Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
Actividad Complementaria
1. En la siguiente columna de opinión indique qué tipo de FALACIA son los párrafos subrayados.<br />¿Cómo es posible que de la despenalización del aborto se siga la consideración de las mujeres como ciudadanas de tercera?<br />¿Qué intención tienen las siguientes expresiones: “revisionismo conservador”, “pequeño club de países…”, “cruzada”, “los sectores religiosos más retardatarios del país”?<br />¿Hay algún impedimento en que los ponentes de un proyecto de ley, en este caso tumbar el fallo que despenalizó el aborto en tres casos excepcionales, sean todos hombres? ¿Acaso la condición sexual es un obstáculo a la hora de legislar?<br />¿Cuál es el tema o la tesis de la columna de opinión? ¿Qué argumentos son expuestos para defenderla? ¿Considera que los argumentos expuestos son los suficientes?<br />Investigue quién es FLORENCE THOMAS.<br />Establezca los HECHOS y las OPINIONES del artículo: de ellos ¿qué predomina en los artículos?<br />Reescriba el artículo de FLORENCE THOMAS de la siguiente manera:<br />Elimine las falacias del artículo y cámbielas por argumentos sólidos<br />Defienda la tesis que respalda el proyecto de ley que quiere tumbar el fallo que despenalizó el aborto en tres casos excepcionales.<br />Si encontró que las opiniones son más que los hechos, entonces, invierta esa situación, es decir, redacte su artículo de manera tal que contenga más hechos que opiniones. Igualmente, si encontró que habían más hechos que opiniones, invierta la relación.<br />¿De qué forma inciden en un texto las falacias, los hechos y las opiniones?<br />¿SE REABRE EL DEBATE?<br />FLORENCE THOMAS<br />Vuelve el revisionismo conservador a arruinar los avances de las mujeres: una iniciativa legislativa quiere tumbar el fallo C/355 del 2006, que despenalizó el aborto en tres casos excepcionales. Regresaríamos así al pequeño club de países que siguen considerando a las mujeres como ciudadanas de tercera (El Salvador, Nicaragua y Chile). Esta quot;
cruzadaquot;
del Partido Conservador está en sintonía con los sectores religiosos más retardatarios del país. Sin embargo, ante este anuncio, que se hizo oficial el pasado lunes de Pascua, me siento tranquila. Sé que todavía tenemos algunos legisladores y una Corte Constitucional decente, que han entendido la cuestión del aborto como un problema de salud pública. Sí, señores, estoy tranquila porque sé, por pura convicción, al igual que usted, doctor José Darío Salazar, que no lo lograrán.<br />Y aprovecho para pedir a los hombres -casi todos los gestores del proyecto son hombres- un poco de humildad ante lo que siente una mujer víctima de uno de los tres casos mencionados por el fallo de la Corte. ¿Qué puede saber un hombre de esta historia sellada en nuestra piel, que nos recuerda incesantemente que nuestro cuerpo no es sino un texto dictado por la cultura, una especie de pantalla sobre la cual proyectan desde hace milenios órdenes, deseos, fantasmas masculinos?<br />Hoy, cuando apenas nos estamos recuperando de esta mutilación cultural, tenemos que exigir a los hombres algo de silencio, algo de humildad, algo de reconocimiento de su ignorancia en relación con nuestra historia. Hombres, si no logran entendernos -y no lo logran porque nunca nos han escuchado con una real voluntad de entender- tengan entonces la decencia de callar. Dejen de ser amos de un saber que no les pertenece. Dejen de lado por un rato esta autoridad intrínseca que los habita y concédanos un saber ajeno a su condición masculina. Ese saber emanado de un cuerpo que ustedes nunca podrán conocer, ni sentir, ni vivir. Ese saber nuestro.<br />Y en cuanto a los hombres de iglesia, nunca he podido entender cómo se atreven en juzgarnos, en señalarnos, en castigarnos y en amenazarnos. ¿Dónde quedó su tan nombrada compasión, misericordia y caridad cristiana? Tal vez deberían volver a leer los evangelios, pues no sé cómo yo los entendí, pero, en mi fuero interno, sé que ese extraño hombre nombrado Jesús de Nazaret, revolucionario por haberse inventado una religión de amor, nunca hubiera condenado a las mujeres, y de hecho nunca las condenó. Conversó con ellas, las escuchó y las amó. Hombres de iglesia, no queremos más condenas.<br />Además, sus condenas no han servido de mucho. Hemos seguido adelante y sus amenazas, sus excomulgaciones y sus proyectos de ley ya no nos asustan. Esta estrategia que, tal vez funcionó hasta los tiempos de nuestra revolución, ya se agotó. Y lo saben porque desde hace ya casi un siglo les hemos administrado duros golpes, específicamente en materia de derechos sexuales y reproductivos, que representan hoy día la cuarta generación de los Derechos Humanos. Nada, entonces, nos hará retroceder. Y no pedimos cosas del otro mundo, solo tenemos la firme convicción de que debe existir un mejor mundo para nosotras y para todas las mujeres del mundo.<br />Hoy estoy tranquila porque sé que el Estado y el conjunto de la sociedad tienen fe en la profunda ética del cuidado de las mujeres y sabe que, a la hora de tomar una decisión como la de interrumpir un embarazo, ellas lo hacen con una inmensa responsabilidad y muy a menudo con mucho dolor y en soledad. Y termino esta columna haciendo una apuesta de esperanza: en cinco años, máximo, el aborto será totalmente legalizado en Colombia. Entonces, no pierdan su tiempo.<br />Tomado de: www.eltiempo.com, 26 de Abril 2011<br />La expresión quot;
en el comienzo era el verboquot;
