2. 1. Una religión
a) Del paganismo al animismo
Hubo una época, no muy lejana, en la que se
llamaba «paganismo» a los cultos que se
consideraban primitivos y que los exploradores
y misioneros descubrieron en América, en Asia
y sobre todo en África. Al no pertenecer a
ninguna de las grandes religiones conocidas, las
creencias de esos pueblos les parecieron una
especie de fetichismo, una idolatría, forjada de
supersticiones y de hechicerías.
3. 1. Una religión
Más tarde, los sociólogos, los etnólogos, los antropólogos, y a
veces los mismos misioneros comprendieron que estos cultos
primitivos merecían ser bautizados: religiones tradicionales.
la creencia en los espíritus, en las «almas», que viven y animan
todo cuanto existe. ¿No es esta convicción el fundamento de
toda religión?
4. 1. Una religión
b) Los elementos de toda religión
Ser animista es creer en la existencia y
en la realidad de un mundo invisible. El
hombre no se limita a su cuerpo. La
tierra, los astros, los animales, los
mismos vegetales pertenecen a un cierto
orden del mundo que vincula entre sí
todos los elementos del cosmos. Su vida,
digna de respeto, no se detiene en su
muerte. Todo procede de un dios
supremo.
5. 1. Una religión
Podría incluso decirse que, para un animista, todo es rito.
Mejor dicho, los pueblos animistas son «en realidad de los
más religiosos de la tierra». En efecto, para ellos, como
veremos, la religión no está separada de la vida personal y
social; todo es religioso.
El animismo posee su organización. Si no hay iglesia
aparente, es que suelen confundirse las funciones religiosas
y las civiles.
6. 1. Una religión
El animismo contiene los principios religiosos esenciales
Por detrás de los cultos considerados como paganos, por estar
aparentemente destinados a la tierra, los astros, el agua, los
árboles o los animales, hay unos esquemas profundos
inherentes al espíritu religioso.
En el animismo, existe como en las demás religiones ritos,
conceptos, ofertorios, purificaciones, etc. Lo sagrado es lo
que está reservado a dios. Está relacionado con el poder y la
majestad divinas.
7. 1. Una religión
Los ritos de ofrenda y de sacrificio
manifiestan el reconocimiento de la
dependencia del hombre respecto a su
creador. Constituyen también a
menudo una expiación.
Los animistas han conocido a veces
los sacrificios humanos.
La víctima servía igualmente como
chivo expiatorio, que recapitulaba las
faltas que había que expiar.
8. 1. Una religión
Pero el sacrificio puede ser también una obligación que se
impone; un acto que «cuesta» para devolver a Dios lo que se le
ha quitado, el tabú violado, robado. Es la reparación de un
desorden.
El sacrificio tiene, finalmente, una tercera función. Regenera
la fuerza vital, disminuida a veces por la enfermedad, la
violación de un tabú, o dispersada por la muerte.
9. 1. Una religión
Como vemos, si el animismo no es sin
duda el único origen de todas las
religiones, sí que contiene los elementos
fundamentales del fenómeno religioso:
creencia en un mundo invisible y en la
existencia del alma; distinción dualista
entre lo puro y lo impuro, lo sagrado y lo
profano; práctica del sacrificio y de una
ética de la obediencia a unas
prescripciones.
10. 1. Una religión
c) Una religión muy viva
En primer lugar, porque sigue siendo la religión de una gran
parte de África, donde cuenta con unos 130 millones de
adeptos. Pero no se limita a África. Las mentalidades animistas
impregnan al menos a 60 millones de asiáticos.
El animismo tiene especial vigencia en el mundo rural, sobre
todo cuando está poco afectado por la emigración a las
ciudades. Pero incluso en los grandes centros urbanos, los
suburbios de las megápolis del tercer mundo ven cómo subsiste
o renace, debido a una necesidad de identidad.
11. 1. Una religión
d) El animismo en el corazón de las religiones
Ya hemos atisbado y volveremos a percibir la permanencia de
los signos, de los símbolos y de los mitos, desde la noche de los
tiempos hasta las religiones contemporáneas.
12. 1. Una religión
Algunos símbolos que están presentes en:
Es muchas veces a partir del agua o del barro como dios crea al
mundo y al hombre, tanto entre los dogón como en el Génesis.
El diluvio cubre el mundo de los kirdi, lo mismo que la tierra de
Yahvé.
Entre los mitsogo del Gabón, la primera pareja es expulsada del
centro de la tierra en donde se levanta el árbol de la vida, como
ocurrió con Adán y Eva en el jardín de Edén.
13. 1. Una religión
Es verdad que el animismo no es una religión
revelada. Si conoce las apariciones de los
sueños, ignora la visión de un dios que
entrega un mensaje y una ley.
Sería, en cierto modo, una religión que se ha
detenido en una etapa arcaica de su desarrollo.
Pero ¿no es ésta una interpretación
demasiado occidental-centrista?
