El documento resume las violaciones constitucionales cometidas por el presidente Rafael Correa durante sus primeros cinco meses de gobierno en Ecuador, incluyendo no jurar respetar la Constitución, violar artículos sobre consultas populares y procesos debidos, y no respetar fallos del Tribunal Constitucional. El autor argumenta que aunque una nueva constitución podría mejorar la situación, los líderes políticos deben respetar el Estado de Derecho establecido en la constitución actual.
1. 28 de junio de 2007
Abuso de poder: El récord constitucional de Rafael
Correa
por Gabriela Calderón
Gabriela Calderón es editora de ElCato.org y columnista de El Universo (Ecuador).
Washington, DC— Durante sus primeros cinco meses de gobierno, Correa ha demostrado poco respeto
por la Constitución actual. Esto es importante porque aunque la Asamblea Constituyente nos provea con
una mejor constitución, esta no mejorará la situación del país si es que nuestros líderes políticos
deciden continuar actuando como que si estuvieran por encima de la ley.
Por eso es necesario que consideremos el récord constitucional de Rafael Correa:
• No juró respetar la Constitución en el acto de inauguración presidencial. Aunque esto no constituye una
violación constitucional, si es un acto simbólico de suma importancia, porque demuestra que él cree que
su poder está en las encuestas y no en la Constitución, como debe ser en las verdaderas democracias
—esas que protegen no solo a las mayorías sino también a las minorías.
• El gobierno de Correa violó el Artículo 283 en el cual se especifica que la consulta popular legalmente
convocada deberá poner “ en consideración del electorado textos concretos de reforma constitucional
que, de ser aprobados, se incorporarán inmediatamente a la Constitución”. Es decir, no se contempla la
formación de una asamblea para hacer una nueva constitución o reformarla.
• Las leyes, según nuestra actual constitución deben ser debatidas y decididas por el Congreso. El
“Estatuto” que fue anexado a la Consulta Popular no era un “asunto” sino más bien una Ley que sin ser
debatida fue sometida inconstitucionalmente a una consulta popular.
• También se ha violado el derecho al debido proceso (numeral 27 del Artículo 23) con la destitución de los
57 diputados (aunque en esto, sin restarle importancia a la violación por parte del Tribunal Supremo
Electoral —TSE, lo precedieron los diputados al destituir al principal del TSE sin seguir el debido
proceso).
• El TSE violó la Constitución al atribuirse funciones que no le corresponden (Artículo 119) como juzgar a
diputados del Congreso, quienes deberían ser juzgados solamente por la Corte Suprema según lo
indicado en la Ley Orgánica de Elecciones (con lo cual se violó el numeral 11 del Artículo 24).
• El Congreso violó, con el respaldo del Presidente, el Artículo 95 de la Constitución al desconocer el fallo
del Tribunal Constitucional (TC) que concedía amparo a los diputados destituidos y los restituía. En ese
artículo se establece el cumplimiento inmediato de las resoluciones sobre Amparo.
• El aval que el gobierno le dio a la destitución de los 57 diputados —evidenciado con la presencia de la
policía nacional en las afueras del Congreso— constató una violación de la independencia de los
poderes (Artículo 119).
2. • El Pativideo de la reunión con los representantes de Abadi, del cual el Ministro Patiño y el Presidente
dicen haber sido los autores, violó el derecho a “la honra, a la buena reputación y a la intimidad personal
y familiar” (numeral 8 del Artículo 23) y también “La inviolabilidad y el secreto de la correspondencia” que
también cubre “a cualquier otro tipo o forma de comunicación” (numeral 13 del Artículo 23).
Las violaciones constitucionales no son nada nuevo en Ecuador. Pero si este gobierno insiste en
llamarse “revolucionario” debería comenzar por hacer el verdadero acto revolucionario: respetar la
Constitución, aún cuando no le convenga.
Con esta lista preliminar de violaciones constitucionales que han ocurrido en estos últimos cinco meses
no pretendo defender a los destituidos (diputados, TC, etc.) sino a la principal víctima de todo este caos
político: el Estado de Derecho.
Este artículo fue originalmente publicado en el El Universo el 21 de Junio de 2007.