Muchos caminos 8: Catolicismo Romano parte 2

1. MUCHOS CAMINOS,
¿UN MISMO FIN?

2. Viii. Catolicismo romano

3. Info general
Iglesia: La Iglesia Católica Apostólica Romana
Fundación: no hay fecha exacta, fue un
desarrollo gradual de la iglesia cristiana
fundada alrededor del 33 d.C.
Autoridad: Tradiciones eclesiásticas, la iglesia
y la Biblia.
Teología: Fundamental en muchos aspectos.
Trinitaria, pero en la practica muchos deifican
a María y a los santos.
Atracción especial: Su lugar en la cultura y en
la sociedad nacional. La aceptación sin
necesidad de un cambio en la vida.
Miembros: más de 620 millones en el
mundo.

4. El pecado y su remedio
Según los católicos, los pecados se dividen en
dos categorías: veniales y mortales. Los
mortales que son más graves, no pueden ser
expiados por el sufrimiento o las obras
buenas. El que haya cometido uno de ellos y
no consiga su perdón mediante los
sacramentos y disposiciones de la Iglesia
Católica, sufrirá en el infierno por toda la
eternidad.

5. El pecado y su remedio
La Biblia no hace esta distinción entre los pecados. Además, enseña que es la sangre
de Cristo la que nos limpia de todo pecado, y no los sufrimientos o las obras del
hombre, ni tampoco los sacramentos de la iglesia. (1 Juan 1:7,9)

6. El pecado y su remedio
Enseñan que los católicos que mueren
sin haber subsanado sus pecados
veniales irán al purgatorio, donde
mediante su sufrimiento purgan o se
limpian de sus pecados. Cuando
castigo se termine, irán al cielo.

7. El pecado y su remedio
Esta enseñanza no es bíblica. El purgatorio no es mencionado en ningún texto y esta
idea es contraria a la doctrina bíblica de la salvación personal por medio de la fe en
el Señor Jesucristo y en su obra expiatoria. Él dijo: ¨Consumado es¨ al morir en
sacrificio por nuestros pecados (Juan 19:30). ¨La sangre de Jesucristo, su Hijo nos
limpia de todo pecado¨ (1 Juan 1:7). El es el único que nos limpia de toda maldad (1
Juan 1:9).
Los católicos citan Mateo 5:26: ¨No saldrás de ahí hasta que pagues el último
cuadrante.¨ Pero aquí Jesús se refiere a la cárcel literal y no a la vida futura. Debe
leerse el contexto.

8. El pecado y su remedio
Creen que mediante obras meritorias se puede conseguir una indulgencia. Éstas
rebajan la cantidad de días de castigo que uno debe sufrir para limpiar sus pecados,
ya sea en el purgatorio o en esta vida. El ¨sufragio¨ es una indulgencia que se
consigue a favor de una persona fallecida, para acortar su estadía en el purgatorio.

9. El pecado y su remedio
La idea de que uno puede comprar o hacer obras para obtener el perdón de sus
pecados es antibíblica. La venta de indulgencias en el siglo XVI para financiar la
construcción de catedrales fue uno de los motivos por los cuales Martín Lutero
protestó contra la Iglesia católica y se inició la Reforma.

10. El pecado y su remedio
Los parientes y amigos pueden pagar por misas para que el tiempo que las almas
pasen en el purgatorio se acorte.

11. El pecado y su remedio
Como todo lo anterior, esto no tiene base bíblica. Si una persona muere sin
salvación, no hay forma de mejorar su suerte. Hoy es el día de salvación. Ninguno
puede dar rescate por su hermano. (Salmo 49:7; 2 Corintios 6:2; Hebreos 2:3)

12. El sacrificio de la misa: la transubstanciación
Se enseña que en la misa se ofrece a Jesucristo a diario en los altares como
sacrificio propiciatorio a Dios por los vivos y los muertos. Cuando el sacerdote
bendice el pan (la hostia) y el vino, se transforman verdaderamente en el cuerpo de
y la sangre del Señor. La transubstanciación consiste en que Cristo es sacrificado de
nuevo, en un sacrificio no cruento, que se considera una continuación de su
sacrificio en la cruz.

