Ensayo reflexivo sobre las neurociencias y el aprendizaje
1. Introducción
El ser humano aprende desde su nacimiento, la información llega a través
de los sentidos (el olfato, la vista, los oídos, el gusto y el tacto), esta es
evaluada por medio de nuestras funciones cognitivas como lo es el sistema
atencional y la memoria, si resulta significativa se retiene; si no se desecha.
Todo lo que aprendemos es procesado, almacenado y activado cuando es
necesario o vital respondiendo a nuestro instinto de supervivencia. Cada
estimulo pasa por el tálamo que los deriva según es el caso a la amígdala si es
de peligro o al núcleo acumbens si representa placer.
Es más fácil para nosotros centrar la atención cuando lo que se nos
presenta es novedoso, sorpresivo, despierta nuestro interés; por lo que las
clases dinámicas y divertidas permite una memorización más rápida ya que
esta la asociamos con una emoción.
Por lo que en el aprendizaje es fundamental un ambiente limpio, ordenado,
organizado y sobre todo cordial, puesto que si hay tensión en el aula la
atención y la función ejecutiva que regula el aprendizaje pone al cerebro a la
defensiva y no aprende nada.
Si nosotros maestros, queremos obtener buenos resultados debemos ser
empáticos, bajar el nivel de exigencia, permitiéndonos observar a los alumnos y
si notamos actitudes hostiles establecer un vínculo en el cual el niño exprese
su sentir, así estaremos en condiciones de ofrecerle una solución acorde a su
problemática.
Para esto las neurociencias están tomando gran relevancia en la educación
ya que intenta mejorar u optimizar el aprendizaje de las personas estudiando el
cerebro y sus funciones, las capacidades neurocognitivas, el procesamiento de
la información el desarrollo de los diversos sistemas de memoria, el
aprendizaje significativo, etc., lo que permitirá que se generen conocimientos
de gran utilidad para a enseñanza, el aprendizaje y el desarrollo del ser
humano.
2. Neurociencias: una perspectiva desde el aprendizaje y la educación.
En 1972 el Premio Nobel de Medicina, Gerald Edelman baso su trabajo
sobre la capacidad del cerebro humano para categorizar, y postulo que esta
capacidad podía ser la clave para comprender las diferencias individuales.
La tarea central de las llamadas neurociencias es la de intentar explicar
cómo es que actúan millones de células nerviosas individuales en el encéfalo
para producir la conducta y cómo, a su vez, estas células están influidas por el
medioambiente, incluyendo la conducta de otros individuos (Jessel, et al.
1997). Precisamente, las neurociencias están contribuyendo a una mayor
comprensión, y en ocasiones a dar respuestas a cuestiones de gran interés
para los educadores; por ejemplo, hay evidencias según lo muestran las
investigaciones de que tanto un cerebro en desarrollo como uno ya maduro se
alteran estructuralmente cuando ocurren los aprendizajes (Bransford, et al.,
2003).
Con esto queda de manifiesto que mientras más estímulos recibe una
persona en un ambiente rico en experiencias dará origen a aprendizajes
significativos.
Queremos destacar además la importancia del rol que juega la experiencia
en la construcción de la estructura de la mente. El desarrollo no es solamente
un despliegue, por decirlo de algún modo, de patrones preprogramados; hay
convergencia en un conjunto de investigaciones sobre algunas de las reglas
que gobiernan o dirigen el aprendizaje, una de las más simples, por ejemplo es
que la práctica incrementa el aprendizaje: en el cerebro, hay una relación
similar entre la cantidad de experiencia en un ambiente complejo y el monto de
cambio estructural (Posner y Rothbart, 2005).
Un aprendizaje no tiene significado si no se pone en práctica en situaciones
que requiera del conocimiento empírico o anterior a una confrontación entre el
saber y la realidad.
Las investigaciones han demostrado que durante el desarrollo de nuevas
vías neurales (Doetsch, 2005 y Schinder, 2002), nuestras sinapsis cambian
todo el tiempo y es así como recordamos una y otra experiencia o vivencia.
Hay quienes hablan ya de neuroeducación, entendida como el desarrollo de la
neuromente durante la escolarización (Battro, 2002a), no cómo un mero híbrido
de las neurociencias y las ciencias de la educación, sino como una nueva
composición original. Battro (2002b) señala que por razones históricas los
caminos de la neurobiología y la educación tuvieron pocas ocasiones de
encontrarse; por primera vez lo hicieron al buscar las causas de la debilidad
mental y también en la indagación del talento excepcional. Lo interesante del
asunto es que se afirma que la neuroeducación no ha de reducirse a la práctica
de la educación especial solamente, sino que ha de constituirse en una teoría
3. incipiente del aprendizaje y del conocimiento en general; y sobre todo, es una
oportunidad de ahondar en la intimidad de cada persona y no una plataforma
para uniformizar las mentes.
