2. • Los antihéroes evolucionan
• Con el paso del tiempo, la literatura picaresca fue evolucionando y
modificándose hasta dar nueva forma al antihéroe, mucho más fuerte en
sus peripecias y en la exageración de sus acciones. El contexto histórico
era el feudal, con una división social rígida y liderada por la nobleza, el
clero y los funcionarios públicos, mientras que los campesinos estaban
relegados y los mendigos, vagabundos y villanos, prácticamente,
olvidados. En ese ambiente del siglo XVI, se desarrolló el realismo
grotesco, que comenzó en la pintura y, luego, se extendió a la literatura, y
cuya expresión eran obras raras, feas, desordenadas y monstruosas.
• En el siglo XVII, lo grotesco rechazó las normas artísticas establecidas en
dicha época, mucho más conservadoras y lineales, pero, además, a lo
grotesco se lo entendía como algo cómico e incluso ridículo. La gran
diferencia con la literatura picaresca es que lo grotesco no posee un
propósito moral, ni se plantea una estructura formal demasiado rígida;
más bien, se vale de la caricatura y profundiza en la concepción de lo
popular desde el punto de vista de la fiesta, del carnaval, de la algarabía,
de donde surgen los dramas y la crítica social.
3. CARACTERÍSTICAS DE LO GROTESCO
El realismo Predominaron los lugares e incluso los personajes de la vida real
para plasmarlos en el papel. El realismo dio paso a lo que se
conoce como realismo grotesco.
Realismo grotesco El realismo y lo grotesco se sirven del humor. Sin embargo, en lo
grotesco la comicidad se da por la exageración de la fealdad
Lo cómico En lo grotesco, la risa surge desde el descontrol y la algarabía de lo
popular.
Hipérbole En la tragedia, las situaciones se resolvían con dolor y con la
muerte, mientras que en la comedia el héroe cómico resolvía la
situación con ideas fantásticas.
Lo esperpéntico Se considera un paso adelante con relación a lo grotesco. Nació
por la influencia del escritor español Ramón María del Valle-Inclán
La diferencia
Lo esperpéntico se basa en el tremendismo —se deforma la
realidad, aparecen pesadillas e imágenes oníricas, se resquebraja
la cotidianidad— y ya no solo en lo feo y cómico.
4. ESTRUCTURA Y ELEMENTOS
NARRATIVOS
• Introducción
• Toda narración cuenta una historia, y esa historia está
integrada por una serie de acciones que realizan o
experimentan los personajes. Por lo general, las
narraciones suelen presentar un cambio de fortuna, el
tránsito desde un estado de cosas inicial hacia una
nueva situación; por ejemplo, los cambios que sufre la
vida de un grupo de jóvenes internos en el colegio
militar Leoncio Prado tras la muerte de uno de ellos, tal
como se cuenta en La ciudad y los perros (1963), del
peruano Mario Vargas Llosa.
5. • La trama narrativa
• Toda narración avanza mediante el paso de unas acciones a otras. En este
sentido, resulta fundamental el modo en que el autor vincula entre sí las
diversas acciones, desde el principio hasta el final de la obra. Esa
estructura de acontecimientos diseñada por el escritor, que los lectores
recorremos de la primera a la última página del cuento o la novela que
estamos leyendo, recibe el nombre de trama.
• A la trama, o sucesión de acciones tal como se presentan cuando la
leemos, cabe exigirle ciertos requisitos para que resulte satisfactoria. El
más importante es el de verosimilitud: las acciones y el modo en que se
encadenan entre sí deben ser creíbles. Otro elemento importante es el
que los clásicos llamaban decoro; es decir, la relación entre lo que se
puede esperar de los personajes y lo que estos efectivamente hacen.
Cuando leemos la célebre aventura de don Quiote y los molinos de viento,
no encontramos en ella nada que la haga entrar en contradicción con lo
que llevamos visto hasta ese momento. Los hechos son extrañísimos, pero
resultan verosímiles, porque el autor ha presentado a su protagonista
como un loco capaz de hacer cosas como esa y aún más exageradas.
6. • El final de una narración
• Los narradores también disponen de varias
estrategias para concluir. Podemos distinguir
entre los relatos que se acaban cuando la
historia alcanza su resolución y los que llegan
a su final antes de que la historia esté
completamente resuelta, dejando a juicio del
lector la facultad de decidir cómo concluye.
7. • El final cerrado es típico de los cuentos
folclóricos, que suelen concluir con fórmulas
como «…y vivieron felices para siempre». Con
ello, el narrador nos dice que no hay nada más
que contar, que no ocurrió nada notable en el
resto de la vida de los protagonistas. La acción
se da por concluida y resuelta.
8. • Un final abierto es el de El coronel no tiene quien
le escriba (1961), del colombiano Gabriel García
Márquez. Al final de la obra, el anciano
protagonista ha gastado todos sus ahorros en la
adquisición de un gallo de pelea, que deberá
poner a prueba al cabo de unas semanas. Si el
animal gana su combate, el coronel podrá reparar
su situación económica, mientras que si pierde,
será el final de toda esperanza. La historia acaba
en ese punto, y deja al lector que decida lo que
pudo pasar; en realidad, lo que el escritor quería
contar ya ha sido narrado.
9. • El tiempo en la narración
• Orden
• Las acciones suceden en el tiempo, y esta
dimensión también es susceptible de ser
manipulada por el autor. A este le cabe la
posibilidad de alterar el orden en que se dan
los acontecimientos: no tiene que explicar
necesariamente lo que pasó primero, sino que
puede avanzar y retroceder en el tiempo,
mediante los siguientes recursos.
10. • El espacio en la narración
• La acción narrativa puede suceder en un solo
ámbito o ubicarse en distintos lugares.
• Muchos narradores no pretenden definir con
tanta precisión el espacio en que ocurren los
hechos (simplemente suceden en una ciudad
cualquiera, en el campo o en una casa de un
vecino); otros le conceden gran importancia a la
creación de un lugar especial, real o imaginario,
en el que tienen lugar varias de sus obras.
11. • Los personajes
• El retrato de los personajes
• Los personajes de la obra, cuya caracterización es
fundamental para un desarrollo adecuado y
verosímil de la trama.
• El autor puede recurrir a diversas estrategias,
entre las que se cuentan la descripción física (el
aspecto puede sugerir muchas cosas sobre el
temperamento de las personas), el lenguaje que
emplean, las mismas acciones que llevan a cabo o
su entorno social.