Schuster, Nicole. - La metrópolis y la arquitectura del poder ayer hoy y mana...
SAPONIFICACION
1. UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS NATURALES
BARQUISIMETO, ESTADO LARA
PRACTICA I
SAPONIFICACION
INTEGRANTES
Sangronis Aimee
Prof. Miguel Aprile
PAENA 2014
Organica II
Barquisimeto, Agosto 2014
2. PREPARACIÓN DE UN JABÓN: SAPONIFICACIÓN
OBJETIVO
Obtener un jabón por reacción de un aceite vegetal con una base fuerte, como el
hidróxido de sodio o sosa caustica, y observar su comportamiento.
MARCO TEÓRICO
El jabon es un agente limpiador o detergente, soluble en el agua, y por sus
propiedades detersorias sirve comúnmente para lavar. Es una sustancia con dos partes,
una de ellas llamada lipófila (o hidrófoba), se une a las gotitas de grasa y la otra,
denominada hidrófila, se une al agua.
Químicamente el jabón es una mezcla de las sales de sodio o de potasio de
ácidos grasos de cadena larga, producidas por la hidrólisis (saponificación) de una grasa
animal o vegetal con un álcali. Las grasas y los aceites son triglicéridos, es decir
triésteres de glicerol con tres ácidos carboxílicos de cadena larga, no ramificada. La
diferencia entre las grasas y los aceites es que estos últimos presentan ácidos
carboxílicos insaturados.
Los jabones ejercen su acción limpiadora debido a que los dos extremos de su
molécula son muy diferentes. Uno de los extremos de la molécula es iónico, por tanto
hidrófilo y tiende a disolverse en el agua. La otra parte es la cadena de hidrocarburo no
polar, por tanto lipófila o afín a la grasa y tiende a disolverse en ella. Una vez
solubilizadas en agua, la grasa y la mugre pueden eliminarse.
Saponificación
Se entiende por saponificación la reacción que produce la formación de jabones.
La principal causa es la disociación de las grasas en un medio alcalino, separándose
glicerina y ácidos grasos. Estos últimos se asocian inmediatamente con los álcalis
constituyendo las sales sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se
denomina también desdoblamiento hidrolítico y es una reacción exotérmica.
La reacción típica es:
ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA
Así es como al mezclar los ácidos grasos (principales componentes de las grasas
animales y de los aceites vegetales) con una solución alcalina (hecha a partir de una
mezcla de agua y un álcali, como por ejemplo la sosa), se obtiene el jabón (que será
realmente suave, porque además el otro subproducto que se obtiene de esta reacción es
la glicerina).
El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay que tener
en cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy peligroso, cuyo manejo implica
tomar una serie de precauciones muy importantes para manipularlo con seguridad. Los
3. álcalis más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH)
y la potasa (hidróxido potásico, KOH). Por eso, es necesario tener mucha experiencia y
unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus reacciones químicas, para
proceder a realizar una saponificación que ofrezca totales garantías de que el producto
final obtenido no entrañe riesgo alguno para la piel.
Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente peligroso,
sino más bien muy delicado de realizar: Así, por ejemplo, si en la reacción anterior hay
un exceso de sosa, el producto resultante será una masa cáustica inservible; mientras
que si por el contrario, la cantidad de sosa es insuficiente, el producto resultante será
una mezcla grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón. Es por eso
que para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con unas excelentes
cualidades limpiadoras y emolientes, aparte de una gran experiencia y conocimientos de
la saponificación, se necesita conocer también una serie de tablas con parámetros y
proporciones muy concretas de cada uno de los elementos que constituyen la reacción,
así como su correcta formulación.
La cantidad de NaOH requerida para saponificar una cantidad dada de grasa
neutra, se calcula por el índice de saponificación de la grasa, el cual se expresa como el
número de miligramos de KOH (a base de 100%) necesarios para saponificar un gramo
de grasa. El índice de saponificación se multiplica por el factor 0,715 para obtener el
número necesario de miligramos de NaOH.
