La Batalla de Inglaterra se libró entre julio de 1940 y mayo de 1941, cuando solo el Reino Unido resistía el avance nazi en Europa luego de que Francia firmara un armisticio. Hitler pretendía conquistar Inglaterra mediante una ofensiva aérea, pero sus aviones tenían que recorrer largas distancias y carecía de preparación naval, por lo que no pudo lograr su objetivo de someter al Reino Unido.