen
vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi
sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el
último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es
verdadera bebida. El que come mi carne y bebe
mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el
Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el
Padre, así quien me come vivirá por mí. Este es
11. La Eucaristía es PRESENCIA
REAL DE CRISTO
Después de la consagración, Jesús está
realmente presente en la Eucaristía: lo
que parece pan y vino es el Cuerpo y la
Sangre del Señor.
Jesús está presente en la Eucaristía con
su cuerpo, sangre, alma y divinidad.
12. La Eucaristía es
EXIGENCIA
Además de ser una obligación grave asistir a la Santa Misa los
domingos y fiestas de precepto -a menos que se esté
impedido por una causa grave-, es también un acto de amor,
como respuesta agradecida ante el inmenso don que significa
que Dios se haga presente en la Eucaristía.
Exige fidelidad en el amor: no podemos mezclar a Dios
con el pecado.
“No pueden beber al mismo tiempo de la copa del Señor y de
la copa de los demonios, ni pueden tener parte en la mesa del
Señor y en la mesa de los demonios.” (1Cor 10,21).
Exige unidad dentro de la Iglesia
“Así, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, porque el pan
es uno y todos participamos del mismo pan.” (1Cor 10,17).
Exige hacer partícipes a los hermanos de nuestros bienes
“Ustedes, pues, se reúnen, pero ya no es comer la cena del
13. ¿Qué significado tiene la
Eucaristía?
La eucaristía contiene todo el bien espiritual
de la Iglesia que es el mismo Cristo; por
ello es el corazón y la cumbre de toda la
vida cristiana. Por tanto los demás
sacramentos y todas las acciones
eclesiales están ordenados a ella.
Dice el Vaticano II:
“Participando del sacrificio eucarístico, fuente
y cima de toda vida cristiana, ofrecen a
Dios la víctima divina y a sí mismos
juntamente con ella; y así, tanto por la
oblación como por la sagrada comunión,
todos toman parte activa en la acción
14. El nombre de este
sacramento
La riqueza inagotable de este sacramento
se expresa mediante los distintos
nombres que se le da. Cada uno de
esos nombres evoca algunos de sus
aspectos. Se le llama:
-Eucaristía -Banquete del
Señor
-Fracción del pan -Asamblea
eucarística
-Memorial -Santo Sacrificio
-Santa y divina liturgia -Comunión
15. Eucaristía
Porque es una acción de
gracias a Dios.
Las palabras
eucharistein y
eulogein recuerdan
las bendiciones judías
que proclaman –sobre
todo durante la
comida- las obras de
Dios: la creación, la
redención y la
santificación.
16. Banquete del Señor
Porque se trata de
la cena que el
Señor celebró con
sus discípulos la
víspera de su
pasión y de la
anticipación del
banquete de
bodas del cordero
en la Jerusalén
17. Fracción del pan
Porque este rito, propio del banquete judío,
fue utilizado por Jesús cuando bendecía y
distribuía el pan como cabeza de familia,
sobre todo en la ultima cena.
En este gesto los discípulos lo van a
reconocer después de su resurrección, y
con esta expresión los primeros cristianos
designaron sus asambleas eucarísticas.
Con él se quiere significar que todos los que
comen de este único pan, partido, que es
Cristo, entran en comunión con él y
forman un solo cuerpo en él.
19. Memorial
Porque con él, evocamos
la pasión y la
resurrección del Señor.
La diferencia entre el
sacrificio de la cruz y el
de la eucaristía está en
que en la cruz Cristo se
ofreció cruentamente y
en la eucaristía se
ofrece de manera
incruenta.
20. Santo Sacrificio
Porque actualiza el único sacrificio de Cristo
Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia.
Se le llama también santo sacrificio de la misa,
sacrificio de alabanza, sacrificio espiritual,
sacrificio puro y santo, puesto que completa
y supera todos los sacrificios de la Antigua
Alianza.
21. Santa y divina liturgia
Porque toda la liturgia de la Iglesia encuentra
su centro y su expresión más densa en la
celebración de este sacramento; en el
mismo sentido se le llama también
celebración de los santos misterios.
Se habla también del Santísimo Sacramento
porque es el Sacramento de los
Sacramentos. Con este nombre se designan
las especies eucarísticas guardadas en el
sagrario.
23. Santa Misa
Porque la liturgia
en la que se
realiza el
misterio de la
salvación se
termina con el
envío de los
fieles (“missio”)
a fin de que
cumplan la
24. La Santa Comunión
La Eucaristía es banquete sagrado pues
recibimos a Jesucristo como alimento de
nuestras almas.