13. El sacrificio de la misa: la transubstanciación
Hebreos 9:12, 24-28; 10:10-14 dice que el sacrificio de Cristo fue realizado de una
vez por todas. Él ya no puede volver a morir (Romanos 6:9). Está en los cielos y no
puede ser sacrificado cada día en miles de altares (Filipenses 2:8,9; Hechos 2:33-36)
Esta doctrina fue aceptada en el año 1215. Cuando Cristo dijo ¨esto es mi cuerpo¨
(Lucas 22:19), su cuerpo físico estaba presente en medio de ellos. Era evidente que
estaba hablando en sentido figurado, no tenía 2 cuerpos, uno en la mesa y otro que
todos veían. Él estaba diciendo que lo que el pan es para el cuerpo, lo era Él para el
alma. Hablaba de la misma manera que cuando se refería a sí mismo como la vid, la
puerta, el camino, la luz.
Cristo instituyó la Santa Cena como memorial de su muerte, que sustituiría la cena
memorial de la Pascua. Recordamos nuestra liberación del pecado, así como los
judíos celebran la liberación de Egipto.

14. La confesión auricular
En la Iglesia Católica, para recibir perdón de los pecados, se deben confesar todos
los pecados de acción, palabra o pensamiento a un sacerdote. Si la persona no
recuerda u oculta parte de ellos, el perdón del confesor queda sin valor. Para
ayudar a recordar o darle valor a la persona, el confesor debe preguntarle si ha
hecho, dicho o pensado tal o cuál cosa.

15. La confesión auricular
Lejos de limpiar la consciencia, esta práctica de las preguntas despierta la curiosidad
de los inocentes y los expone a encaminarlos hacia la inmoralidad. Los efectos en el
mismo sacerdote confesor son también lamentables, según testimonios de ellos
mismos.
La absolución divina no depende de que hagamos una lista detallada de nuestras
faltas. El publicano solamente oró: ¨Dios, sé propicio a mí, pecador¨, y recibió el
perdón. (Lucas 18:13,14). Basta que reconozcamos nuestra maldad con
arrepentimiento sincero. Si acudimos directamente a Dios, Él nos perdona y nos da
una mente limpia.
Dios no quiere que se hable tan siquiera de las torpezas del pecado; mucho menos
que se insinúen en mentes inocentes en nombre de la religión. (Efesios 5:3,12)

16. La absolución
Enseñan que Dios les dio a los apóstoles y a sus sucesores, los obispos y sacerdotes,
la autoridad de perdonar los pecados, según Juan 20:23:
¨A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los
perdonen, no les serán perdonados.¨

17. La absolución
En todos los escritos de los apóstoles sobre la salvación, no hay ningún indicio de
que ésta se pueda conseguir por la confesión de los pecados a un sacerdote. En
todas las ocasiones que se narran en la Biblia, los pecadores son exhortados a
arrepentirse y pedir perdón a Dios para obtener el perdón por sus pecados. Juan
20:23 se refiere a la retención de la comunión en la congregación no a la comunión
interna con Dios, se refiere a casos en los que se debe aplicar disciplina a algún
hermano, luego de agotar todos los recursos y no ver un arrepentimiento genuino
en él.
Como ejemplo podemos citar al carcelero de Filipos, quien clamó a Pablo: ¨¿Qué
debo hacer para ser salvo?¨ ¿Lo perdonó Pablo? De ninguna manera. Le dijo: ¨Cree
en el Señor Jesucristo y serás salvo¨ (Hechos 16:30,31).

18. La seguridad de la salvación
Los católicos dicen que nadie puede saber hasta el momento de su muerte si uno es
salvo o no. Si uno está en ¨pecado mortal¨ debe confesarlo antes que le sorprenda
la muerte. Muchos creen que las buenas obras contrapesan las malas y así solo es
posible saber el saldo en el día del juicio.

19. La seguridad de la salvación
La biblia enseña que la salvación es por gracia y no por obras (Romanos 11:6; Tito
3:5). Las obras se toman en cuenta para la recompensa recibida en la vida futura, no
para la salvación (Mateo 16:27; Apocalipsis 22:12).
Obtenemos la salvación cuando aceptamos el sacrificio de Cristo a nuestro favor y
confiamos en Él como nuestro Señor y Salvador. Si esto es así en nuestras vidas, no
debemos tener dudas acerca de nuestra salvación.
Juan escribió una epístola para quitar toda duda a los cristianos sobre su salvación,
¨para que sepáis que tenéis vida eterna¨ (1 Juan 5:13)

