El documento describe la estructura política y administrativa del Virreinato de Nueva España a finales del siglo XVIII. El Virrey y la Audiencia de México gobernaban en nombre de la Corona Española, aunque el poder local lo ejercían comerciantes, hacendados y religiosos. La Corona realizaba visitas para recaudar recursos y los criollos accedieron al poder político a nivel regional. Veracruz y Acapulco eran los únicos puertos permitidos para el comercio.