Las teorías van tomando forma y van desarrollando un mayor y mejor
conocimiento de lo que realmente sucede en el desarrollo del aprendizaje, las
formas, las dificultades, sino realmente las adaptaciones a nivel neuronal para
asimilar y acomodar estas experiencias y como reformulamos nuestra
concepción de la realidad.
Hemos encontrado suficientes antecedentes de que tanto los
neurotransmisores dopamina y acetilcolina incrementan los aprendizajes en los
estudiantes. Cuando podemos ordenar una nueva información en una conexión
ya existente, es decir, aprender algo nuevo, estos dos agentes no sólo
refuerzan nuestra concentración, sino que proporcionan además satisfacción y,
tal cual lo afirmaba Comenius, allá por el siglo XVII: todo aquello que nos
produce complacencia, agrado o contento en nuestras instancias de
aprendizaje, queda reforzado en nuestra memoria. Podemos remarcar
entonces la importancia no solo de los conocimientos previos sino también de
lo valioso que es estudiar algo que agrade.
La Neuropsicología, como disciplina que estudia las relaciones entre
cerebro y conducta, se interesa más precisamente por las bases
neuroanatómicas de los comportamientos superiores llamados funciones
corticales superiores y las patologías que de ellas se derivan. Estas funciones
son las que cualitativamente tienen un desarrollo mayor en los seres humanos:
el lenguaje, la memoria, la orientación espaciotemporal, el esquema corporal, la
psicomotricidad, las gnoxias, las praxias y las asimetrías cerebrales. Lo cierto
es que el cerebro tiene un funcionamiento global, y que si bien es viable que
para determinadas funciones existen áreas cerebrales anatómicamente
delimitadas, las funciones corticales superiores dependen en mayor medida del
procesamiento cerebral en su conjunto, en su totalidad; consecuentemente,
cuanto mayor es la complejidad de una función cerebral, más áreas cerebrales
estarían involucradas.
Desde una perspectiva actual de integración y diálogo, entre la educación y
la investigación en neurociencia cognitiva, Ansari y Coch (2006) afirman que el
campo emergente de lo que es educación, cerebro y mente debería
caracterizarse por metodologías múltiples y niveles de análisis en contextos
múltiples, ya sea en la enseñanza como en la investigación. Sostienen que
solamente a través de una conciencia y comprensión de las diferencias y las
similitudes en ambas áreas tradicionales de investigación, tanto en la
educación como en la neurociencia cognitiva, será posible lograr una
fundamentación común necesaria para una ciencia integrada de la educación,
el cerebro, la mente y el aprendizaje.
4. Conclusiones
Es muy importante en la actualidad la reformulación de la concepción del
aprendizaje tanto por parte del profesional de la educación como de los
especialistas en neurociencias, el establecer canales de comunicación más
estrechos ya que con lo descrito anteriormente queda de manifiesto la cercanía
de estas dos disciplinas.
Nuestro conocimiento está presente no solo desde nuestro nacimiento sino
desde la misma concepción, el tipo de estimulación, la periodicidad y la calidad
de estas marcan la forma en la cual la actividad neuronal realice su tarea esto
será desarrollado en su momento por la familia, los educadores cada uno
desde su lugar de incidencia proveyendo no solo las situaciones, en las que se
pone en juego los conocimientos previos, sea por medio de actividades lúdicas
en donde se emplee material concreto sino también de la teoría específica para
situación o asignatura, esto creara en el niño aprendizajes significativos que
orienten sus esfuerzos a madurar cognitivamente.
La nueva conceptualización que se está dando del individuo y su proceso de
aprendizaje es ahora un campo mucho más fértil puesto que queda mucho por
explorar y por desarrollar, las líneas divisorias entre la ciencia y la pedagogía
cada vez se vuelven más delgadas, se considera a la persona en forma
integral, como unidad es decir mente, cuerpo, cerebro, medioambiente ya las
fronteras se van diluyendo pues la disyuntiva de como aprendemos, así mismo
es importante también lo que nos condiciona al momento de adquirir o no un
aprendizaje como lo son las costumbres, el carácter, la crianza, etc.
5. Bibliografía
Revista unam.mx, revista digital universitaria
Neurociencias y su importancia en contextos de aprendizaje
María Laura de la barrera y Danilo Donolo.
6. Ensayo reflexivo sobre las
neurociencias y el aprendizaje.
Materia: el proceso de intervención temprana
Maestra: Yessica Reyna Ortiz
Alumno: Gerardo Ramírez López