2. Diomedes Diaz “El Cacique de la junta” nació el 26 de mayo de 1957, en la
cuna de su humilde familia, jamás pasó por la mente de Rafael María Diaz, su
padre, que aquel pequeño se convertiría en un icono de nuestro
folclor vallenato, poco a poco este niño fue despertando el interés hacia la
música sin llegar a pensar que eso llegaría ser significativo para su futuro,
Diomedes Diaz hijo de padres muy trabajadores.
Este gran artista vallenato cuenta con una trayectoria musical con más de 35
años en donde ha logrado obtener muchos éxitos desde discos de oros hasta el
máximo premio que otorga Academia Latina de Artes y Ciencias de
la Grabación en donde gano gracia a su álbum listo Pa la foto.
Sus producciones han sido: Herencia Vallenata (1976), Tres Canciones (1977),
De Frente (1977), La Locura (1978), Dos Grandes (1978), Los Profesionales
(1979), Tu Serenata (1980), Para Mi Fanaticada (1980), Con Mucho Estilo(1981),
Todo es Para ti (1982), Cantando (1983), El Mundo( 1984), Vallenato(1985),
Brindo Con El Alma (1986), Incontenibles (1987), Ganó el Folclor (1988), El
Cóndor Herido (1989), Canta Conmigo (1990), Mi Vida Musical (1991), EL
Regreso Del Cóndor (1992), Título de Amor (1993), 26 de Mayo (1994), Un
Canto Celestial (1995), Muchas Gracias (1996), Mi Biografía (1997), Volver a
Vivir (1998), Experiencias Vividas (1999), Gracias a Dios (2002), Pidiendo Vía
(2003), De Nuevo Con Mi Gente (2005), La Voz (2007), Listo Pa’ la Foto (2009)
y Con Mucho Gusto Caray (2011) La Vida Del Artista (2013)
3. Crónica “Las vueltas de Diomedes
Díaz” Por Juan Rincón Vanegas
Corría el mes de noviembre de 2013 cuando José Zequeda, manager de Diomedes
Díaz, me llamó para que acudiera a hacerle una entrevista acordada
previamente al artista. El sitio era el estudio de grabación, pero al llegar, y
después del saludo protocolario, “El Cacique de La Junta”, quien se tomaba un
jugo, se arrepintió y me dijo terminantemente: “Date una vuelta”.
No había alternativa, Diomedes comenzó a dar órdenes sobre la canción que
estaba en la consola, la cual se aprestaba a cantar minutos después.
En ese momento, el hijo de Rafael Díaz y Elvira Maestre, quien nació la noche
del domingo 26 de mayo de 1957, exactamente, el día de San Felipe de Nerí y
Santa Mariana de Jesús, estaba en su mundo. Al salir del estudio de grabación, el
chofer del vehículo que me esperaba manifestó: “Con la cara que trae, creo que
no se logró la vuelta”.
Efectivamente, la entrevista quedó para otro día, pero ese día nunca llegó porque
la muerte lo llamó, precisamente un domingo: 56 años, seis meses y 26 días
después de haber nacido en La Junta, La Guajira.
4. Miedo a la muerte
Diomedes se despidió de la vida, y como le tenía miedo a la
muerte, ella no lo asustó, sino que llegó cuando estaba
dormido. El temor de Diomedes por la muerte lo había
manifestado en canciones, en entrevistas y, hasta a su
familia.
“A mí la muerte me afectaría, porque no sé para donde voy.
A diario pienso en la muerte. No quiero morirme, le saco el
cuerpo a cada ratico. Si fuera que yo supiera que de verdad
uno sirviera más muerto que vivo, me muriera hoy.
Enterrao, abajo de la tierra y con estos calores que hacen
ahora. No me gustaría morirme, ni de viejo. Por cierto, que
cuando yo llegue a viejo, ya la ciencia estará un poco
avanzada y esa es la esperanza mía”, dijo Diomedes Díaz en
una célebre entrevista concedida a Ernesto McCausland.
5. Cantando y verseando
Desde muy joven, “El Cacique” fue un soñador que tuvo el talento
necesario para convertir esas historias en canciones que le dieron
mayor identidad a la música vallenata.
Esta vida que yo tengo
es muy bonita, es muy bonita
pa” que no se me acabara
fuera bendita, fuera bendita.
Pa” poder vivir cerquita
de las cosas que más quiero,
que no me pusiera viejo
pa” estar siempre jovencito.
Cantando, cantando,
cantando versos bonitos.
