1. Apuntes orientación 3º eso
INTRODUCCIÓN.
El MAPA Y BRUJULA. Se trata de un apartado indispensable para el
conocimiento de actividades en el medio natural, en este caso las carreras de
orientación.
1. REPRESENTACIÓN DE LA TIERRA Y SISTEMAS DE PROYECCIÓN.
El sistema de proyección más empleado en la cartografía que empleamos
habitualmente es la UTM (Universal Transversal Mercator) (Fig. 2). De la
proyección UTM, de la que se derivan las coordenadas UTM, obtenemos 60
husos (numerados del 1 al 60) atravesados a su vez por 20 bandas
(identificadas de la C a la X).
Sobre cada huso colocamos la parrilla o cuadrícula UTM (Fig. 3)
La península ibérica se incluye dentro de los husos 29, 30 y 31 y las bandas S
y T. En nuestro entorno nos movemos dentro del huso 30 y banda T. (Fig. 4)
Los mapas que incluyen la cuadrícula kilométrica UTM nos facilitan la lectura
de las coordenadas. En principio las coordenadas UTM pueden resultar
confusas pero interesa familiarizarse con ellas, ya que nos ofrecen mayor
precisión y comodidad.
Para identificar un punto con estas coordenadas damos, en primer lugar el
huso y la banda; seguidamente damos la coordenada longitudinal indicando la
cifra de la raya situada inmediatamente a la izda. del punto (3 dígitos) seguida
de la distancia en metros a esa raya (otros 3 dígitos).
Para la coordenada latitudinal procedemos de forma similar, indicando la cifra
de la raya situada inmediatamente abajo del punto (4 dígitos), seguida de la
distancia en metros a esa raya (otros tres dígitos) (ver ejemplo en fig. 5.)
2. ESCALAS.
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2. Apuntes orientación 3º eso
En cualquier caso, para conocer la distancia real en metros a partir de un mapa
(por ejemplo, distancia de un punto a la citadas rayas de la cuadrícula
kilométrica UTM), debemos introducirnos en el concepto de escala, una noción
muy extendida en muchos ámbitos de nuestras vidas pero que ahora aplicamos
a la cartografía. La escala es la relación entre una distancia real y la distancia
de su representación en plano. Para nuestras excursiones montañeras la
escala más habitual y más
interesante en la mayoría de los
casos es la de 1: 25.000. Es
decir, una unidad en el mapa
(sea milímetro, centímetro, etc.)
representan 25.000 unidades en
la realidad.
Para simplificar nuestros cálculos, aconsejamos habituarnos a una simple
operación: un milímetro del plano representan 25 metros reales (1mm =25m.).
De esta forma, para hallar cualquier distancia basta medir en milímetros su
separación en el plano, multiplicarla por 25. El resultado es en metros la
distancia real. Así que ya sabéis, a desempolvar la "tabla del 25".
3. CURVAS DE NIVEL.
Proyectada una porción de tierra sobre un plano y
reducida a la escala conveniente, resta reflejar de
alguna forma los volúmenes, el relieve. El sistema
más efectivo es el de las CURVAS DE NIVEL.
Estas son líneas imaginarias que unen puntos de
igual altitud. De los dibujos que forman las curvas
de nivel deducimos las formas de relieve.
Aunque en principio sólo identificaremos los
relieves más simples (fig. 7), con hábito y
experiencia podremos extraer gran información de
la lectura de estas curvas. Debemos tener
siempre presente dos cosas: la equidistancia
entre curvas (viene reflejada en la leyenda del mapa) y que en los mapas de
escala 1:25.000 suele ser de 10 metros, y la presencia de unas curvas de trazo
más grueso denominadas curvas maestras. Estas curvas nos sirven de guía,
ya que en varios puntos de su línea viene indicada la altitud.
4. MANEJO DE BRUJULA.
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3. Apuntes orientación 3º eso
Junto con el mapa, la otra herramienta esencial para la orientación en montaña
es la brújula. En este aparato, el elemento fundamental es la aguja imantada,
que dirige siempre hacia el Norte Magnético (NG).
