3. • Pensábamos que ser progresistas significaba educar a los
hijos sin límites. La educación tradicional tenía sus fallos,
pero la solución no era irse al extremo contrario.
• Pocas cosas agobian más a los niños que sentir
despistados o inseguros a los adultos.
• Muchos jóvenes reprochan con dureza a sus padres por
su actitud blanda, pasiva o demasiado transigente.
• Cuando se portan mal nos están mandando mensajes
para que reaccionemos, para que tomemos el control y
los “situemos”, ya que se encuentran perdidos y
desorientados.
• Un niño desarrolla la conciencia de los límites cuando
vive dentro de ellos y sabe que están siempre presentes.
Un sistema de alarma permanente.
5. Responsabilidad:
Capacidad para responder;
para decidir apropiadamente y con eficacia.
Ser consciente de los puntos de vista de los demás.
Si el niño no asume la responsabilidad de sus actos
le resulta más difícil aprender.
6. La responsabilidad no se transmite genéticamente, se adquiere por la
experiencia. Debe iniciarse desde la más temprana infancia, lo antes
posible.
Ayúdeles a tomar decisiones
Decidir es resolver dificultades. Hay una relación evidente entre la capacidad
para tomar decisiones y la autoestima. A más responsabilidad, mayor
autoestima.
Cuando los niños son indecisos, suelen manipular a los padres y a los
maestros para que decidan en su lugar. Dicen aburrirse; lo que quieren, sin
embargo es que alguien tome decisiones por ellos, para que sea culpable de
su aburrimiento
Enseñar responsabilidad, no quiere decir enseñar a sentirse culpables
7. Niños motivados por la Niños que poseen sentido
culpabilidad de la responsabilidad
Objetivos de Evitar dolor, castigo, críticas Satisfacer necesidades
comportamiento y desaprobación. propias y ajenas.
Apaciguamiento,
Métodos que dependencia de los demás, Independencia, flexibilidad,
emplean planteamientos rígidos ante franqueza.
nuevas situaciones.
En el presente o en el futuro,
En el pasado, en recuerdos experimentando placer
Focos de dolorosos o de crítica, en ahora o buscando nuevos
atención situaciones pasadas que logros. Recordando
eran seguras. experiencias buenas del
pasado.
Autoaprobación, actitudes
Sentimientos Autoinculpación, ansiedad,
positivas, autoestima
sobre sí mismos temor, autoestima escasa.
elevada.
8. Modos de sabotear las peticiones de los adultos:
•Adquiriendo una reputación de incoherencia e irresponsabilidad.
•Arrastrar los pies, es decir hacer las cosas tan despacio o necesitando
recordárselas tantas veces , que los padres prefieren hacerlas ellos.
•No terminando nunca, dejando las cosas a medias. Efectúan un gran
despliegue para aparentan que se acomodan a lo pedido, pero no acaban la
tarea.
•Negatividad; discuten las tareas que hay que hacer. Les encanta charlar sobre
lo que hay que hacer antes que hacerlo.
•Fiscalización, suelen seguir al pie de la letra las normas establecidas, al tiempo
que evitan cumplir “el espíritu de la ley”.
•Excusas: expresiones de dolor, torcerse un pie “accidentalmente”…
•Olvidos. ¿Quién es el responsable de acordarse de las cosas? Los niños se
acuerdan de lo que es importante para ellos.
•Especial sentido del tiempo. Tienden a vivir el presente, inmiscuyéndose en la
tarea.
9. Cómo se escabullen los niños de la culpabilidad:
•Desviarla hacia padres o maestros. Mientras no tenga
responsabilidades, no tendrá culpa ninguna.
•Critican el carácter del adulto.
•Señalan las debilidades de los padres.
•Si se los recordamos constantemente, ya no es responsable de
acordarse.
•Se revuelven contra los adultos, pero no transmiten las cosas
claramente.
10. Roles o juegos básicos entre padres e hijos:
La mayoría de las dificultades de comportamiento de los niños forman parte
de un JUEGO que los hijos juegan con los padres:, en el que básicamente el
hijo intenta manipular a los padres:
El niño hace algo malo o que disgusta a sus padres, se produce la reacción
excesiva por parte de éstos, el arrepentimiento y la intención de
congraciarse mediante una recompensa.