El índice de saponificación es la cantidad en miligramos de un alcali,
específicamente de hidróxido de potasio, que se necesita para saponificar un gramo de
determinado aceite o grasa. Sin embargo, habitualmente en la fabricación de jabones, el
alcali que se utiliza es el hidróxido de sodio. Por otra parte, este índice de
saponificación varía para cada grasa o aceite en particular. Para conocer estas
cantidades habría que realizar complejos cálculos, que se simplifican con las tablas de
saponificación.
Como calcular la cantidad de hidróxido sódico:
A partir del % en peso de cada aceite se aplica el valor IS para calcular la
cantidad de sosa (jabones sólidos) o de potasa (jabones líquidos).
Se supone que la mezcla es:
2000 gramos de aceite de oliva (50% de la mezcla)
1200 gramos de aceite de coco (30% de la mezcla)
800 gramos de aceite de palma (20 % de la mezcla)
Total de aceites: 4000 gramos
a) Se multiplica el porcentaje de cada aceite por su valor Indice de saponificaion
(IS):
0,5 * (0,134) + 0,3 * (0,190) + 0,20 * (0,141) = 0,152
b) Se multiplica ese valor por el peso en gramos del total de la mezcla de aceites:
0,152 * 4000 g = 608,8 gramos
c) Multiplicar este valor por el 90% que supone dejar un cierto exceso de aceites
en el jabón.
De esta forma será más suave y emoliente y nos aseguramos de que no quede
exceso de sosa.
4. 608,8 * 90/100 = 547,92 gramos de NaOH necesarios
Si lo que se quiere es preparar un jabón líquido, hay que hacer los mismos
cálculos pero partiendo del valor de IS para el KOH.
La mejor clasificación de los jabones se basa en el uso para que han sido
fabricados. Los de mejor calidad son los jabones de tocador, que contienen muy poco
álcali y se utilizan grasas y aceites de color mucho más claro. Los que le siguen en
calidad son los jabones de servicio ligero, que se prestan en forma de pastillas, polvos,
gránulos y escamas. Se usan para lavar la vajilla, tejidos de lana, etc. Aquí se usan
grasas con un color un tanto más oscuras. Las grasas más oscuras se emplean en la
fabricación de jabones para el lavado de ropa en el hogar doméstico. Existen también
jabones industriales que se fabrican para fines específicos. Los jabones duros se
elaboran con sosa cáustica mientras que los jabones blandos se elaboran con potasa
cáustica pero separando la salmuera. A los jabones se puede agregarle determinadas
fragancias, operación que se realiza con aceites esenciales o perfumes justo antes de
verter en los moldes.
MATERIALES
Balanza analítica.
Vasos de precipitación de 250 ml.
Vasos de precipitación de 1000 ml.
Termómetro.
Sistema de calentamiento a reflujo.
Desecador con deshidratante adecuado.
Estufa de secado regulable a 105 ºC.
Reactivos
NaOH
Etanol
HCl 0,2 N
Aceite vegetal o grasa animal
Carbonato de sodio
Esencia de rosas
Agua destilada
PROCEDIMIENTO.
Derretir la grasa de tal manera que quede en estado líquido totalmente.
Añadir una taza de lejía con mucho cuidado y sin dejar de remover. Observar la
mezcla, la cual tiene que volverse espesa y de difícil manipulación. Añadir agua
poco a poco si esto no ocurre.
Hervir esta mezcla a fuego lento, teniendo cuidado de que no se produzcan
salpicaduras.
Tener cuidado al añadir la lejía pues la mezcla puede llegar a derramarse durante
la ebullición, por la cual cosa es aconsejable añadir primero un poco de agua
fría.
Continuar removiendo y vertiendo la lejía poco a poco. En caso de que la mezcla
5. se torne más ligera parar de añadir lejía y esperar a que vuelva a espesarse. Si no
espesa añadir más agua.
Una vez añadido toda la lejía, hervir a fuego lento la mezcla durante una hora y
removiendo continuamente teniendo cuidado que no se queme.
