3. Cristo tomó sobre sí la humanidad por
nosotros. Revistió su divinidad, y la
divinidad y la humanidad se combinaron.
Mostró que la ley que Satanás declaró que
no podía guardarse, sí podía guardarse,
(Romanos 8:3). Cristo tomó la humanidad
para estar aquí en nuestro mundo, a fin de
mostrar que Satanás había mentido. Tomó
la humanidad sobre sí para demostrar que
con la divinidad y la humanidad
combinadas, el hombre podía guardar la
ley de Jehová. Si separan la humanidad de
la divinidad, ustedes pueden tratar de
labrar su propia justicia desde ahora hasta
que Cristo venga, y no lograrán otra cosa
que un fracaso {FO 71.3}
4. 2 Pedro 3:14 Por lo cual, oh
amados, estando en espera
de estas cosas, procurad
con diligencia ser hallados
por el sin mancha e
irreprensibles, en paz.
Hebreos 9:28 Así también Cristo
fue ofrecido una sola vez para
llevar los pecados de muchos; y
aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para
salvar a los que le esperan.
5. La condición para alcanzar la
vida eterna es ahora
exactamente la misma de
siempre, tal cual era en el
paraíso antes de la caída de
nuestros primeros padres: la
perfecta obediencia a la ley
de Dios, la perfecta justicia. Si
la vida eterna se concediera
con alguna condición inferior
a ésta, peligraría la felicidad
de todo el universo. Se le
abriría la puerta al pecado
con toda su secuela de dolor
y miseria para siempre.
{CC 62:1}
6. Dios creó al hombre perfecto.
Eclesiastés 9:27 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo
al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.
El hombre estaba dotado originalmente de facultades nobles y de un entendimiento bien
equilibrado. Era perfecto y estaba en armonía con Dios. Sus pensamientos eran puros,
sus designios santos. Pero por la desobediencia, sus facultades se pervirtieron y el
egoísmo reemplazó el amor. Su naturaleza quedó tan debilitada por la
transgresión que ya no pudo, por su propia fuerza, resistir el poder del mal. Fué
hecho cautivo por Satanás, y hubiera permanecido así para siempre si Dios no hubiese
intervenido de una manera especial. El tentador quería desbaratar el propósito que
Dios había tenido cuando creó al hombre. Así llenaría la tierra de sufrimiento y
desolación y luego señalaría todo ese mal como resultado de la obra de Dios al crear al
hombre. {CC 17.1}
8. ¡El hombre salto voluntariamente en el pozo del pecado!
Romanos 3:23 Por cuanto todos pecaron,
y están destituidos de la gloria de Dios.
9. ¿Sera posible que el hombre pecador salga del
pozo del pecado y guarde la ley?
Es imposible que escapemos por nosotros
mismos del hoyo de pecado en el que estamos
sumidos. Nuestro corazón es malo, y no lo
podemos cambiar. “¿Quién podrá sacar cosa
limpia de inmunda? Ninguno.” “El ánimo
carnal es enemistad contra Dios; pues no está
sujeto a la ley de Dios, ni a la verdad lo puede
estar.”(Romanos 8:7) {Camino a Cristo 18}
10. Jesús declaró en Marcos 7:21-23 Porque de dentro, del
corazón del hombre, salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las
avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la
maledicencia, la soberbia, la insensatez Todas estas
maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
11. Jeremias13: 23 ¿Mudará el etíope su piel, y el
leopardo sus manchas? Así también,
¿podréis vosotros hacer bien, estando
habituados a hacer mal?
13. La educación, la cultura, el ejercicio de la voluntad, el
esfuerzo humano, todos tienen su propia esfera,
pero no tienen poder para salvarnos. Pueden
producir una corrección externa de la conducta, pero
no pueden cambiar el corazón; no pueden purificar
las fuentes de la vida. Debe haber un poder que obre
desde el interior, una vida nueva de lo alto, antes que
el hombre pueda convertirse del pecado a la
santidad. Ese poder es Cristo. Únicamente su gracia
puede vivificar las facultades muertas del alma y
atraer ésta a Dios, a la santidad. {CC 18.1}
14. Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi
voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
15. ¿Que puede hacer el hombre?
Sin la acción divina ,el hombre no puede hacer cosa buena
alguna. Dios invita a todo hombre a arrepentirse. Sin embargo
el hombre no puede hacerlo a menos que el Espíritu Santo
obre sobre su corazón. (Consejo Para Maestros pág. 351)
16. Filipenses 2:13 porque Dios es el
que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad.
