1. ESCUELANORMAL DE EDUCACIÓN PREESCOLAR
SEGUNDO SEMESTRE
MATERIA: LA TECNOLOGÍA INFORMÁTICA APLICADA A LA
EDUCACIÓN
TAREA: “COMUNIDADES VIRTUALES Y SU POTENCIAL
EDUCATIVO.”
PROFESOR: HÉCTORHERNÁN GÓNGORA LEÓN
ALUMNA: LETICIA NOEMÍ ZAVALA CASTILLO
5 DE JUNIO DEL 2015
2. COMUNIDADES VIRTUALES Y SU POTENCIAL EDUCATIVO.
Las llamadas comunidades virtuales son los espacios que se encuentran en
Internet destinados a facilitar la comunicación entre los miembros del grupo al que
pertenecen y que se encuentran en distintos puntos geográficos. Estos grupos se
forman, ya sea por valores o intereses comunes (por ejemplo: gustos, pasatiempos,
profesiones, etc.).
La meta de las comunidades consiste en crear valores a través del intercambio entre
los mismos miembros al compartir sugerencias, consejos o simplemente al debatir
un tema. También, este tipo de comunidades crea en sus miembros un sentimiento
de pertenencia y permite que el sitio web se desarrolle a través de un esfuerzo
colectivo.
Así, los integrantes colaboran a través de medios de comunicación como listas de
distribución, grupos de noticias, canales de chat, mensajería instantánea y otros
recursos compartidos como bibliotecas, juegos, documentos, etcétera.
Una gran comunidad de usuarios puede tornarse algo positivo para la imagen de un
sitio web, porque presenta un factor de atracción y otorga al usuario una sensación
de confianza. Sin embargo, si el ámbito de la comunidad no está correctamente
definido, pueden surgir divisiones y frustraciones. En ese caso, la comunidad corre
3. el riesgo de producir el efecto opuesto al deseado, el cual, sería transmitir una
imagen negativa.
Dentro de una comunidad virtual, existen 2 tipos
de roles que son asignados a los miembros del
grupo. Por un lado se encuentran los
administradores, que manipulan y coordinan la
comunicación y la información de la comunidad,
y por otro lado los participantes, que emplean
los recursos proporcionados por el administrador para llevar a cabo los fines
definidos.
Podemos clasificar las comunidades sociales en tres grandes categorías: de ocio,
profesionales y de aprendizaje. Aunque, algunos autores indican que pueden darse:
Geográficas: agrupan a las personas que viven o que se encuentran
interesadas en intercambiar información sobre una misma área geográfica.
Temáticas: orientadas a la discusión de un tema de interés común para los
usuarios.
Demográficas: reúnen usuarios de características demográficas similares.
De ocio y entretenimiento: dirigidas a aquellos cibernautas que ocupan su
tiempo libre en juegos en la red. Se crean por tipos de juegos como
estratégicos, de simulación, etc.
Profesionales: para aquellos expertos en una materia que desarrollan su
actividad concreta en un área profesional definida, generalmente asociada a
una formación superior. Especialmente en el caso de las profesiones
liberales, cuando se trabaja de manera independiente.
Gubernamentales: Los organismos gubernamentales han creado
comunidades virtuales a las que puede acudir el ciudadano para informarse
y/o discutir.
4. Eclécticas: son aquellas comunidades virtuales mixtas, que intentan un poco
de todo: zona de ocio, una vía de transmisión, comportamiento cultural, etc.
Para que las comunidades virtuales funcionen en forma de calidad, se mantengan
duraderas en el tiempo, y lleven a sus participantes a alcanzar productos
significativos, tienen que darse una serie de aspectos:
Accesibilidad, para que todos los miembros puedan tanto recibir, solicitar y
enviar información. Y ésta no debe entenderse exclusivamente por la
disponibilidad tecnológica, sino también por asumir principio de colaboración
entre los diferentes miembros; es decir, no ser lectores sino también actores,
no ser pasivos sino activos.
Asumir una cultura de participación y colaboración.
Necesidad de mínimas destrezas tecnológicas de los miembros. No
debemos olvidar que estamos hablando de una comunicación mediada por
ordenador.
Tener objetividad y tener fines claramente definidos, y ser conocidos por
todos sus miembros.
Tener una buena calidad de la información y contenidos relevantes, aunque
ello como es lógico suponer va a depender fundamentalmente de las
aportaciones de miembros de la comunidad, también va a estar muy
relacionado con aspectos como los anteriormente señalados.
Mínimas competencias tecnológicas de sus miembros.
