PINTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA (SIGLO XVI).ppt
El juramento de los Horacios_DAVID
1. Historia del Arte (BCS2)
ARTE NEOCLÁSICO
El juramento de los Horacios
Documentación general.
Título: El juramento de los Horacios.
Autor: David, J. L. (1748-1825)
Cronología: 1784
Estilo: Neoclasicismo
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Localización: Museo del Louvre (París).
Tema: Los tres hermanos Horacios juran ante su padre lealtad al Estado y ponen a su
disposición su vida para defenderlo. En un rincón, las mujeres muestran su abatimiento
por lo que va a suceder.
Autor: Los años que engendraron la Revolución Francesa requerían un arte diferente del
Rococó y el Barroco imperantes en la época. El Neoclasicismo fue el fruto de los nuevos
tiempos y David su máximo exponente pictórico. Esta obra será una de las más
características del movimiento. David se adhirió con total entusiasmo a la Revolución
(Asamblea Constituyente). Un año después tomó parte en la votación que decidió la
ejecución del rey. Llegó a ocupar la presidencia de los jacobinos y mantuvo una estrecha
relación con Robespierre.
Análisis formal.
David utilizó líneas rectas para trazar los personajes masculinos y líneas onduladas para los
femeninos. El cromatismo se subordina al dibujo. Los colores son brillantes y claros, y
predominan las tonalidades rojas, grises y ocres. El rojo de la túnica del padre, en el centro
de la escena, es un símbolo de la intensidad del acto del juramento, pero también de la
sangre que será derramada en un futuro próximo. La luz, de clara inspiración
caravaggiesca, entra por la izquierda del lienzo y proyecta las sombras de los hermanos
hacia el padre y las mujeres. El suelo embaldosado y las paredes laterales proporcionan a
la escena una perspectiva lineal.
1 IES Lacimurga C. I.
J. Javier Pérez Muñoz (DTO. Geografía e Historia)
2. Historia del Arte (BCS2)
ARTE NEOCLÁSICO
Los tres arcos del fondo dividen la composición del lienzo en tres zonas: a la izquierda
se encuentran los tres hermanos; en el centro, el padre; y a la derecha,
las mujeres y los niños. Los distintos grupos de personajes permanecen juntos,
pero sin llegar a tocarse físicamente entre ellos. El número tres es una constante
en toda la obra: tres arcos, tres espadas, tres hermanos, tres mujeres...
Es relevante también la distribución de los elementos a partir de diferentes formas
geométricas. Así, los jóvenes y el padre conforman, al ser aproximadamente del mismo
tamaño, un rectángulo; en cambio, las piernas de los hermanos, las de su progenitor, las dos
muchachas que se compadecen, la mujer que protege a los niños... pueden ser reducidas a
triángulos.
La energía y la vitalidad que desprenden los varones quedan contrarrestadas por el
abatimiento de las mujeres.
La estancia en que tiene lugar la acción está desprovista de motivos decorativos, con la
única salvedad de la lanza colgada en la pared del fondo. Las columnas de las arcadas son de
orden toscano, más austero que el dórico del cual derivan.
Análisis iconográfico.
El juramento de los Horacios se basa en la tragedia Horaciode Corneille, la cual se inspira, a
su vez, en la correspondiente historia narrada en Ab urbe condita de Tito Livio.
En el siglo VII a.C., Roma y Alba Longa se disputaban el dominio de la Italia central. Para
dirimir cuál de las dos ciudades sería la vencedora, decidieron que combatieran tres
hermanos de cada bando: los Horacios por Roma y los Curiacios por Alba Longa. El único
superviviente fue uno de los Horacios quien, al ver los lloros de su hermana por la muerte de
su prometido, uno de los Curiacios, la mató por haber lamentado el fallecimiento de un
enemigo de Roma.
David, al decantarse por este tema,
no pretendía tratar un hecho
histórico o una leyenda, sino infundir
en sus contemporáneos el sentido
del deber hacia la patria, a imagen
y semejanza de los Horacios. La
elección del momento del juramento
y no de cualquier otro se debe a la
intención del artista de mostrar el
instante en que el orgullo patriótico
es más intenso.
Aunque el lienzo no pretendía apoyar la conspiración contra la autoridad del Estado —como
demuestra el hecho de que fue el propio rey Luis XVI quien lo encargó—, en la atmósfera
tensa de los años anteriores a la Revolución Francesa su contenido fue interpretado en este
sentido.
El Journal de Paris se refirió a la obra en los siguientes términos: “(...) al contemplar este
cuadro el espectador experimenta una impresión que eleva el alma y que, para decirlo en
palabras de Rousseau, tiene algo sublime que entusiasma”.
2 IES Lacimurga C. I.
J. Javier Pérez Muñoz (DTO. Geografía e Historia)