17. ¿Cuál es el camino Que el hombre debe
seguir para cambiar su Corazón?
18. Jesús le dice: YO SOY el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6 )
20. Mediante Cristo, se dan al hombre
tanto restauración como
reconciliación. El abismo abierto por
el pecado ha sido salvado por la cruz
del Calvario. Un rescate pleno y
completo ha sido pagado por Jesús en
virtud del cual el pecador es
perdonado y es mantenida la justicia
de la ley. Todos los que creen que
Cristo es el sacrificio expiatorio
pueden ir y recibir el perdón de sus
pecados, pues mediante los méritos
de Cristo se ha abierto la
comunicación entre Dios y el hombre.
Dios puede aceptarme como su hijo y
yo puedo tener derecho a Él y puedo
regocijarme en El cómo en mi Padre
amante. {FO 96.3}
21. Romanos 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de
Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
1 Tesalonicenses 4:3 Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis
de fornicación.
1 Tesalonicenses 4:7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
23. La obediencia a la ley de Dios es santificación. Hay muchos que tienen ideas erróneas respecto a
esta obra en el alma, pero Jesús oró que sus discípulos fueran santificados por medio de la
verdad, y añadió: “Tu palabra es verdad”. Juan 17:17. La santificación no es una obra
instantánea sino progresiva, así como la obediencia es continua. En tanto Satanás nos apremie
con sus tentaciones, tendremos que librar una y otra vez la batalla por el dominio propio; pero
mediante la obediencia, la verdad santificará el alma. Los que son leales a la verdad han de
superar, por medio de los méritos de Cristo, toda debilidad de carácter que los ha llevado a ser
modelados por cada una de las diversas circunstancias de la vida. {FO 87.2}
24. 1 Pedro 1.2 Elegidos según la presciencia de Dios
Padre en santificación del Espíritu, para obedecer
y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia
y paz os sean multiplicadas.
25. 1 Tesalonicenses 5.23 Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo.
26. Juan15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada
podéis hacer.
27. Muchos tienen la idea de que deben hacer alguna parte de la
obra solos. Confiaron en Cristo para obtener el perdón de
sus pecados, pero ahora procuran vivir rectamente por sus
propios esfuerzos. Mas todo esfuerzo tal fracasará. El Señor
Jesús dice: “Porque separados de mí nada podéis hacer.”
Nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo, nuestra
utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Sólo
estando en comunión con El diariamente y permaneciendo en
El cada hora es como hemos de crecer en la gracia. El no es
solamente el autor de nuestra fe sino también su
consumador. Ocupa el primer lugar, el último y todo otro
lugar. Estará con nosotros, no sólo al principio y al fin de
nuestra carrera, sino en cada paso del camino. David dice: “A
Jehová he puesto siempre delante de mí; porque estando él a
mi diestra, no resbalaré.” {CC 69.1}
28. ¿Cómo permanecemos en Cristo?
Colosenses2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad
en él.
29. Como permanecemos en Cristo
Colosenses2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad
en él.
Preguntaréis tal vez: “¿Cómo permaneceremos en Cristo?” Pues, del
mismo modo en que le recibisteis al principio. “De la manera, pues, que
recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad en él.” “El justo... vivirá por
la fe.”12 Os entregasteis a Dios para ser completamente suyos, para
servirle y obedecerle, y aceptasteis a Cristo como vuestro Salvador. No
podíais por vosotros mismos expiar vuestros pecados o cambiar vuestro
corazón; pero habiéndoos entregado a Dios, creísteis que por causa de
Cristo el Señor hizo todo aquello por vosotros. Por la fe llegasteis a ser
de Cristo, y por la fe tenéis que crecer en El, dando y recibiendo. Tenéis
que darle todo: el corazón, la voluntad, la vida, daros a El para
obedecerle en todo lo que os pida; y debéis recibirlo todo: a Cristo, la
plenitud de toda bendición, para que more en vuestro corazón, sea
vuestra fuerza, vuestra justicia, vuestro eterno Auxiliador, y os dé
poder para obedecer. {CC 69.2}
30. ¿Qué Cristo quiere de Nosotros?
MATEO 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto.
31. ¿Qué Cristo quiere de Nosotros?
MATEO 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto.
