Este documento discute cuatro temas clave para la catequesis: 1) Las realidades humanas y cómo estas se relacionan con la Revelación; 2) El magisterio de la Iglesia como fuente de la catequesis; 3) La oración como elemento esencial de la catequesis; 4) El testimonio, los signos, la comunidad y los símbolos como medios para transmitir la fe.
1. FIDELIDAD A DIOS
Metodología
Obra Humano- La Oración
Divina
Cristocentrismo El Magisterio
Las Cuatro Las Realidades
Mediaciones Humanas
2. Las Realidades Humanas
• Relación entre instancias humanas y Revelación.
• Verdades conocidas por la razón.
• Semillas de verdad en otras Religiones.
• Fe de la Iglesia, búsqueda humana y salvación humana.
• Catequesis en contacto con historia humana y sus
aspiraciones.
El Magisterio
• Fuente de la Catequesis.
• Interpreta las Escrituras y la Tradición.
• Está al servicio de la Palabra de Dios.
La Oración
• Ambiente Eclesial = Ambiente de Oración.
• Implica creer el misterio cristiano, celebrarlo y vivirlo en
relación viviente y personal con Dios.
• Es una prioridad y se ha de enseñar con el testimonio.
3. Objetivo
Descubrir como el envío comunitario nos mueve a
dar un testimonio en la catequesis que simbolice y
signifique la fe Eclesial en Dios.
4. ¿Alguien ha sido testimonio positivo para
tu vida de fe?
¿Qué tiene que ver tu Comunidad
Eclesial con que tú estés en éste curso?
¿Has usado signos o símbolos para
representar o hablar de Dios?
5. FIDELIDAD A DIOS
El Signos que La Los
Testimonio Acompañan Comunidad Símbolos
6. EL TESTIMONIO
La catequesis se transmite por medio del
testimonio: el catequista como el apóstol, es
un testigo que transmite lo que ha visto y
oído y palpado con sus manos (Cf. 1 Jn 1, 1-
4).
7. El catequista se ve en la obligación y
necesidad de ser en todo irreprochable. A
manera de que “vean sus buenas obras y
glorifiquen al Padre que está en el cielo”
(Mt 5, 16).
8. Aquí, cabe resaltar que el
testimonio es, en primer
lugar, afirmar o anunciar algo
que el otro no ha podido ver.
El mismo testimonio contiene
la Revelación de Dios. De
forma que la vida íntima de
Dios es atestiguada por medio
de su Palabra y, finalmente,
por su Hijo Encarnado.
9. Cuanto más profunda sea nuestra relación con
nuestros catequizandos, más confiable será
nuestro testimonio.
La clave es estar convencidos de que en la
catequesis damos testimonio de Dios y de los
que Dios hizo en nosotros.
10. “Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios,
misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra
gloria antes de que existiera el mundo; aquella que
ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó
a conocer, porque si lo hubieran conocido no
habrían crucificado al Señor de la gloria. Nosotros
anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio
ni oyó, ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios
preparó para los que lo aman” (I Cor 2, 7-9).
11. LOS SIGNOS QUE ACOMPAÑAN
Un signo es un medio por el cual se representa o
evoca algo.
Así, las cosas materiales se cargan de significado.
12. El cuerpo humano y todos sus gestos y
actitudes son signos que emiten significados
y perciben, a su vez, el significado de las
cosas. En este orden de lo significativo y lo
simbólico está el conocimiento de Dios.
13. Por eso los niños y los discapacitados pueden aprender
las cosas de Dios con una facilidad que sorprende. Dios
habla por medio de hechos y palabras íntimamente
relacionados. Tal es el caso de Jesús que multiplicó
panes, curó enfermos, afirmó que en la misión sus
apóstoles realizarían signos como: hablar lenguas
nuevas, sanar enfermos, etc. (Mc 16 4-20).
14. En la catequesis actual esos signos también son
indispensables. En el Directorio Catequístico General
redactado en 1972 se decía que “el catequista es como
un intérprete ante los catequizandos. Él lee y enseña a
leer los signos de la fe, de los cuales el principal es la
misma Iglesia”.
15. Pero, el catequista también tiene que cuidar el
no confundir estos signos con milagrerío ni con
un Dios tapa-agujeros. Los signos educan la fe
son aquellos que orientan a los hombres a una
salvación trascendente-escatológica, que escapa
a los límites de nuestro existir terrenal.
16. Estos signos han de ser actuales y el catequista habrá
de presentarlos de forma verosímil y de modo que los
catequizandos se puedan identificar con ellos.
17. Dios llama siempre a la Comunidad. Nos llama
desde una comunidad, nos encuentra en una
comunidad y nos señala como meta una
comunidad. Por eso se ha dicho, con razón, que la
comunidad es fuente, lugar y meta de la
catequesis.
18. En esto Dios no sólo se adapta a los hombres, sino
también a sí mismo. En cuanto es un Dios comunidad
integrado por el Padre, el Hijo y el Espíritu. Por eso se
afirma que la pedagogía de Dios es comunitaria.
19. Él llama a su Pueblo a la salvación, iniciando con la
formación con Abraham, su liberación con Moisés, su
organización con David, la fundación de la Comunidad
Eclesial por Cristo.
20. La catequesis, siendo eclesial, es comunitaria.
Su organización y espíritu se basan en la
convivencia entre los hombre y en el amor que
Cristo enseñó.
21. El mismo catequista necesita de ese espíritu
comunitario, espíritu que le haga capaz de trabajar en
equipo, de dar y recibir, de alegrarse en la convivencia y
de reconocer a Dios como Padre de todos.
22. Los catequizandos tienen que aprender a escuchar
juntos la Palabra de Dios, a escucharse mutuamente, a
compartir los bienes materiales y espirituales, a reír con
los que ríen y a llorar con los que lloran.
23. A Dios le conocemos, pero de una forma imperfecta,
hasta que le veamos tal cual es al final de los tiempos.
Es por eso, que al hablar de Él nos vemos en la
necesidad de usar símbolos.
24. Los símbolos surgen de un acuerdo entre las personas
como signos representativos que vinculan nuestra
historia personal con la historia comunitaria y universal.
Como el símbolo de la justicia por una balanza, el
triángulo con un ojo que representa a Dios, etc.
25. El lenguaje simbólico es el más adecuado, porque
las cosas creadas por Él tienen la capacidad de
representarlo. Lo que se dice de Dios, igual
siempre será analogía.
26. El símbolo siempre será una imagen que
representa de forma incompleta lo que pensamos
o decimos de Dios. Cuanto más conocemos a Dios
más nos veremos en la necesidad de utilizar
símbolos e imágenes para indagar lo que Dios es.
27. El lenguaje de la catequesis es también simbólico. En
esto somos herederos de la Sagrada Escritura que habla
de Dios por imágenes, como la que nos da Jesús al
hablar de Dios como Padre.
28. REALIDADES
HUMANAS
SIGNOS Y
COMUNIDAD TESTIMONIO QUE NOS
SÍMBOLOS
ACERCAN A
DIOS