El hijo siempre gana, consigue que los padres se sientan culpables y
obtiene beneficios.
Resultado final: los padres acaban siendo sutilmente controlados por los hijos.
El mantener el control sobre sus padres es el premio más deseado; “no le
interesa nada”, “no responde a los castigos”, dirán los padres angustiados.
Lo único que le interesa es… salirse con la suya.
12. 1.- Los sentimientos de culpabilidad de los
padres
La mejora arma para los niños: conseguir que los padres se sientan
culpables.
El principal obstáculo para ser un padre eficaz es el sentimiento de
culpabilidad.
La culpabilidad hace que los adultos modifiquen su modo de tratar
a los niños, suelen ser incoherentes.
Los padres sujetos a un sentimiento de culpa excesivo crean
inseguridad en sus hijos.
13. 2.- A algunos padres les cuesta castigar.
No se deben dejar sin respuesta infracciones a las normas.
A los padres que les cuesta castigar, les resulta muy difícil enseñar a sus hijos a ser
responsables. Los niños no nacen sabiendo cómo comportarse, aprende por ensayo
error.
Frecuentes Impedimentos para castigar una mala conducta:
• Ciertos padres creen que deben estar enfadados o de mal humor para imponer
un castigo. Pero la cólera no es necesaria.
• Temor a traumatizar a los hijos. Pero lo peor es mostrarse incoherente, con
descargas emocionales excesivas y desorganizadas.
• Ven a sus hijos como parte de ellos mismos, no como individuos independientes.
• Padres tan ambiguos y angustiados que crean un ambiente hiper-emotivo.
14. 3.- La incoherencia o arbitrariedad.
Cuando no existen normas claras, no hay manera de ser coherentes. La coherencia
vale más que la severidad. La coherencia da seguridad.
Hay que aclararle lo que queremos. Actuar de manera arbitraria hará que el niño sea
demasiado cauteloso e indeciso.
Los niños suelen abordar a los adultos cuando están ocupados porque, distrayéndolos,
se ven más capacitados para conseguir lo que quieren.
No somos perfectos. Siempre habrá alguna vez en la que seamos arbitrarios; no es
malo cuando no es la forma habitual de actuar; es necesario disculparse y reconocer el
error.
Cuando los padres se muestran indecisos, los hijos lo perciben; ofreciéndoles la
oportunidad de mostrarse caprichosos y dominantes.
15. 4.- La inconstancia, tirar la toalla
Jo Frost, Supernanny, nos explica cómo se consigue que un niño no
se quite el gorro:
“Es fácil. Cuando se lo quita, le dices que se lo vuelva a poner. Se
lo vuelve a quitar. Le dices que se lo vuelva a poner. Se lo vuelve a
quitar. Le dices que se lo vuelva a poner. Se lo vuelve a quitar. Le
dices que se lo vuelva a poner. Se lo vuelve a quitar. Le dices que
se lo vuelva a poner. Se lo vuelve a quitar. Le dices que se lo
vuelva a poner…
16. 5.- Los desacuerdos y desavenencias
entre la pareja.
“Divide y vencerás”, esta es una de las estrategias de
manipulación que dominan hasta los niños más pequeños.
El niño frecuentemente maneja a los padres para que discrepen.
Es necesario un acuerdo sobre las normas a imponer y las
consecuencias de no cumplirlas.
17. 6.- La infancia de los padres influye
en su comportamiento
Dos posibles reacciones ante la educación recibida:
• La usamos como modelo
• Reaccionamos en contra.
No caer en los extremos.
18. 7.- Los niños copian las actitudes de los adultos
Si los padres encuentran que el trabajo es fastidioso y tratan de eludirlo, los
niños copiarán esa actitud.
Los padres como modelo de responsabilidad:
• Los padres que son irresponsables no pueden enseñar a sus hijos a ser
responsables.
• Aprenden a ser responsables viendo cómo sus padres hacen cosas que
son difíciles o duras: saber controlar las propias emociones, tomar
decisiones adecuadas, tener en cuenta las necesidades de los demás y
adoptar decisiones difíciles.
• Si los padres son incoherentes, quien primero se da cuenta es el niño. No
hay que confundir incoherencia con inflexibilidad.
• La causa por la que muchos niños no cambian es porque sus padres
tampoco lo hacen.