14. 2. El Dios de los animistas
a) Aparente idolatría
Los exploradores y los misioneros, al ver el culto que se rendía
a ciertos animales, al elefante de los pigmeos o al buey sagrado
de los habitantes del Nilo, e incluso a ciertas piedras, como
entre los kotoko 17, o a ciertos árboles a los que se hacían
ofrendas, como lo practican los kikuyu de Kenia, pudieron creer
que los africanos adoraban a esas cosas. Vieron en todo ello un
inaceptable o ridículo fetichismo.
15. El animal, la piedra, la planta, no son ídolos, imágenes
identificadas con la divinidad. Están habitados por una fuerza
que, desde siempre, es también la que el hombre experimenta en
sí mismo.
El culto aparentemente idólatra va más allá de las apariencias.
Revela una creencia más profunda: el animal es un pariente del
hombre. Como él, posee un alma y un doble. Cada hombre tiene de
este modo un alter ego animal. Los dogón dicen: «El animal es el
gemelo del hombre». Por tanto, no es el dios. Los árboles también
tienen alma y las rocas están vivas. De ahí el culto que se les rinde.
2. El Dios de los animistas
16. b) Y politeísmo engañoso
Más ambiguo es el culto a las divinidades de las aguas, de la
tierra y de los elementos. Parece ser que los dogón, los
bambaras, los lobi, los ibos y otros pueblos consideran el fuego,
el aire, la lluvia, el viento y sobre todo la tierra como dioses.
Los invocan, les llevan ofrendas para evitar su cólera y con-
seguir su favor. Rendirles culto no es en definitiva más que
contribuir al buen funcionamiento de ese orden vital.
2. El Dios de los animistas
17. En este panteísmo original, no
todo es dios. Pero las fuerzas
ambiguas de la vida están por
todas partes, invisibles y
presentes. Es la vida la que
merece un culto.
2. El Dios de los animistas
Están dedicados al mantenimiento del orden en el mundo: la
fecundidad, la salud, la limpieza, la paz...
18. c) La creencia en Dios
Del combate entre los dioses suele salir
un vencedor. Se convierte en el Dios
supremo. Así ocurre entre los
bambaras. Su dios superior, Faro, dios
del agua nacido del caos primordial,
venció al dios de la tierra, Pemba. En
adelante, es él, organizador del mundo,
el que mantiene su estabilidad.
2. El Dios de los animistas
19. Así, la mayor parte de las veces, más allá de
sus creencias particulares, las religiones
animistas tie- nen fe en un dios único.
Ese Dios supremo es misterioso,
incognoscible.
Incluso permaneció muchas veces
desconocido para los etnólogos, debido
precisamente a la ausencia de estatuas y de
culto visible.
2. El Dios de los animistas
20. El es, generalmente, el Dios creador
Los relatos de creación difieren según las etnias, pero el dios
creador tiene casi siempre los mismos caracteres. Preexiste a
toda creación. Es la esencia suprema de todo cuanto existe. Ha
hecho el cielo y la tierra. Pero de él proceden también los otros
dioses, el bien y el mal. Fuente de la ley moral, es también un
dios justiciero, dueño del futuro, de sus re- compensas y de sus
castigos. Todopoderoso, lo ve todo; es eterno e infinito.
2. El Dios de los animistas
21. Es fuente de toda vida
Todo viene de él. Todo vuelve a él. Para los dogón y los
bambaras, está en el origen del alma que vuelve a él después de
la muerte. Todo es don de Dios.
Finalmente, es infinitamente bueno
En efecto, está siempre presente en la vida de los hombres. «No
duerme» Es el que vela y protege a los hombres, si «caminan al
mismo paso que él»
2. El Dios de los animistas
22. 3. Los espíritus y los antepasados
a) El espíritu
Está por todas partes. Puede asociarse igual- mente con una roca o
con un animal, con una fuente o con un árbol. Pero es independiente
de ellos. Puede también abstraerse de todo y llevar en el espacio su
propia vida.
—Se habla de buenos y de malos espíritus—. Es una fuerza activa y
eficaz con funciones determinadas: fecundar y hacer llover,
provocar una enferme- dad o una tempestad.
23. b) El mana
Parece estar ligado al espíritu, del que es una
especie de emanación de poder. Podría decirse
que hay «mana» en el mundo, actúa a
distancia, y todo el mundo está expuesto a sus
efectos. El mago es la persona capaz de
domesticarlo. Actúa a la vez sobre él y gracias
a él. La fuerza del mana, canalizada, se ejerce
entonces por medio del amuleto, de la fórmula,
del gesto que lo han captado.
3. Los espíritus y los antepasados
24. c) El alma
El alma no es un espíritu. Vive en un cuerpo como prisionera de
él, como el pájaro en la jaula. A veces logra escaparse
momentáneamente. Pero sólo se evade definitivamente del
cuerpo en la muerte, volviendo entonces a unirse con los
antepasados o con dios, o bien reencarnándose en el mismo
cuerpo —en la locura o en el de un recién nacido.
Para las sociedades animistas, se da una oposición entre
muertos y vivos. Los antepasados están siempre
misteriosamente presentes en medio de los hombres.
3. Los espíritus y los antepasados
25. d) Los primeros antepasados
3. Los espíritus y los antepasados
Son los héroes fundadores.