Una vez transcurrido ese tiempo, apagar el fuego y dejar un reposo de tan solo 5
minutos, luego remover y empezar a verter la mezcla caliente en los moldes que
tienen preparados.
A continuación se toma el pH del jabón y como debe ser muy elevado, se
realizan sucesivos lavados con soluciones sobresaturadas de NH4Cl y NaCl para
poder disminuir el pH del jabón.
Terminada esta etapa se procede a colocar los jabones en moldes.
Los moldes deberán estar con la mezcla un mínimo de 24 horas.
Si se quiere obtener un jabón reducido por cocción se hará añadiendo sal. Al
añadir sal en la mezcla aún caliente, ésta se divide en dos capas: la superior de
jabón y la inferior de salmuera. Con una cuchara se saca la parte superior
teniendo cuidado de no coger de la capa inferior y se vierte en un molde. En
medio de las dos capas se deposita una materia colorante, la cual no debe
extraerse. Los jabones reducidos mediante cocción duran más y son de
consistencia más dura.
Si se desea obtener un jabón blando se procede de la siguiente manera: Para ello
se necesita una solución al 24% de potasa cáustica en peso. Dicha solución se
prepara disolviendo 316 g de potasa cáustica en un litro de agua. La densidad de
la solución será de 1,3 lo cual se puede comprobar con el densímetro
RESULTADO
El jabón se obtiene por reacción de grasas animales o de aceites vegetales con
una base fuerte como la sosa, NaOH, aunque pueden utilizarse otras bases.
Produciéndose la saponificación. Como resultado se obtiene una molécula de glicerina
(líquido) y tres moléculas de ácidos carboxílicos (los ácidos grasos). A su vez, estos
ácidos grasos reaccionan con la sosa produciendo tres ésteres de sodio o jabones. La
adición de una disolución de cloruro de sodio (sal común) favorece la precipitación del
jabón. Para la fabricación de jabones se utilizan triglicéridos cuyos ácidos grasos tienen
de 12 a 18 átomos de carbono
R2 C O
O
CH
CH2O
CH2O
C R1
O
C R3
O
+ NaOH(ac)
H2O
CH
CH2OH
CH2OH
OH +
R1 COO Na
R2 COO Na
R3 COO Na
Triglicérido JabónGlicerina
6. Una de las desventajas del jabón es que resulta un limpiador ineficaz en aguas
duras. Llamamos así a las de alto contenido en sales de magnesio, calcio y hierro.
Cuando se usa un jabón en aguas duras se forman las sales de los ácidos carboxílicos
con dichos cationes, que son insolubles y precipitan en forma de coágulos o grumos.
Por el contrario, en aguas blandas el jabón es un adecuado agente limpiador.
+ Ca++2 CH3(CH2)12COO Na CH3(CH2)12COO Ca (s)
2
Para evitar estos inconvenientes se suele añadir al jabón sustancias que ablanden
el agua. El carbonato de potasio y el fosfato de sodio precipitan los iones magnesio,
calcio, etc., en forma de carbonato y fosfato insolubles. Desgraciadamente, estos
precipitados pueden alojarse en los tejidos dándole un color grisáceo. Por este motivo
los jabones se utilizan para el aseo personal fundamentalmente, mientras que para el
lavado de la ropa se usan los detergentes que no presentan este inconveniente. A pesar
de todo, el jabón presenta dos ventajas importantes; se obtiene de materias primas
naturales y es completamente biodegradable. Los microorganismos son capaces de
metabolizar las moléculas lineales de jabón transformándolas en agua y dióxido de
carbono.
7. SAPONIFICACION
Es la reacción que produce la formación de jabones.
Su principal causa es la disociación de las grasas en un medio
alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos.
Estos últimos se asocian inmediatamente con los álcalis
constituyendo las sales sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta
reacción se denomina también desdoblamiento hidrolítico y es
una reacción exotérmica.
La reacción típica es:
ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA
El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción pero a su vez es
un elemento cáustico muy peligroso que debe ser manejado con precaucion. Los
álcalis más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico,
NaOH) y la potasa (hidróxido potásico, KOH).