19. 8.- Resulta más fácil hacerlo nosotros mismos
Es necesario enseñar a los niños a hacer las cosas por sí mismos.
El deseo de evitar conflictos es un motivo para que los padres hagan las
cosas que deberían hacer los hijos.
Hay que dejar que los hijos cometan errores para que aprendan de ellos.
Las tareas y obligaciones crean responsabilidades. Aprenden a
organizarse, fijarse objetivos y llevar a cabo tareas complejas.
20. 9.- Las expectativas negativas
Todos los niños suelen comportarse
como se espera de ellos.
21. 10.-El resentimiento
El resentimiento hacia el niño es síntoma de que existe un conflicto de
poder entre padre e hijo que está sin resolver y en el que el padre se
siente perdedor.
Los agravios entre padres e hijos son casi imposibles de evitar, hay
que afrontarlos y resolverlos. Los padres que no sean capaces o no
quieran expresar esos sentimientos a sus hijos, acabarán inevitablemente
sintiendo rencor hacia ellos.
La habilidad del niño para inducir el resentimiento en los padres es
un arma poderosa.
Ideas para expresar los agravios a sus hijos:
• Describa lo que ocurre, en lugar de echarle la culpa a sus hijos.
• Sea responsable de sus propios sentimientos en lugar de hacerlos
recaer sobre sus hijos.
• Invite a sus hijos a contribuir para resolver las dificultades.
23. 1).- Observar cuidadosamente a los hijos.
Tendemos a ver lo que queremos ver. No ver sólo lo bueno, tampoco
lo malo. Hay que observar sin ser vistos o presentidos. Preguntar a
otros observadores.
2).- Definir y analizar las situaciones problemáticas
¿Cuál es el problema? : ¿Qué comportamiento queremos cambiar?
la conducta problema. Una vez que cambia el comportamiento,
cambia el estado emocional que provoca.
Analizarlo: ¿Cuándo ha surgido?, ¿Cuáles son sus consecuencias?,
¿Qué parte de él nos corresponde?, ¿Cómo reaccionamos?, ¿Cómo
nos gustaría que se resolviese?
3).- Establecer las normas.
4).- Ser coherentes y aplicarlas.
25. • Pocas, pero importantes y claras normas. En este caso “menos es más”. Los niños no
distinguen entre las normas importantes y las que no lo son. Es necesario centrarse en lo
importante.
• Deben ser acordes a la edad del niño. Sin amenazas. Con mano firme pero con gesto
suave.
•Dar sólo una instrucción cada vez, no repita las órdenes mil veces. Ha de especificar la
conducta deseada de manera breve y clara. Decir las cosas una sola vez. Ser breves en el
abordaje de los problemas.
• Buscar el momento oportuno para dar las normas y razonarlas.
• Lo estrictamente prohibido (Líneas Rojas): Conductas que hacen daño a otras personas
(pegar, morder, dar puñetazos, empujar, insultar) y las que podrían poner en peligro al
propio niño.
• Utilizar el lenguaje no verbal en nuestra ayuda.
• Todos los miembros de la familia deben actuar en sintonía. Los niños se confunden
cuando se ven sometidos a cambios continuos en el modo de hacer las cosas. Cuando uno
de los padres, familiar o persona que esté con el niño se salta las normas está siendo
injusto con todos los que tratan de educarlo.
• Usar el sentido del humor, distanciar y objetivar la situación.
26. • No grites, usa “la voz de autoridad”: Acércate al niño, ponte a su altura, sujeta al
niño por los brazos, busca su contacto visual, adopta un tono de voz grave, firme y
autoritario, dile claramente con clama y firmeza qué es lo que quieres que haga o lo que
ha hecho mal. La voz de autoridad es grave, firme y controlada; la de aprobación es
todo lo contrario. Amor y respeto son siempre exigibles por ambas partes.
• No están capacitados para tomar decisiones, no les pidas hacer lo que no pueden; no
les pidas elegir. Sí pueden realizar pequeñas y controladas elecciones, por ejemplo, el
color del pantalón que le hemos comprado; pero no si compramos o no el pantalón.
• No hacer tratos con los hijos, es casi tan malo como dejarles elegir. Lo que para ti es
un trato, para el niño es una norma que no deja de cambiar.