6. Dicharachero
De igual manera, fueron célebres sus dichos que andaban de boca en
boca como el bostezo. Fueron muchas las veces que sus ocurrencias
hicieron reír y meditar a sus miles de seguidores.
De esa cosecha, están las siguientes: “Como Diomedes no hay otro, ese
nunca nacería, y si nace no se cría, y si se cría se vuelve loco”; “Denme
licor que la vida es corta y lo que no se nos va en lágrimas, se nos va en
suspiros”; “Que vivan las mujeres, las dueñas de los hombres y las que
nos ponen a trabajar”; “No es que el zorro sea atrevido, sino que las
gallinas se van lejos”, “De La Junta pa” ca”, que vivan las mujeres, las
reinas del universo”, “Estoy más contento que un muchacho en recreo, y
con el raspao en la mano”; “Estoy como Toyota nuevo, pidiendo vía y
corrigiendo a los malcriados”; “Virgen del Carmen, dame vida y salud,
que lo demás lo resuelvo yo”; “Denme licor que el agua es pa” las matas”;
“Como decía Alfonso López, el palo no está pa” cuchara”; “Los de
adelante no van lejos si los de atrás se apuran”, “Las vacas pariendo y yo
bebiendo” y “Mátame guayabo, ya que el amor no pudo”.
7. Hombre de corazón
Ese mismo Diomedes Díaz, que se dedicó a hacer las cosas
con el corazón y con la seguridad necesaria teniendo como
estandarte su sencillez y nobleza. Así vivió toda su vida
musical, hasta su última presentación en la ciudad de
Barranquilla el viernes 20 de diciembre, donde comenzó con
la canción “La vida del artista” y cerró con “El ahijado”. Esa
noche, dejó para más adelante la canción “La plata” de
Calixto Ochoa, con la que solía iniciar todos sus conciertos.
Esa memorable noche anunció que el próximo año haría dos
lanzamientos de su nueva producción musical, uno en
Valledupar, en el Parque de la Leyenda Vallenata “Consuelo
Araujonoguera”, y en el Paseo Bolívar de Barranquilla. El
tiempo no le alcanzó.
8. Un Rey triste
En medio de todas las tristezas que acallaron su acordeón, el Rey Vallenato Álvaro López Carrillo dijo
que además de las recientes canciones que entregó al lado de Diomedes, quedaron cuatro obras listas.
Enseguida citó a “Festival Vallenato” (Luís Francisco “Geño” Mendoza), “Lindo poema” (Calixto Ochoa),
“A mí negra” (Enrique Díaz) y “El Perro” (Diomedes Díaz). Perro es un animal ingenuo,
pero le hacen coger rabia
y yo no sé por qué razón.
Pueblo tu que tienes tantos perros
esperanzado que del cielo
le llegue la protección.
Álvaro López no se repone del impacto que le causó la noticia de la muerte del cantante que lo escogió
para que fuera su compañero musical y le moldeara la voz con su acordeón. “Diomedes tenía una
sencillez única y un talento natural extraordinario. Se la pasaba diciendo que yo era excelente
acordeonero y le tenía toda la paciencia del mundo. Unas veces quería demostrar mi capacidad
interpretativa, y de repente terminaba la canción. Arrancábamos con otra y también paraba a mitad de
camino. Ese era Diomedes, a quien su fanaticada adoraba. Tenía imán para sus seguidores”.
El Rey Vallenato 1992, quien lo acompañó en sus recientes grabaciones y en su último concierto en
Barranquilla, comentó que después de versear se despidió, pero de repente regresó a cantar una canción
que lo llenaba de sentimiento, donde esbozó que “los hombres buenos cuando mueren del cielo nos
miran to los días”.
9. La vuelta
Aquella tarde de noviembre del 2013, Diomedes Dionisio
Díaz Maestre no quiso hablar y en la libreta quedaron
escritas las preguntas que nunca tuvieron respuesta porque
“El Cacique” cambió el libreto a última hora.
No fue igual a otras veces, y especialmente a la primera
entrevista sucedida el 23 de diciembre de 1983 en el Teatro
Municipal de Chimichagua, Cesar, cuando contó sobre su
vida y sus proyectos musicales al lado de Nicolás Elías
“Colacho” Mendoza.
De todas maneras, quedó el apretón de manos, el abrazo y
la lección entregada hace varios años por el filósofo cantor
de la música vallenata cuando de manera acertada
manifestó: “Por eso es que la vida es un baile, que con el
tiempo damos la vuelta”.