La Comunión es recibir a Jesucristo
sacramentado en la Eucaristía; de manera que, al
comulgar, entra en nosotros mismos Jesucristo
vivo, verdadero Dios y verdadero hombre, con su
cuerpo, sangre, alma y divinidad.
La Eucaristía es la fuente y cumbre de la vida de
la iglesia, y también lo es de nuestra vida en
Dios. La Iglesia manda comulgar al menos una
vez al año, en estado de gracia; recomienda
vivamente la comunión frecuente y, si es posible,
siempre que se asista a la Santa Misa, para que
la participación en al sacrificio de Jesús sea
completa.
25. Que cosas son necesarias para
comulgar
Para recibir la Sagrada Comunión se
requiere:
1. Saber a quién vamos a recibir
2. Encontrarse en estado de gracia
3. Guardar el ayuno eucarístico
26. 1.- Saber a quién vamos a
recibir
La Hostia consagrada no es una "cosa",
aunque lo parezca; es una Persona
Divina, es Jesús vivo y verdadero.
La Sagrada Comunión es recibir al
mismo Jesucristo presente en la
Eucaristía.
Jesucristo está en la Eucaristía
verdadera, real y sustancialmente
presente, todo entero, vivo y glorioso,
con su cuerpo, sangre, alma y divinidad,
bajo cada una de especies y bajo
27. 2.- Encontrarse en estado
de gracia
Al banquete de la familia al que están
invitados los hijos, hay que ir como hijos,
es decir, en gracia de Dios, ya que la
gracia es lo que nos da la filiación divina.
Si uno tiene conciencia de estar en pecado
mortal o de vivir en situación irregular, no
debe acercarse a comulgar sin haber
recibido antes la absolución en el
sacramento de la reconciliación, o sin
haber solucionado antes su situación
irregular. Para comulgar no basta el acto
de contrición.
El que comulga en pecado mortal comete
28. Los que viven
irregularmente
Vivir la fe supone una vida coherente con ella.
Las siguientes personas católicas están viviendo
irregularmente como miembros de la Iglesia y
no pueden acercarse a comulgar:
Los casados solo civilmente
Los divorciados vueltos a casar
Los que viven juntos sin ninguna formalidad
eclesiástica y civil
Quienes están provocando situaciones de
injusticia o manifiestan claramente actitudes
en contra de la fe, más si se trata de
29. 3.- Guardar el ayuno
eucarístico
Consiste en abstenerse de tomar
cualquier alimento o bebida, al menos
desde una hora antes de la Sagrada
Comunión, a excepción del agua y de
las medicinas.
Los enfermos pueden comulgar aunque
hayan tomado algo en la hora
inmediatamente anterior.
30. La primera comunión
La primera comunión es la
celebración católica de la primera vez que
alguno o algunos de sus fieles reciben
el sacramento de la Eucaristía.
Se debe recibir cuando se comienza a tener
uso de razón, lo cual se supone a partir de
los siete años; habiendo recibido
previamente la preparación oportuna y el
sacramento de la penitencia.
Aunque es lícito que se reciba a cualquier
edad, siempre y cuando quien lo vaya a
recibir tenga la preparación pertinente para
comprender este sacramento.
Una vez recibido el sacramento de la
Eucaristía por primera vez, la Iglesia invita a
31. Los frutos de la comunión
Acrecienta nuestra unión con Cristo
“Quien come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56)
Nos separa del pecado
No puede unirnos a Cristo sin purificarnos al
mismo tiempo de los pecados cometidos y
preservarnos de futuros pecados.
Forja la unidad del cuerpo místico y construye la
Iglesia
Cristo une a los que lo reciben a todos los demás
fieles en un solo cuerpo: la Iglesia
Entraña un compromiso a favor de los pobres
Para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de
Cristo entregados por nosotros, debemos
reconocerlo en los más pobres, sus hermanos.
32. Solemnidad de Corpus
Christi Se celebra el jueves que sigue a la solemnidad de
la Santísima Trinidad
Se comenzó a celebrar en Lieja en 1246, siendo
extendida a toda la Iglesia occidental por el Papa
Urbano IV en 1264, teniendo como finalidad
proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo
en la Eucaristía.
Presencia permanente y substancial más allá de
la celebración de la Misa y que es digna de ser
adorada en la exposición solemne y en las
procesiones con el Santísimo Sacramento.
Este es el día de la eucaristía en sí misma,
ocasión para creer y adorar, pero también para