• Usar esquemas tipo “hacer” y “Sí-entonces”. (Si terminas tus deberes, podrás ir al
parque).
• Dar oportunidades de obedecer mediante avisos y recordatorios.
• Alabar la obediencia y establecer consecuencias para la desobediencia.
• Hacer cumplir las sanciones.
28. Darle muestras frecuentes de que se le quiere, alabando sus esfuerzos y
logros.
Reforzar los comportamientos positivos y castigar los negativos.
Definamos claramente las conductas problemáticas. Refuerzos positivos
para las conductas positivas: sociales, materiales,…
No sermonear.
Ignorar las conductas negativas. Sancionarlas brevemente de una manera
discreta y firme. La técnica del “tiempo fuera” es una forma extrema de ignorar.
Muchas veces las consecuencias son la verdadera sanción. Impongamos
las menos “sanciones artificiales” posibles.
La reparación, arreglar lo dañado, la compensación, son formas de sanción
naturales.
29. El castigo conduce al autocontrol sólo cuando el niño está del lado de la
persona que le castiga. Su hijo le quiere y desea complacerle, por eso su
disgusto es el verdadero castigo para el niño.
El castigo debe ser puntual, no frecuente, inmediato, proporcional, justo,
realizable y coherente.
Debe cumplirse necesariamente y no ha de ser contradicho por el otro
cónyuge.
No debemos perder el “con-tacto” con nuestros hijos no caigamos en los
insultos, los menosprecios, las ridiculizaciones, la desafección. Pegar a un niño
es cobarde y humillante, nos desautoriza ante él.
Para que ellos cambien, debemos cambiar nosotros. “Lento es el enseñar
por medio de la teoría, breve y eficaz por medio del ejemplo” (Séneca).
Creer en ellos y en nosotros mismos. No ponerles etiquetas negativas, no
tener expectativas negativas sobre ellos; transmitir seguridad, nos deben sentir
seguros.
31. Un niño sin límites o normas, sin disciplina, no es ni mucho menos un
niño feliz; al contrario, se siente perdido, inseguro, en una realidad que no
comprende, azarosa e impredecible.
Siente un malestar interno similar al que sufren los niños maltratados.
“The only thing worse than beating a child is to want nothing to do with
him”, que traducido sería algo así como “sólo hay una cosa peor que pegar a
un niño, pasar de él.
Esta falta de límites y normas, provoca no saber manejar la frustración,
no tener la capacidad para organizarse para proponerse y alcanzar fines.
Dos momentos son cruciales para introducir al niño en el principio de
realidad: las rabietas y la adolescencia, si alguien le ayuda a cambiar el
principio de placer o el ideal por el principio de realidad, le habrá preparado
para la vida.
32. Características de los niños tiranos
(Síndrome del emperador)
• Hijos únicos (35%)
• Se da más en niños que en niñas
• Sin límites. No respetan los derechos de los demás; para esto es preciso
que estén rodeados de gente que no defiende los propios.
• Consentidos, caprichosos, despilfarradores. Exigen sin límites a sus padres y
no soportan un no. El no de un padre frustra, pero también organiza: traza
límites. Lo importante es que esos límites sean razonables, no autoritarios.
• No aceptan la frustración. No toleran los fracasos. Carecen de la suficiente
humildad para aprender.
• Egoístas, egocéntricos, obstinados.
• Agresivos, quieren imponer su idea o deseo a la fuerza. Pequeños tiranos
• Desobedientes, desafiantes, discutidores, rencorosos, vengativos, coléricos
33. • Exigen ser el centro de atención constantemente
• Esperan el halago constante.
• Saben aprovechar los puntos de conflicto entre los padres, saben dividirlos
para reinar.
• Muy movidos, no se centran en la tarea, revoletean por la clase y van de una
cosa a otra.
• No saben escuchar
• Niño muy bien cuidados: muy bien aseados, alimentados, vestidos…
• No toleran la realidad. No tienen buenas experiencias de aprendizaje, no
saben lidiar con ella cuando les falta la sobreprotección familiar.
• La tiranía suele ser percibida antes por los adultos que rodean al niño que
por sus propios padres.
35. No existe una educación ultrarrápida, de microondas. Educar bien, como la
buena cocina, requiere tiempo, hacerse “al amor de la lumbre”.
