Este documento describe la importancia de identificar la idea principal de un texto. Explica que la idea principal sintetiza la información clave que el autor quiere transmitir. Aunque a veces la idea principal no está expresada explícitamente, es crucial para la comprensión lectora distinguir las ideas principales de las secundarias. También proporciona consejos para identificar la idea principal de cada párrafo y del texto en general.
3. ¿De qué sirve identificar la idea central de un texto?
En el libro "Didáctica de la lengua y la literatura para primaria" se habla de que "la idea principal es un aspecto fundamental, aunque no
exclusivo, en el trabajo de la comprensión lectora de textos expositivos. El alumno debe reconcoer si extraer la idea principal quiere decir
algo sencillo (indicar una palabra clave, frase temática, etc, es decir, identificar el tema, a través de la constestación a la pregunta: ¿de que
trata el texto?
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Textos
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Comprensión lectora
Estrategias de lectura
Por tanto, es innegable que la comprensión lectora es un paso crucial para el joven estudiante que está empezando a interpretar los textos
escolares. No se trata solo de entender lo que se, sino, de saber realizar una interpretación que distinga o discrimine, cuales son los
elementos resaltantes y cuales no.
4. Cómo identificar la idea principal del texto
A continuación, algunas indicaciones para poder identificar correctamente la idea central.
- Cada párrafo encierra su propia idea o contenido principal. Es preciso una lectura detallada y analizar con claridad, qué es lo
que nos transmite cada parrafo
- Es común que responda a las pregunta: ¿De qué trata el párrafo?, ¿Cuál es el sentido general del texto? ¿Qué quiere
comunicar el autor?
- La idea central sintetiza la información que el autor quiere transmitir.
- Aunque algunos textos puedan tener la idea principal en forma explicita, a veces, no lo está.
- Existen ideas secundarias e ideas principales a lo largo del texto. A veces, es posible que estén algo confundidas y es
importante una tarea de interpretación por parte del lector
5. 1. Aprender lo qué es un ensayo. Un estilo personal
Para escribir un ensayo, primero, hay que saber en qué consiste, cuales son sus características, que cosas hay que evitar, etc. Por
ello, se recomienda estudiar bien su concepto y analizar algunos ejemplos breves. Lo que distingue este género es la voz propia del
autor. El lector busca en el ensayista un pensamiento único, original, la estructura de los argumentos que utiliza.
6. 2. Elegir el tema y escribir la introducción
El tema del ensayo literario dependerá de su autor. Una duda frecuente tiene relación sobre las primeras frases para iniciar la obra.
¿Existe una manera correcta o formal de iniciar un ensayo? La respuesta es no. El estilo siempre es personal. Algunas de las formas
comunes de iniciar un ensayo son:
Explicando un concepto...
"El acoso escolar consiste en cualquier forma de maltrato que se da en el ámbito de las escuelas..
Contando una anécdota...
7. 3. Elaborar los argumentos
Esta es la parte central de nuestra obra. Los argumentos constituyen la base sobre la cual el ensayista sustenta sus ideas sobre el
tema que desarrolla. La finalidad del ensayo es transmitir una determinada idea y generar una reacción en el lector. Es decir, ese
argumento tiene que ser lo suficientemente válido para convencerlo, para ganar su confianza.
Consejos para un buen argumento.
- Ser claro en la presentación de las ideas
- Carácter persuasivo
- Sigue un razonamiento lógico y demostrable
8. 4. Una conclusión firme
La última parte del ensayo es un resumen de los principales argumentos que se han desarrollado.
9. 5. Ejemplo breve de un ensayo
Los médicos, de Rafael Barret
¿De qué viven los médicos? De los enfermos. El hecho es conocido, pero no solemos sacar sus evidentes consecuencias. Lejos de
recompensar a los médicos por la cantidad de salud que gracias a ellos, o a pesar de ellos, pueda haber en el mundo, se les
recompensa en razón de la cantidad de enfermedad que revisan. Sumad los dolores, las angustias y las agonías de la carne humana
en los países civilizados a lo occidental, y previa una simple proporción, deduciréis lo que se abona a los médicos. El interés de todo
médico es que haya enfermos, cuantos más mejor, como el interés de todo abogado es que haya gentes de mala fe y de mal humor,
enredadores, tercos y tramposos. La lealtad de los corazones y el sentimiento de lo justo acabarían con los pleitos. También la higiene
privada es para los médicos una epidemia.