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“Orgullo electoral”, detonante de Segunda Vuelta.
Elecciones Presidenciales 2014-2019
Jaime Francisco Vigil Recinos, MSc.
Puerto Príncipe, Haití, 20 Abril de 2013
Este breve análisis realiza una aproximación al escenario político-electoral en El
Salvador de cara a las elecciones para Presidente de la República, de Febrero de 2014. En la
primera parte se formulan algunas observaciones sobre la evolución de las elecciones en El
Salvador durante los periodos en que ARENA y el FMLN han competido en procesos
eleccionarios para Presidente. Tales observaciones están enfocadas a inferir el escenario
esperable para las elecciones Presidenciales de 2014. La segunda parte se orienta a hacer
algunas observaciones y proyecciones tomando como punto de partida la información
disponible al mes de Abril de 2013 sobre la dinámica político-partidaria.
Las consideraciones de este análisis carecen de rigor político puesto que se
fundamentan en experiencias o en vivencias desde el punto de vista de la “opinión pública”
y no desde la pertenencia a algún instituto político por parte del autor. Así entonces, tales
consideraciones tienen como base la percepción y vivencias que como ciudadano tengo del
espectro político de El Salvador.
Tres son entonces las premisas que me animan a escribir estas líneas: uno, que el
mejor Estado imaginable posible para El Salvador es el Estado Democrático que tenga como
sustento un amplio pluralismo político; dos, que la fortaleza en el largo plazo del Estado
Democrático reside en la capacidad del ciudadano común para comprender la complejidad
de los procesos políticos de su país, de manera que tal comprensión le permita ser agente de
cambio; y tres, que la aportación básica que algunos ciudadanos podemos hacer, es la de
contribuir a dar nuestros aportes para que ello -en lo posible- ayude al análisis de los demás
ciudadanos a la hora de ejercer su derecho al voto y elegir sus conductores políticos.
El 15 de Marzo del 2009, el FMLN representado por su candidato Mauricio Funes
ganó las elecciones para Presidente de El Salvador con un total de 1,350,000 votos,
representando el 51.32 % del total de votos válidos en dicha contienda (que fueron alrededor
de 2,638,588 en total). ARENA por su parte, representada por Rodrigo Ávila, perdió el
control que por 20 años había tenido del Órgano Ejecutivo, obteniendo 1,284,588 votos,
representando el 48.68 % del universo total de votos válidos.
Las elecciones presidenciales de 2009 fueron un momento crucial en la historia
política de El Salvador ya que Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) había mantenido
el control del Órgano Ejecutivo desde 1989. El partido ARENA, considerado como pro-
neoliberal, había ganado cuatro elecciones presidenciales consecutivas (1989-1994-1999 y
2004). Estas victorias por amplios márgenes le habían dado carta blanca entre otras cosas,
para aplicar políticas de liberalización económica y de fortalecer el conservadurismo en lo
político. A pesar de haber competido siempre sin alianzas en las elecciones presidenciales,
en algunos momentos sin embargo, ha tenido que echar mano de negociaciones para contar
con el apoyo legislativo de pequeños pero históricos partidos como el Partido de Conciliación
Nacional (PCN) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
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El triunfo de Mauricio Funes (FMLN) sobre el candidato Rodrigo Ávila (ARENA)
en 2009, generó muchas expectativas en la sociedad civil puesto que se pensó que con el gane
de la izquierda, El Salvador podía avanzar en el camino hacia una reforma del sistema
electoral y que de una misma vez diera paso a romper el bi-partidismo imperante a ese
entonces. Se cree que su gane, estuvo de alguna manera influenciado por el denominado
"Movimiento Amigos de Mauricio" que luego se convirtiera en el "Movimiento de
Ciudadanos por el Cambio"1
.
Aun y si fuera cierto el aporte del “Movimiento Amigos de Mauricio”, el gane del
FMLN representaba –en teoría-, implementar nuevas prácticas que permitieran transformar
las políticas de liberalismo económicas y conservadurismo político impulsadas por ARENA.
Tal triunfo marcó la primera transferencia de poder pacífica y por la vía del voto, a un partido
de izquierda en los 188 años de vida republicana salvadoreña (tal vez exceptuando el caso
del breve episodio del Partido Laborista de 1931 del presidente Arturo Araujo)
Este importante cambio en la correlación de fuerzas sociopolíticas que se tuvo en el
2009, generó una tensión extraordinaria en el débil pero complejo sistema político
salvadoreño. Por un lado, la derecha representada en ARENA, perdía una amplia cuota de
poder acumulada durante los 20 años que se mantuvo gobernando desde el Órgano Ejecutivo;
por otro lado, la izquierda, representada en el FMLN debería demostrar su capacidad para
gobernar de una manera diferente de ARENA. Además, el FMLN tenía el reto de
implementar lo que tanto había pregonado cuando operaba como movimiento insurgente y
de lo que tanto había criticado, luego de haberse casi acostumbrado a vivir como oposición.