La buena conducta de los niños se asemeja a la salud, no la valoramos hasta
que no la perdemos. Cuando un niño se muestra agresivo o rebelde, algo está
pasando en el medio que le rodea. Tendremos que “mirar de nuevo con ojos
de ver”.
Lo afectivo es lo efectivo.
La afectividad es el motor o el freno de la inteligencia (Piaget). La seguridad y
la autoestima son esenciales ingredientes para el aprendizaje.
Mostrar seguridad y determinación. Creer en nosotros mismos. Actuar con
convicción, con calma, pero con decisión.
Transmitir nuestra confianza en ellos. Intentaremos mostrarnos
esperanzados. Positividad, que no ingenuidad o debilidad.
36. Hechos, no palabras. Quien no comprende una mirada, tampoco
comprenderá una larga explicación (Proverbio árabe).
Los niños hacen lo que ven, no lo que nosotros les digamos que hagan.
¿Qué reglas?: Pocas y esenciales. Que el niño pueda cumplirlas. Que
nosotros se las exijamos. Que nosotros también las cumplamos.
Poner límites, enseñarles a aceptarlos. Enseñarles a aceptar la frustración.
No responder a las provocaciones. No ponernos a su nivel. Lo más difícil en
estos casos es convencer y preparar a los padres para que sean capaces de
cambiar drásticamente su conducta, con firmeza y seguridad; no
respondiendo a las provocaciones y mostrándose firmes en sus
planteamientos. Los niños tienen un sexto sentido que les indica cómo
estamos emocionalmente.
37. ¿Por qué les damos todo y más?
“Niño regalado, siempre está enojado”, No darles todo aquello que nos piden;
deben valorar las cosas, aprender a esperar, a soñar, a desear lo que quieren, a
esforzarse por conseguir lo que anhelan y a no frustrarse cuando no lo pueden
obtener.
Muchos padres y profesores se sacrifican y ofrecen a sus hijos o alumnos una
vida irreal, inexistente, donde los niños acaban pidiendo lo imposible.
¿Por qué les exigimos lo que no nos pueden dar?
El exceso de expectativas dificulta la relación con los hijos;
A los niños les es complicado asimilar tanta atención o expectación inmerecida.
38. No sobreproteger.
Uno de los mayores errores que se puede hacer con los niños es sobreprotegerlos; les
impedimos que elaboren sus propios recursos, que sean realistas, que desarrollen su
sentido común.
Hay padres que “quieren tanto a sus hijos” que no les importa ser sus esclavos. Esta
actitud no contribuye a crear felicidad, sino insatisfacción y confusión. Si queremos
bien a alguien debemos de hacerle ver lo que no quiere, de decirle lo que no quiere
escuchar, de pedirle lo que no quiere dar. Los niños que lo han tenido todo muy fácil
no saben enfrentarse a los problemas, se frustran con facilidad ante la más mínima
dificultad.
Educarles en el esfuerzo.
Los niños de hoy día no tienen que esforzarse por conseguir las cosas;
independientemente de cómo se porten, lo tienen todo. Quien de pequeño no se
esfuerza, tampoco lo hará cuando sea adulto. La sociedad actual genera la falsa
ilusión en los niños y jóvenes de alcanzar sin esfuerzo objetivos ambiciosos. (Aprenda
chino sin esfuerzo….).
39. El gran educador: el entorno familiar.
Hablar con el resto de la familia, ir todos a una. Crear lazos, vínculos. La
familia alegre y positiva, la familia que sonríe junta tiene una gran baza para
educar a los hijos. Los lazos más que de consanguineidad lo son de
afectividad. La familia educa por “presión osmótica”; los niños aprenden de
los modelos, no de la crítica destructiva.
Sois padres, no amigos de vuestros hijos.
Evitar ser colegas en vez de padres. Hablar de padre a hijo cuando ya ha
surgido el conflicto no da resultado, más bien al contrario. Hay padres que no
saben distanciarse de los hijos, el “coleguismo”, puede llegar a ser muy
perjudicial. Intentar seducir a los hijos, buscar siempre su complicidad es no
ejercer de padres; manifiesta inseguridad, miedo a crecer.
“Para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien
en ella se resigne a ser adulto” (F. Savater).