es un claro ejemplo de:<br />Cita<br />Alusión<br />Plagio<br />La expresión “Quizás cuando crecemos seguimos leyendo para revivir ese ritual, ese triángulo amoroso que cada noche unía tres vértices: un niño, un libro y un adulto” es un ejemplo de<br />Alusión<br />Analogía<br />Paratextualidad<br />¿Qué elementos paratextuales encuentra en el artículo y qué papel desempeñan?<br />Indique de las siguientes expresiones cuáles son HECHOS [H] y cuáles OPINIONES [O] y explique por qué:<br />Más allá de los tecnicismos, cualquier proyecto de lectura involucra los tres componentes: la dotación, el mediador y el lector, que es el centro de todos los esfuerzos.<br />… percibo, en los planes lectores del Estado, cierta obsesión tecnocrática por responder, con cifras y estadísticas, a la presión por mejorar el deficiente desempeño de los escolares colombianos en pruebas como Pisa, Icfes o Saber.<br />Brevemente establezca el tema central del artículo.<br />¿Cómo interpreta eso de que leemos para rendir cuentas y no para tener la posibilidad de escribir la propia posibilidad, la propia vida?<br />Si aumentamos el “consumo de libros” y la dotación de computadores ¿podremos resolver las profundas carencias educativas y culturales? ¿Sí?, ¿no?, ¿por qué?<br />FORMAR LECTORES… ¿O PASAR EXÁMENES?<br />YOLANDA REYES<br />Todo comienza en una habitación iluminada por una lamparita, con alguien que nos cuenta un cuento. O más atrás, con una voz que nos arrulla cuando aún no tenemos las palabras. A diferencia de los otros mamíferos, la historia de la especie humana parece corroborar aquella vieja frase: “en el comienzo era el verbo”. Nos marcan con un nombre, entre la infinidad de nombres, al que le vamos dando cara, lentamente, y nos entregan unos apellidos que amarran el pasado y el presente y que legaremos al futuro.<br />Quizás por ser parte de una saga escrita con palabras, necesitamos ser nutridos, no solo con leche, sino con esas envolturas –historias, cuentos y poemas- que logran reunir a los que están llegando con los que llegaron hace tiempo y con los que ya se fueron. Tal vez leer es asistir a una conversación entre los que están –aquí y ahora-, los que viven lejos o murieron y los que vivirán cuando no estemos. Para evitar quedarse solos y librados a su suerte, entre esos monstruos que pueblan las infancias, los niños piden un cuento y otro y otro… Además del contenido de la historia, los cuentos y la voz son el pretexto para mantener a los seres queridos literalmente sujetos entre en esa urdimbre de palabras que dan cuenta de la odisea por construir sentido.<br />Quizás cuando crecemos seguimos leyendo para revivir ese ritual, ese triángulo amoroso que cada noche unía tres vértices: un niño, un libro y un adulto. En esa escena primigenia está la clave de los proyectos de lectura que ahora, al comenzar otra feria del libro, volverán a ser noticia. De un lado, están los libros. Del otro, los lectores. Y, en la mitad, esas figuras que en el lenguaje técnico se denominan “mediadores” –bibliotecarios, padres, maestros, libreros, editores y promotores-, cuya tarea es oficiar encuentros inéditos y siempre en construcción entre un libro y un lector. Más allá de los tecnicismos, cualquier proyecto de lectura involucra los tres componentes: la dotación, el mediador y el lector, que es el centro de todos los esfuerzos.<br />Llamo la atención sobre esas experiencias de lectura que configuran la psiquis infantil y que son la base de la vida emocional y cognitiva porque percibo, en los planes lectores del Estado, cierta obsesión tecnocrática por responder, con cifras y estadísticas, a la presión por mejorar el deficiente desempeño de los escolares colombianos en pruebas como Pisa, Icfes o Saber. Aunque comparto la preocupación por los niveles de lectura que a casi la mitad de nuestros jóvenes les impide inferir, analizar, interpretar y leer para aprender a lo largo de la vida, tengo la sensación de estar en una carrera por “mejorar las notas” que se enuncia en una terminología cuantitativa, como si aumentar el “consumo de libros” y la dotación de computadores pudiera resolver las profundas carencias educativas y culturales que arrastramos durante muchos años en Colombia y que requieren un cambio dramático en nuestra forma de concebir los hechos simbólicos: los hechos de lenguaje.<br />Lo que nos muestran esas pruebas es la incapacidad de nuestros estudiantes para relacionar lo que leen con lo que piensan y sienten, con lo que son, con lo que sueñan. Y aunque evaluar, medir y dotar son asignaturas pendientes, echo de menos la conexión entre el derecho a la lectura y el desarrollo humano. Esa necesidad de construir sentido, que es parte del equipaje simbólico de la especie y que nos impulsa, desde pequeños, a trabajar con las palabras para habitar mundos posibles y para operar con contenidos invisibles, no se puede perder de vista entre la presión por obtener buenas calificaciones. En el fondo, eso es lo que hemos hecho siempre: leer para rendir cuentas y no para tener la posibilidad de escribir la propia posibilidad, la propia vida.<br />Tomado de: www.eltiempo.com, 01 de mayo 2011<br />A partir de la información de la siguiente tarjeta de invitación a la presentación del libro EL IMPERIO KÁZARO Y SU HERENCIA de ARTHUR KOESTLER, escriba tres elementos verbales paratextuales (por ejemplo, el epígrafe inicial del libro, una dedicatoria y un breve prólogo); además, describa qué elementos icónicos y qué textos combinaría en tapa, contratapa y solapas.<br />