Las estrellas fugaces son fragmentos de cometas o restos interplanetarios que arden al entrar en la atmósfera terrestre, dejando estelas luminosas. Las lluvias de estrellas son fenómenos predecibles que ocurren cuando la Tierra atraviesa la órbita de un cometa, pudiendo verse docenas de meteoros por hora irradiando de una constelación en particular. Las lluvias de estrellas más conocidas son la Leónida en noviembre, asociada a la constelación de Leo, y la Perseida en agosto,
2. Mientras que los cometas pueden ser visibles durante semanas o meses
seguidos, las llamadas estrellas fugaces cruzan el cielo y se desvanecen
en unos segundos. La mayoría son una herencia de los cometas, ya que
están formadas por los restos que permanecen en el espacio después
de que éstos han pasado. Cuando esos fragmentos entran en nuestra
atmósfera, la fricción los vaporiza dejando estelas luminosas llamadas
estrellas fugaces. Otras proceden de restos interplanetarios que arden
al entrar en la atmósfera.
Los despliegues más espectaculares de estrellas fugaces se llaman
lluvias de estrellas o de meteoros y son fenómenos predecibles. Se
repiten año tras año en las mismas fechas aproximadamente. Cuando
la Tierra atraviesa la órbita de un cometa que ya ha pasado. En el
punto culminante de una de estas lluvias pueden llegar a verse
docenas de meteoros por hora, y todos parecen irradiar de una
constelación definida. Durante la lluvia de estrellas Leónida, en
noviembre, suele verse un gran número de estrellas fugaces en la
vecindad de la constelación de Leo, mientras que la lluvia de meteoros
Perseida, a comienzos de agosto: se centra en la constelación de
Perseo.