Otro aspecto importante a tener presente, es que el FMLN al momento de definir la
fórmula presidencial, mostró un giro rotundo a lo que había sido su postura electoral desde
que se constituyó en partido político, al decidirse a participar en las elecciones para la
Presidencia de El Salvador de 2009 con un candidato ideológicamente afín, pero no inscrito
oficialmente en el partido político sino hasta último momento (cuyo interés era únicamente
cumplir requisitos de cara a la Ley Electoral).
La apuesta del FMLN visiblemente le resultó ganadora al atraer el voto indeciso que
ARENA no logró atraer. A ello se sumó la fatiga, el desgaste y los tropiezos de ARENA
durante sus 20 años de gobierno, lo que generó una mayor confianza en el electorado para
anhelar el “cambio” propuesto por Mauricio Funes. Así entonces, el FMLN de manera
aparente, vio ampliado considerablemente el número de votos que históricamente había
recibido en similares contiendas electorales.
El cambio de postura del FMLN al llevar a un candidato de fuera de su partido
político, más allá del efecto triunfalista del momento, lo que comprueba es que las mejores
cartas del FMLN no han podido convencer al electorado salvadoreño sino a través del
acompañamiento de candidatos externos o “moderados” que sean capaces de quitarle el
tono rojo al partido de izquierda.
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El "Movimiento de Ciudadanos por el Cambio" fue presentado el sábado 15 de mayo de 2010, en el
departamento de Ahuachapán.
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Conservadoramente se estima que “Mauricio Funes” le aportó al FMLN
aproximadamente unos 350-400 mil votos adicionales a lo que se conoce como el voto duro
de dicho instituto político (aproximadamente unos 800-900 mil votos). El “Movimiento
Amigos de Mauricio” consideró luego de las elecciones, que el FMLN sólo obtuvo unos 850
mil votos y que el “Movimiento” aumentó 500 mil votos para alcanzar los 1,354,000 votos,
lo que finalmente hizo posible la victoria electoral para ganar la presidencia de la República.
La evolución de las elecciones presidenciales desde 1994 hasta 2009, puede apreciarse
en el siguiente cuadro:
Cuadro 1: Votos en Elecciones para Presidente en El Salvador
1994 1999 2004 2009
ARENA 651,632 614,268 1,314,436 1,284,588
FMLN 331,629 343,472 812,519 1,350,000
PCN 70,854 45,140 61,781 -
PDC 215,936 67,207 88,737
CD/CDU
- 88,640
Coalición con
FMLN
Otros 56,785 23,521 40,508
Votos Validos 1,326,836 1,182,248 2,277,473 2,638,588
Fuente: datos oficiales del TSE.
El cuadro anterior permite formular algunas observaciones:
Uno, los ciudadanos que emiten votos válidos ha crecido casi en un 100% al pasar de
1,326,830 en 1994 a 2,638,588 en 2009. No es esperable que crezca demasiado en 2014, si
acaso, crecerá un estimado de 8% de los resultados de la elección de 2009, o sea
aproximadamente unos 212,000 votos como producto del crecimiento de electores
empadronados durante el periodo 2009-2014, así como del establecimiento del voto
residencial y del voto en el exterior. Sin embargo, aún es muy temprano para asegurar que
tal cifra tenga tal trascendencia e impacto que permita aumentar considerablemente el
universo de potenciales votantes. El total de votos válidos esperable en la elección
presidencial de Febrero 2014 estará en el orden de los 2,850,000 votos. Ello significa que
para ganar la presidencia, en la primera vuelta o en la segunda, se necesitan, mínimo,
1,425,001votos (la mitad más uno) en números redondos. Tal sería la “línea de triunfo” para
el partido político que logre llegar a tal cifra.
En términos generales y a juzgar por las acciones emprendidas por el Tribunal Supremo
Electoral hasta la fecha, se estima que el voto residencial tendrá poco impacto, mientras que
el voto en el exterior podría –cuando mucho- aportará unos 70,000 votos adicionales, debido
principalmente al hecho que los ciudadanos tendrán que hacer cambios en el Documento
Único de Identidad para reflejar su domicilio en el exterior, hecho que resulta poco atractivo.