20. El trato con los católicos
Debemos recordar que muchos católicos aman sinceramente a Dios y han dedicado
su vida a servirle de muchas formas, en hospitales, hospicios, escuelas y otros
lugares en ayuda al prójimo. Aunque la iglesia se ha deteriorado mucho a lo largo
de la historia, en ella ha habido muchos hombres de Dios que han luchado por la
verdad.
Al interactuar con un católico y conversar sobre nuestra fe, podemos centrarnos en
lo que tenemos en común:
1. La Santísima Trinidad.
2. La inspiración divina de la Biblia.
3. La encarnación de Jesucristo, su muerte expiatoria, su resurrección, ascensión y
regreso en gloria.
4. La realidad del pecado, la expiación y la salvación.
5. El juicio futuro, el cielo y el infierno.
6. El bautismo en agua y la cena.
7. La obediencia a la Palabra de Dios.
8. La reverencia por las cosas divinas.
9. La oración.
10. El poder de Dios manifiesto hoy en milagros.

21. El trato con los católicos
Tenemos prácticamente la misma Biblia. De ser posible, usemos una Biblia católica
con ellos. La versión Nácar-Colunga es muy buena.
Resaltemos el amor de Dios-Padre hacia ellos. Él conoce sus necesidades y tiene
compasión de ellos. Hablemos del gran privilegio que tenemos de dirigirnos hacia
Dios mismo, en vez de discutir sobre si los santos nos pueden oír o no.
Tratemos de que oren con nosotros, cuanto más sensibles sean a Cristo en la
oración, tanto más el Espíritu Santo les iluminará para que vean y acepten la
verdad. Una vez que estén en comunión con el Dios verdadero les será más fácil
dejar las imágenes.
Insistamos en el privilegio que tenemos los nacidos de nuevo de saber que somos
salvos por la fe en Cristo, no por nuestras obras. No tenemos necesidad de vivir en
constante temor al infierno o al purgatorio.

22. El trato con los católicos
Algunos católicos creen que los evangélicos despreciamos a María. Podemos
explicarles que María fue honrada por Dios sobre todas las mujeres al ser escogida
para ser la madre del Señor y cuidar de Él durante su infancia. Podemos animarlos a
que lean por ellos mismos el relato de los evangelios sobre María. Si quieren
honrarla, pueden seguir el único mandato que nos dejó: ¨Haced todo lo que Él os
dijere.¨ (Juan 2:5) Y Cristo dijo: ¨Arrepentíos y creed el evangelio¨. (Marcos 1:15).

23. El trato con los católicos
Alicia Luce, en su libro ¨Probad los espíritus¨ sugiere lo siguiente al tratar con los
católicos:
1. Guiarlos a tener confianza en Dios, y a creer lo que Él dice. (Juan 2:24; Judas 24;
1 Juan 5:13; Hechos 10:43).
2. Enseñarles que hay que nacer de nuevo y que el bautismo en agua no es la
regeneración, sino un símbolo de ella. (Juan 3:3; 2 Corintios 5:17; Hechos 18:13,
18-24; Gálatas 6:15).
3. Mostrarles que el verdadero arrepentimiento consiste en: reconocer el pecado,
sentir pena por él y abandonarlo por completo (Isaías 55:7; Proverbios 28:13).
4. Enseñarles que pueden ser perdonados ahora, y que Cristo quiere salvarlos
(Hechos 13:38,39; Efesios 1.7; Isaías 1:18).
5. Demostrarles que pueden ser salvos desde el momento en que acepten a Jesús.
(Juan 5:24; 1 Juan 5:13).

24. Avisos en el camino
La historia de la Iglesia Católica nos puede enseñar sobre ciertas tendencias
peligrosas para cualquier iglesia. Una de ellas es sacrificar la pureza de la doctrina y
espiritualidad a favor de la popularidad. Esto hizo que la Iglesia Católica acomodara
el mensaje a sus miembros, en su mayoría paganos, impidiendo así que la Palabra
los transforme.
Debemos tener cuidado con iglesias que adoptan sus tradiciones como doctrina,
dejando de lado las enseñanzas fundamentales de la Palabra de Dios. Cristo habló
sobre esto refiriéndose a lo que habían hecho los fariseos: ¨Habéis invalidado el
mandamiento de Dios por vuestra tradición…enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres¨(Mateo 15:6,9).
Cristo es el único camino. No puede ser ¨Cristo y las buenas obras¨ o ¨Cristo y las
normas de la iglesia¨ o ¨Cristo y los santos¨. Somos justificados únicamente por la fe
en Cristo.

25. Próximo sábado
La nueva era