El Señor requiere en la actualidad exactamente lo que
requirió de Adán en el Edén: la perfecta obediencia a la ley de
Dios. Debemos poseer una rectitud sin ningún defecto, sin
tacha alguna. Dios dio a su Hijo para que muriera por el
mundo, pero El no murió para abrogar la ley que era santa y
justa y buena. El sacrificio de Cristo en el Calvario es un
argumento incontestable que muestra la inmutabilidad de la
ley. Su penalidad fue sufrida por el Hijo de Dios en favor del
hombre culpable, para que mediante los méritos de Aquel, el
pecador pudiera por la fe en su nombre obtener la virtud de
su carácter inmaculado. {FO 92.2}
32. ¿Qué Cristo quiere de Nosotros?
MATEO 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto.
2Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos
tales promesas, limpiémonos de toda contaminación
de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en
el temor de Dios.
33. El ideal de Dios para sus hijos es más elevado
que cuanto pueda alcanzar el pensamiento
humano más sublime. El Dios vivo ha dado en
su santa ley un trasunto de su carácter. El
mayor Maestro que el mundo haya conocido
es Jesucristo; y ¿cuál es la norma que ha fijado
para todos los que creen en él? “Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. Así
como Dios es perfecto en su alta esfera de
acción, el hombre puede ser perfecto en su
esfera humana. – {CM 351.2}
34. 1 Corintios 1:1 A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los
santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos
los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro
Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
36. ¿Cómo es que Cristo hace esa obra en nosotros?
Ezequiel 36. 25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis
limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros
ídolos os limpiaré.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de
carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
37. Falsas teorías sobre la
santificación, debidas a que no
se hizo caso de la ley divina, o
se la rechazó, desempeñan
importante papel en los
movimientos religiosos de
nuestros días. Esas teorías son
falsas en cuanto a la doctrina y
peligrosas en sus resultados
prácticos, y el hecho de que
hallen tan general aceptación
hace doblemente necesario que
todos tengan una clara
comprensión de lo que las
Sagradas Escrituras enseñan
sobre este punto. {CS54 522.2}
38. La doctrina de la santificación verdadera
es bíblica. El apóstol Pablo, en su carta a la
iglesia de Tesalónica, declara: “Esta es la
voluntad de Dios, es a saber, vuestra
santificación.” Y ruega así: “El mismo Dios
de paz os santifique del todo.” 1
Tesalonicenses 4:3; 5:23 (VM). La Biblia
enseña claramente lo que es la
santificación, y cómo se puede alcanzarla.
El Salvador oró por sus discípulos:
“Santifícalos con la verdad: tu Palabra es
la verdad.” Juan 17:17, 19 (VM). Y San
Pablo enseña que los creyentes deben ser
santificados por el Espíritu
Santo. Romanos 15:16. ¿Cuál es la obra
del Espíritu Santo? Jesús dijo a sus
discípulos: “Cuando viniere aquél, el
Espíritu de verdad, él os guiará al
conocimiento de toda la verdad.” Juan
16:13 (VM). {CS54 522.3}
39. Y el salmista dice: “Tu ley es la verdad.”
Por la Palabra y el Espíritu de Dios quedan
de manifiesto ante los hombres los
grandes principios de justicia encerrados
en la ley divina. Y ya que la ley de Dios es
santa, justa y buena, un trasunto de la
perfección divina, resulta que el carácter
formado por la obediencia a esa ley será
santo. Cristo es ejemplo perfecto de
semejante carácter. El dice: “He guardado
los mandamientos de mi Padre.” “Hago
siempre las cosas que le agradan.” Juan
15:10; 8:29 (VM). Los discípulos de Cristo
han de volverse semejantes a él, es decir,
adquirir por la gracia de Dios un carácter
conforme a los principios de su santa ley.
Esto es lo que la Biblia llama
santificación. {CS54 522.3}
40. Esta obra no se puede realizar sino
por la fe en Cristo, por el poder del
Espíritu de Dios que habite en el
corazón. San Pablo amonesta a los
creyentes: “Ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor; porque
Dios es el que en vosotros obra así el
querer como el hacer, por su buena
voluntad.” Filipenses 2:12, 13. El
cristiano sentirá las tentaciones del
pecado, pero luchará continuamente
contra él. Aquí es donde se necesita la
ayuda de Cristo. La debilidad humana
se une con la fuerza divina, y la fe
exclama: “A Dios gracias, que nos da
la victoria por el Señor nuestro
Jesucristo.” 1 Corintios 15:57. {CS54
523.1}
41. Las Santas Escrituras enseñan claramente
que la obra de santificación es progresiva.
