1. EL ACOSO ESCOLAR
No es un juego de niños
Oh sí, me acuerdo, ¿cómo iba a olvidar?
Me acuerdo de cómo temblaba
Cuando le empujábamos contra los muros cubiertos de guijarros
“Es por tu bien” le decíamos; ya sabes, “la supervivencia del más fuerte”
El sentimiento de poder en mi interior se extendía como un cáncer
Podrías decir que Yo, Jonesy y Bruce éramos brutales, a nuestro modo.
Nadie nos controlaba, nosotros les controlábamos a ellos.
Y ¡Dios!, cómo controlábamos al pequeño Sam Thompson.
Pero no importa, Nosotros éramos hombres…..}
Nunca pensábamos que llegaríamos tan lejos; le estábamos haciendo un favor.
De todos modos, no llegaría a ningún sitio en la vida.
Cada puñetazo era una lección, cuando se agachaba e intentaba protegerse de nosotros,
Le insultábamos y nos burlábamos de sus fracasos.
Y sí, en aquel último día, mientras corría y se caía, le aporreábamos como si fuera de arcilla.
Cada puñetazo, cada insulto, cada empellón, cada caída nos hacía un poco más mayores y más
fuertes. Honorables.
Y sí, éramos grandes, poderosos, éramos los campeones del mundo. Nosotros éramos hombres.
Eso fue hasta el día siguiente, cuando sacaron su pequeño cuerpo frío y azul del canal.
Éramos hombres
(Jack Fox)