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Dos, al comparar los resultados del cuadro número 1, resalta que ARENA, si bien ha
duplicado su caudal de votos válidos de los obtenidos en 1994 con relación a 2009, en dos
ocasiones (1999 y 2009 vio reducido el total de votos obtenidos en las elecciones previas
correspondientes). Por su parte, el caudal electoral del FMLN ha crecido de manera
consistente hasta casi cuadruplicar el total de votos válidos obtenidos entre los periodos 1994
con relación a 2009. Dicho de otra manera, y más allá de las razones, el FMLN siempre se
ha mantenido en ascenso en cuanto al número de votos válidos. El total de votos del resto
de partidos políticos, incluyendo el PCN, PDC y en algunos casos el CDU, no representa más
del 10-11% del total de votos válidos durante los procesos electorales del pasado, de manera
que su peso –al menos hasta el momento- no ha sido de mayor incidencia en los resultados
electorales, y no parece serlo tampoco en la contienda que se avecina para el 2014.
Tres, en los cuatro procesos electorales por la presidencia anteriores (1994, 1999, 2004
y 2009), ARENA fue siempre solo y ganó solo (sin alianzas) en tres procesos, aunque perdió
el de 2009. En gran medida los triunfos de ARENA fueron porque supo utilizar el voto útil2
producto de vender -a su favor- los efectos ideológico-políticos de la post-guerra, aún
prevaleciente en tales años en el país y mostrando que sus candidatos tenían las mejores
posibilidades de triunfo, lo cual, definitivamente que le terminó favoreciendo: eran muchos
más los que temían o rechazaban al FMLN, que los que temían o rechazaban a ARENA.
Así las cosas, ARENA pudo ganar solo las elecciones de 1994-1999 y 2004, gracias a
la gran cantidad de tal voto útil y al temor/rechazo a la forma de hacer política y a los
mensajes erróneos desde la oposición (FMLN) en ese entonces. A ello coadyuvó el carácter
escandaloso que asumió el proceso de convenciones del FMLN de septiembre-noviembre de
1998 para establecer al candidato presidencial, hecho que dañó severamente la imagen
pública del FMLN y elevó considerablemente el temor/rechazo ciudadano a este partido. Ésta
y otras razones sugieren entonces, que la postura ideológica que el FMLN y ARENA han
mantenido desde que compiten en procesos eleccionarios no está en función de ser los
partidos genuinamente más preferidos, sino de ser los partidos menos rechazados en
función de lo que podrían hacer una vez detenten el Poder. Para ello, sus campañas más
bien han estado centradas en continuar con mensajes ideológico-políticos posbélicos,
echando mano del “voto útil”, sin caer en la cuenta que todo voto útil es volátil.
Cuatro, para ganar solos (sin alianzas) la presidencia el próximo Febrero de 2014, y
partiendo de la base del total de electores que se espera, el FMLN o ARENA tienen que
conquistar, el uno o el otro, respectivamente, más o menos 75,000 o 140,000 votos
respectivamente más de los que cada uno obtuvo en marzo de 2009, incrementando sus
caudales electorales respectivos en 6% o en 11%. En la situación actual, ello es poco
probable para ambos. Por un lado, debido a que “el cambio” prometido por el FMLN,
difícilmente ha tenido lugar, y más allá de las razones que se esgriman, lo que ha habido es
un pobre desempeño de la gestión gubernamental, un golpe a la clase media y un país que no
encuentra todavía el camino al desarrollo.
2 "Voto útil" es aquel donde los ciudadanos deciden cambiar la orientación de su voto en función de las
expectativas de voto de los distintos candidatos. En una elección nominal, como la elección de un presidente,
el voto útil se suele traducir en votar por el candidato que tienen "probabilidades reales" de ganar, en detrimento
de los candidatos supuestamente "minoritarios".
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ARENA por su parte, luego de convertirse en oposición en 2009, no ha podido
encontrar un rumbo unificador entre sus bases, y mucho menos, un rol proactivo desde su
condición de oposición -lo cual se ha recrudecido ahora que se avecina el evento electoral-.
A ello se suma, que desde que es oposición ha tenido que sufrir un “transfuguismo” de su
cuota de poder legislativa, municipal y de correligionarios.
Los problemas internos del FMLN (en tanto Gobierno y partido), y de ARENA (en
tanto oposición y partido), no permiten ver que quizás, la principal razón para que ambos
partidos mayoritarios no vean aumentado sus caudales electorales en 2014, es la entrada en
escena de “Elías Antonio Saca” quien invocando la bandera del “Movimiento Unidad” busca
atraer adeptos para forzar una segunda ronda de elecciones.
