1. La Montaña, 5 de abril de 2014.
Mis queridas estrellas,
El Sol nos acaricia, cada vez calienta más, nos acercamos al
Verano y qué felicidad con la Paz y la Tranquilidad que se respira aquí en
la Montaña lo comparto con vosotras mis semillas, abrazar a ése árbol o a
un amigo; y sobretodo, hablarle de cómo ha sido vuestro día y veréis qué
bien os sentiréis.
En el campo o prado que está en frente de mí, están comiendo
tranquilamente unas vaquitas y un poquito más alejado están los caballos y
un poquito más lejos hay un burrito lindo, precioso, me acerqué a él y me
habló y me dijo: “¿Cuándo llegará la Primavera porque ya estoy harto de
comer la paja seca, toda la hierba seca, estar encerrado? estoy deseando
que llegue la Primavera para comer esa hierba fresca y saborear tantos
manjares.
Y llegó la primavera su amo lo
sacó del establo y lo puso en el prado,
entonces empezó a comer, la hierba
estaba deliciosa, un color y un gusto
sabrosísimo, dijo “¡Por fin puedo
comer a mis anchas y escoger toda
variedad que hay en este prado!” Pero
el amo ya se acercó y le preparó en su
espalda lo que tenía que empezar a
llevar ya; es decir, la carga, ir a los
campos, ir a labrar, llevar agua y dijo: “Pero bueno, si es la Primavera, es
el momento de poder comer fresco” pero como en ese momento también
llegan los preparativos para el trigo, el maíz, no hay tiempo para comer, si
no para trabajar.
Así que nuestro burrito amado dio viajes, trabajó y solamente
estaba deseando que llegara la noche para poderse tumbar en el suelo y
dormir, y dijo: “Cuánto anhelo que llegue el Verano, podré estar más
tranquilo, haré la siesta, reposaré, comeré bien, y la hierba estará más
crecida, habrá trigo y gran abundancia”.
No se equivocó, en seguida llegó su amo y le dijo: “¡Arriba burrito
hoy tenemos mucho trabajo!” Pues ya ha empezado a segar el trigo, a
2. recoger el maíz, todas las semillas y nuestro burrito cargando sacos, tenía
el lomo ya doblado, no podía más, el amo le dijo: “¡Date prisa! En
Verano a veces hay unas lluvias y se nos estropearía la cosecha ¡Rápido!”.
Y empezó a darse más prisa a trabajar más rápido, solamente estaba
pensando “¿Cuándo llegará la noche que al fin pueda dormir?”
Llegaban las noches, pasaban tan de prisa que ni siquiera se daba
cuenta, apenas amanecía el Sol, que ya venía el amo y decía: “¡Levántate
burrito, que llega el Otoño ¡date prisa! Ya tenemos
los graneros llenos, ya tenemos las tiendas a
rebosar y las casas y las familias felices, pero
ahora llega el Otoño y hay que vendimiar. Así que
se llevaba al burrito a unos viñedos y tenía que
cargar esas uvas tan buenas, tan sabrosas de
moscatel, tan dulces, pero pesaban mucho; así que
tonelada sobre tonelada el burrito fue llevando a
la cava cooperativa, ya no podía más, ya estaba
agotado y pensó: “Si no llega el invierno, creo que
no podré continuar, mi amo me quiere mucho, pero
ya estoy extenuado, no puedo más”.
Apenas tenía tiempo de comer, y aquella hierba de la primavera tan
gustosa, tan buena, aquellas frutas silvestres tan deliciosas del verano,
aquellas hojas que caían color ocre, tan buenas, ya se estaban acabando. Y
así pasó la primavera, el verano, el otoño y empezaron los primeros fríos,
las primeras lluvias y empezó a nevar; y el amo llegó y dijo: “¡Vamos
burrito, has te has portado muy bien, has trabajado mucho, ahora tienes
que entrar!”. Lo llevó al establo y allí le puso un comedor como un rey,
paja, hierba, no faltaba ni grano ni semillas, nada y un agua bien fresca,
liiimpia y transparente y cristalina.
Entonces el burrito, se echó en su cama mullida, comió, bebió y
dijo: “¡Qué feliz soy, qué ganas tengo y tenía que llegara el invierno!
finalmente es el momento más feliz que paso de mi vida, donde no puedo
salir, donde estoy caliente, donde me cuidan, donde vienen a peinarme, a
asearme, donde nada me falta, donde duermo, reposo, sueño, engordo,
¡Soy feliz! Así que nuestro burrito pasó todo el invierno como si estuviera
en una cama mullida llena de edredones, de almohadones y de algodón,
fresquito y limpio. Así pasó el invierno y dijo: “No tengo prisa para que
llegue la primavera, pues nunca me pareció tan rica esta paja seca y esta
hierba”.
3. He querido compartir con vosotros jóvenes, esta conversación que
hice con mi burrito, la quiero compartir para que hagáis un pequeño
análisis ¿sabéis lo que pensó el burrito sonriente y feliz? Dijo: “Nunca
apreciamos lo suficiente lo que tenemos, tenemos que aprender a ser
felices con todo aquello que poseemos, que tenemos o que nos han dado o
nos han regalado, y si Dios ha querido que sólo tengamos la Vida, la
Esperanza y la Fe ¿Qué más podemos tener? Son nuestras tres bases
para alcanzar la Eternidad, la Felicidad y la Alegría.
Mis queridos jóvenes, la Paciencia a veces se os escapa, aprender
siempre a apreciar lo que tenéis, poco importa si os faltan esos aparatos
nuevos, toda la técnica que creéis que os va a solucionar los problemas,
los problemas los vais a solucionar afrontando la Verdad, afrontando por
qué vuestros padres os dicen lo que piensan y no os gusta o rechazan una
salida o a veces os consideráis injustamente tratados, pensar en ese
burrito, era por su bien el invierno. Los humanos tenemos también un
invierno, pero tenemos que creárnoslo nosotros mismos, aquel que da
recibe, si pensáis que ayudáis a vuestros padres lo suficiente, mirar, aún
podéis hacer más, si os encontráis que os sacrifican, no os preocupéis que
nadie se ha muerto, ni de trabajar ni de dar, al contrario, mañana cuando
tengáis esa “papa caliente” sabréis solucionarla, afrontar los problemas y
encontraréis soluciones, si el corazón os duele porque os ha abandonado
vuestro amor o vuestro amigo o vuestra amiga especial, llorar, porque es
el momento, pero prepararos a la risa porque será el futuro a venir.
Es todo lo que quiero compartir con vosotros, los adultos… ellos ya
conocen esta historia, Servidora la repite muchas veces, pero siempre es
importante recordarla. Demos Gracias cada día, por lo que tenemos, por
lo que comemos, por todos esos vestidos, por todo el lujo que tenemos en
nuestras habitaciones en casa, con los carros, hay otros jóvenes que jamás
podrán tener un coche, ni una bicicleta y también son hijos de Dios y
felices.
Guardar siempre la Esperanza y lograréis
vuestras metas, afrontar la Verdad y llegaréis a la
Libertad, los hombres pueden ponerse cadenas y
atarse las manos, pero jamás podrán encerrar ni el
espíritu ni el pensamiento.
Os merecéis todo, todo lo mejor, como ese
burrito lindo, tooodo lo mejor, aprovecharlo, disfrutar y
ser felices.