Pero hay otros elementos también muy importantes (fig. 8) que los detallamos
para facilitar la comprensión de las operaciones que vienen a continuación.
Vamos a obviar explicaciones referidas a la declinación magnética y otras
cuestiones, importantes en la navegación avanzada, pero que pueden resultar
excesivas para este curso básico y que apenas afectan a la orientación en
nuestro ámbito y en este momento cronológico.
4.1. HALLAR UN RUMBO EN EL MAPA y SEGUIRLO EN EL TERRENO.
Para hallar un rumbo en el mapa, que luego pueda ser seguido en el terreno,
procedemos de la siguiente forma:
a) Colocamos el borde lateral de la brújula en la dirección deseada.
b) Giramos el limbo hasta que la flecha del norte (FN) coincida con el Norte del
mapa (el norte del mapa es la de los bordes laterales de cada hoja, no el de la
cuadrícula UTM).
c) La flecha de dirección indica en el aro del
limbo el rumbo a seguir. (Fig. 9)
d) Una vez en el terreno, y manteniendo el limbo
en la dirección obtenida sobre el mapa, giramos
toda la brújula (no el limbo) hasta hacer coincidir
la Flecha del Norte con la aguja imantada.
e) Sólo resta seguir el rumbo que marca la flecha
de dirección.
4.2. OBTENER UN RUMBO EN EL TERRENO.
Se trata de la operación contraria: obtener un rumbo a través de la visual. Ese
rumbo, trasladado al mapa, nos permite conocer el objetivo o el punto donde
nos encontramos, si es que no lo sabemos:
a) Dirigimos la flecha de dirección hacia el punto cuyo rumbo deseamos
conocer.
b) Giramos el limbo hasta hacer coincidir la F. Norte con la aguja imantada.
c) La F. Dirección marca en el limbo el rumbo al punto (fig.10)
Si lo que desconocemos es el punto al que hemos dirigido la visual,
trasladando ese rumbo al mapa, identificamos dicho punto (otro asunto será
calcular la distancia). Si, al contrario, conocemos el punto al que dirigimos la
visual pero desconocemos nuestra posición, debemos trasladar al mapa el
rumbo contrario al obtenido (rumbo inverso) partiendo del punto objetivo de la
visual. El rumbo inverso es el obtenido + - 180° (fig. 11).
En el ejemplo de la fig. 11 hemos obtenido un rumbo de 60° al pico Pirámide.
Sobre el mapa, y partiendo de dicho pico, trazamos el rumbo inverso (60° +
180° = 240°).
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Al repetir la operación sobre otro punto identificable (Meseta Marble, 108°) y
hallar su rumbo inverso (108° +180°=288°), el punto donde se cruzan las dos
líneas trazadas sería nuestra posición.
Resumiendo el apartado de manejo de brújula, las operaciones básicas con
esta herramienta son dos:
- Hallar un rumbo en el mapa
- Obtener un rumbo mediante una visual.
De estas dos operaciones derivan las demás. Como puede comprobarse, es
necesario que la brújula, sin ser sofisticada, disponga de los elementos que se
han descrito.
Destacamos que para cualquier operación sobre el mapa, NO EMPLEAMOS la
aguja imantada. En realidad procedemos con la brújula como si fuera un
transportador de ángulos. La aguja imantada la empleamos para seguir u
obtener un rumbo en el terreno.
Si tenemos suficientemente claras las dos operaciones que se han descrito, el
uso de la brújula se convierten en algo mecánico y únicamente necesitaremos
un poco de práctica para asimilar la
técnica. Con esto os hemos querido
ofrecer unas explicaciones elementales
para iniciaros en el manejo de Mapa y
Brújula. A partir de aquí os corresponde
a vosotros la práctica; práctica a la que
os animamos desde estas líneas.
Jose Juan Martínez Martínez