Reglas claras de funcionamiento, y conocimiento de las mismas por los
miembros.
Y existencia de un sistema de comportamientos positivos, que sirva de
ejemplo de buenas prácticas del comportamiento a los miembros de la
comunidad virtual.
5. Con respecto a las comunidades virtuales que facilitan la educación de los
estudiantes, normalmente está destinado a motivar la participación del estudiante y
la colaboración no competitiva para lograr objetivos individuales de conocimiento.
Sin embargo, muchas comunidades de aprendizaje virtual no están creadas como
tal. Se limitan a crear mundos virtuales de gran contenido gráfico y visual, pero son
pobres en estimular la interacción social.
Por eso, no basta con publicar contenidos, lecturas y tareas en la Web. La creación
de una comunidad vibrante y significativa requiere de oportunidades de interacción
social entre los participantes. Es la única forma de crear confianza y respeto entre
los miembros de la comunidad para que se sientan pertenecientes a ella.
La creación de una comunidad virtual puede ser una solución ideal tanto en cursos
que requieren el desarrollo del pensamiento colaborativo y la toma de decisiones en
equipo, como en cursos que simplemente exponen contenidos para el aprendizaje
individual.
El concepto del estudio en cooperación normalmente tiene una acogida favorable
entre los participantes de un curso, ya sea presencial o virtual. Muchas veces, al
evaluar nuestras propias experiencias de aprendizaje, reconocemos que fue tan
valioso lo que aprendimos como el grupo de personas que conocimos en el proceso.
Aunque es responsabilidad de los creadores y de los tutores del curso lograr la
participación activa de los estudiantes, son estos últimos los que determinan el éxito
o fracaso en la creación de una comunidad.
6. Los autores del curso pueden crear todo tipo de actividades para promover la
interacción de los estudiantes, pero sólo se podrá decir que se creó una comunidad
si la relación de los miembros se extiende por fuera de los límites del curso. Si la
comunicación continúa por medio del correo electrónico, del teléfono o de
encuentros reales, se habrá logrado una verdadera comunidad.
El papel que desempeñe el profesor a través de la tutoría virtual, es un elemento
clave para la realización de actividades formativas en la red. Y allí indicamos que el
profesor como el tutor virtual, desempeñaba una serie de funciones básicas, que en
concreto se especifican en las siguientes: técnicas, orientadora, académicas,
organizativas y social. El profesor desarrolla cuatro roles básicos en las
comunidades virtuales: pedagógico, técnico, organizacional, y social. Este último es
de vital importancia para que el profesor cree un ambiente socioemocional positivo,
ya que no debemos olvidar que al fin y al cabo estas son ambientes comunicativos;
es decir, ambientes para la interacción humana, donde se intercambian
informaciones y experiencias, y se construye un conocimiento específico.
Esto implicaría el desarrollo de una serie de actividades como las siguientes:
Dar la bienvenida a los estudiantes que participan en el curso en red.
Facilitar la creación de grupos de trabajo.
Incitar a los estudiantes para que amplíen y desarrollen los argumentos
presentados por sus compañeros.
7. Integrar y conducir las intervenciones, sintetizando, reconstruyendo y
desarrollando los temas que vayan surgiendo.
Animar y estimular la participación.
Proponer actividades para facilitar el conocimiento entre los participantes.
Dinamizar la acción formativa y el trabajo en la red.
Sancionar.
Facilitar la creación de un entorno social positivo.
Actividades que, para su desarrollo y puesta de funcionamiento, los profesores
deben estar capacitados, más aún cuando la red ha evolucionado más como
almacén y expositor de información, que como tecnología social.
Algunas de ellas, como podemos observar, se refieren a la moderación de las
participaciones de los alumnos en los aspectos formativos virtuales. Y para ello debe
poseer una serie de características:
o Mantener un estilo de comunicación no autoritario.
o Animar la participación.
o Alabar las participaciones significativas.
o Ser objetivo y considerar el tono de la intervención.
o Presentar opiniones conflictivas.
o Cuidar el uso del humor y del sarcasmo, ya que no todo el mundo puede
compartir los mismos valores.
o Alabar y reforzar públicamente las conductas positivas.
o No ignorar las conductas negativas, pero llamar la atención de forma
privada.
o Saber iniciar y cerrar los debates.
o No creer que debe ser siempre el tutor el que inicie las participaciones.
o Comenzar cada nuevo debate pidiendo la contribución de un estudiante.
o De vez en cuanto intervenir para realizar una síntesis de las
intervenciones.
o Ser amable.
o Ser atento, respetuosos y cortés.