Reviven en los mitos que se les
han consagrado y que se
transmiten de generación en
generación. Algunos han sido
animales, carnero o tortuga.
26. a) Un tiempo cíclico
El tiempo de los animistas, y más particularmente el de los
africanos, no es el occidental. En vez de ser lineal y progresivo,
es cíclico.
4. El tiempo, la vida y la muerte
Para ellos, la fuerza vital que anima
el universo no conoce ni el
comienzo ni el término de nuestras
energías naturales. Todo se
transmite y se transforma.
27. b) Todo es vida
Y la vida está en todas partes. En efecto, el flujo vital recorre
todo cuanto existe, desde el hombre hasta la piedra.
Para muchas etnias, las plantas, y sobre todo los árboles,
tienen un alma. Si se les corta, hay que aplacar al espíritu que
moraba en ellos u ofrecerle otro refugio.
4. El tiempo, la vida y la muerte
28. c) La muerte: otra forma de vida
La muerte no es más que su cara invisible, como el negativo de
una fotografía.
La muerte no es espantosa, como ocurre en occidente. Es algo
normal, natural. Y los muertos no son rechazados ni fuera de las
aldeas ni fuera de la memoria de los vivos. No dejan a la
comunidad. Tanto si se les teme como si se les venera, los
sienten presentes.
4. El tiempo, la vida y la muerte
29. d) La fiesta
Marca todos los grandes
momentos de la existencia: el
nacimiento, el matrimonio, la
muerte, la siembra, la
cosecha... Dura muchas veces
días y días. No es individual,
sino colectiva, ya que el
individuo no existe más que
por la sociedad de los
antepasados y de los vivos.
4. El tiempo, la vida y la muerte
No es profana, sino siempre religiosa, ya que toda la vida está impregnada de la existencia de los
espíritus y del ser supremo. Manifiesta la comunión vital entre el hombre, el animal y el cosmos.
30. e) La danza
No tiene nada que ver con el
folklore para los turistas. Sobre
todo es comunión de los
participantes entre sí, con los
asistentes y, en el más allá, con
los antepasados, con la
naturaleza, con el cosmos.
4. El tiempo, la vida y la muerte
31. f) El ritmo
Todo lo que vive es ritmo. Supera al ser humano que le
pertenece. El hombre participa de este ritmo cósmico. Debe
ajustar a él su existencia personal, sus jornadas, sus trabajos
y la vida de la aldea. Una de las funciones de la fiesta y de
la danza es la de encontrar ese ritmo fundamental para
adaptarse a él.
4. El tiempo, la vida y la muerte
32. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
33. Todo es rito
El rito es un intercambio entre
el hombre y los espíritus que
animan la naturaleza. Está en
armonía con la vida del
mundo. Mide su ritmo. Su
repetición reproduce y realiza
el retorno perpetuo de todas las
cosas. Por eso, toda la vida es
rito.
6. Cultos y ritos
34. La máscara
Este aspecto animal se explica
por el parentesco cósmico que
vincula con una fuerza de la
naturaleza, con un animal o con
un antepasado. Hay una
continuidad y una permanencia
del uno con el otro. «El animal,
dicen los dogón, es el gemelo
del hombre», «su hermano
mayor», su alter ego.
6. Cultos y ritos
35. Sacerdotes
El depositario del conocimiento sagrado. Escogido desde muy
joven por su memoria, su doble vida, su «posesión» o su rango
social, a veces hereditario, el futuro sacerdote sigue vanos años de
formación al lado de un anciano Sometido a la castidad y a la
abstinencia, aprende el servicio a la divinidad, los ritos, los
entredichos, la adivinación.
6. Cultos y ritos
Hechicero
Es aquel a quien la comunidad hace responsable de las calamidades
que la afligen y el en- cargado de aplacarlas El mal viene a través
de el Y el es el que puede apartarlo Una especie de chivo expiatorio
y de medico.
36. Chamán
Puede adivinar y curar las enfermedades Pero su función esencial
es la de cuidar las almas, mejor dicho, la de restituir un alma sana
al hombre extraviado, y hasta de conducir las almas de los muertos
a su destino El chaman es el psiquiatra sagrado del animismo.
6. Cultos y ritos
Adivino
El adivino es el que comprende y hasta provoca a los dioses. No es
ni un charlatán ni un profeta, sino un creyente-vidente. Mediante
procedimientos propios, interpreta la respuesta que se da a través
de una varilla, de un líquido, de las tabas, de las chispas de fuego,
de los números, de los sueños, de las vísceras de los animales
sacrificados (una gallina, un ratón...).
37. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
38. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
39. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
40. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
41. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
42. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
43. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
44. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación
45. a) ¿Qué es el mito?
Podría por tanto definirse como una manera de
explicar simbólicamente, bajo la forma de un
mensaje codificado, los orígenes y el sentido
del mundo y de la sociedad, las tendencias y las
tensiones del hombre El mito es la sociedad
explicándose a si misma y justificándose Es
también una sociedad que instaura el orden que
la hace vivir en armonía con la medida del
mundo
5. Los mitos de creación