Cuando el pecador encuentra en la
conversión la paz con Dios por la sangre
expiatoria, la vida cristiana no ha hecho más
que empezar. Ahora debe llegar “al estado de
hombre perfecto;” crecer “a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo.” El apóstol
San Pablo dice: “Una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo
al blanco, al premio de la soberana vocación
de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13, 14.
Y San Pedro nos presenta los peldaños por
los cuales se llega a la santificación de que
habla la Biblia: “Poniendo de vuestra parte
todo empeño, añadid a vuestra fe el poder; y
al poder, la ciencia; y a la ciencia, la
templanza; y a la templanza, la paciencia; y a
la paciencia, la piedad; y a la piedad,
fraternidad; y a la fraternidad, amor... Porque
si hacéis estas cosas, no tropezaréis
nunca.” 2 Pedro 1:5-10 (VM). {CS54 523.2}
42. Los que experimenten la
santificación de que habla la
Biblia, manifestarán un
espíritu de humildad. Como
Moisés, contemplaron la
terrible majestad de la
santidad y se dan cuenta de
su propia indignidad en
contraste con la pureza y alta
perfección del Dios infinito.
{CS54 524.1}
44. ¡Creer que la obra de la santificación
es obra solamente de Dios y el hombre
no tiene que hacer nada!
45. Éxodo 14:14-15 Jehová peleará por vosotros, y vosotros
estaréis tranquilos. (15) Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por
qué clamas a mí? Dí a los hijos de Israel que marchen.
46. Que Dios le da al hombre las instrucciones y que el hombre
tiene que seguir solo hasta llegar a la santificación.
47. Éxodo 13:21-22 Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por
el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de
día y de noche. (22) Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de
noche la columna de fuego.
48. ¡Nunca lleguemos a caer en el error
de decir: “Ya soy santo y perfecto!!!
49. 1 Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado,
nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad
no está en nosotros.
50. Ningún apóstol o profeta pretendió haber vivido sin pecado.
Hombres que han vivido lo más cerca de Dios, hombres que
sacrificaron sus vidas antes de cometer a sabiendas un acto
pecaminoso, hombres a quienes Dios honró con luz divina y
poder, confesaron su naturaleza pecaminosa. No pusieron su
confianza en la carne, no pretendieron poseer una justicia
propia, sino que confiaron completamente en la justicia de
Cristo. {Hechos De Los Apóstoles pág. 448.1}
51. Muchos han tomado la posición de que no
pueden pecar porque están santificados,
pero ésta es una trampa engañosa del
maligno. Hay un constante peligro de caer
en pecado, porque Cristo nos ha
amonestado a velar y orar para que no
caigamos en tentación. Si somos
conscientes de la debilidad del yo, no nos
confiaremos en nosotros mismos ni
seremos indiferentes al peligro, sino que
sentiremos la necesidad de acudir a la
Fuente de nuestra fortaleza: Jesús, nuestra
justicia. Hemos de allegarnos con
arrepentimiento y contrición, con una
desesperada sensación de nuestra propia
debilidad finita, y aprender que debemos
acudir diariamente a los méritos de la
sangre de Cristo, a fin de que lleguemos a
ser vasos apropiados para el uso del
Maestro. {FO 87.3}
52. Dios va a tener un pueblo Santo que guarde sus mandamientos…
53. Apocalipsis 14:1-5 (1) Después miré, y he aquí
el Cordero estaba en pie sobre el monte de
Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que
tenían el nombre de él y el de su Padre escrito
en la frente. (2) Y oí una voz del cielo como
estruendo de muchas aguas, y como sonido de
un gran trueno; y la voz que oí era como de
arpistas que tocaban sus arpas. (3) Y cantaban
un cántico nuevo delante del trono, y delante
de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos;
y nadie podía aprender el cántico sino aquellos
ciento cuarenta y cuatro mil que fueron
redimidos de entre los de la tierra. (4) Estos
son los que no se contaminaron con mujeres,
pues son vírgenes. Estos son los que siguen al
Cordero por dondequiera que va. Estos fueron
redimidos de entre los hombres como
primicias para Dios y para el Cordero; (5) y en
sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin
mancha delante del trono de Dios.