Como ya se señaló antes, para ganar solo en Febrero de 2014, el FMLN tendría que
aumentar su caudal electoral del 2009, en casi un 6% o el equivalente a poco más o menos
que 75,000 votos. Lo que no hay que olvidar, es que ni “Salvador Sánchez Ceren” ni “Oscar
Ortiz” tienen el discurso mediático ni generan las exceptivas que generó Mauricio Funes en
su momento. Además, Mauricio Funes se encontraba en una posición de ventaja, puesto que
representaba la alternancia en el ejercicio del Poder. Ese no es el caso actual. Por otra parte,
el pobre y si acaso opaco desempeño de Salvador Sánchez Ceren al frente de la Vice-
Presidencia de la República y del Ministerio de Educación tampoco garantizan
necesariamente un amplio crecimiento de votos en su favor. En tales circunstancias es difícil
pensar que el FMLN crecerá sustancialmente.
Un aumento tal para decir que el FMLN gana en primera ronda sólo podría ser
imaginable si se produjera una constelación especialísima de circunstancias, por ejemplo, un
derrumbe catastrófico de ARENA en las preferencias del público ciudadano salvadoreño o
un hecho particular que impida que el “Movimiento Unidad” continúe con su campaña. Pero
no hay nada en el horizonte que permita pensar que algo así pueda producirse en los meses
siguientes.
Con el anterior orden de ideas, no parece que el FMLN crecerá lo suficiente como para
ganar en primera vuelta, y partiendo de lo que hasta el momento ha sido y sigue siendo el
error de la “derecha salvadoreña”, de dividirse más que unirse, se puede inferir que el
escenario probable de 2014 sería que el FMLN y ARENA capitalicen su voto duro y traten
de buscar el voto útil. Si a tal perspectiva se suma el rol jugado por los otros institutos
políticos GANA, PDC, PCN de aliarse con el “Movimiento Unidad” lo más probable es que
haya una segunda vuelta, donde de continuar las cosas como a la fecha, también es muy
probable que el FMLN ganaría con un estrecho margen.
Por su parte, para ganar solo, ARENA tendría que reconquistar, no menos de 140,000
votos más de lo que obtuvo en el 2009. El caso, es que como ya se ha mencionado antes,
ARENA ya no maneja el Órgano Ejecutivo (ni los recursos que de ello se derivan) y ha estado
enfrascada por casi cuatro años, desde que es oposición, en sendas disputas internas sin que
a la fecha haya indicios de que haya salido o vaya a salir pronto de tal circunstancia. También,
ha tenido que sufrir lo que parece ser la tendencia de los partidos políticos una vez se vive
desde la oposición, es decir, sufrir los estragos de funcionarios que se cambian de camiseta
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a su mayor conveniencia, cuando por negociaciones fraudulentas o por ver truncadas sus
“oportunidades de continuidad en dichos cargos se ven obligados a presentar “renuncias a
dichos institutos políticos. En los meses recientes, ARENA, ha sufrido ya cinco bajas en su
cuota legislativa, lo que ha generado la pérdida del control de “la mayoría calificada” y de
continuar las cosas, es sumamente probable que pierda también algunas alcaldías.
Anteriormente y desde la oposición, eso también lo sufrió el FMLN.
Pero al contrario de lo experimentado por el FMLN durante el 2009, en esta ocasión es
ARENA la que ha decidido probar suerte al participar con un candidato a la Vicepresidencia,
ideológicamente afín, pero no inscrito oficialmente en el partido político (aunque de seguro
lo hará una vez haya que inscribirse como candidato).
Cinco, hasta el momento, el FMLN y ARENA han mostrado señales de acudir solos a
la contienda por la presidencia. Elías Antonio Saca por su parte, busca generar una coalición
con al menos tres partidos políticos históricamente con pocas opciones de ganar: GANA (que
probaría suerte por primera vez), PCN y PDC. Al parecer la apuesta de corto plazo es la de
captar y aumentar los votos obtenidos por dichos institutos políticos en las elecciones
Legislativas de 2012 obligando de esa manera a una segunda vuelta. En tales elecciones,
dichos partidos políticos tuvieron un total estimado de 427,000 votos válidos. Si se lograse
el escenario de obligar a una segunda vuelta, entonces el FMLN y/o ARENA tendrían que
buscar formas de entendimiento con el Movimiento de Unidad. Si ese es el resultado
previsible, entonces Elías Antonio Saca tendría garantizado el fortalecimiento de su
movimiento de cara a las elecciones Legislativas y Municipales de 2015, lo que quizás es su
apuesta de mediano plazo.
También, hay que decir que, hasta lo visto hasta el momento, es poco probable que
Elías Antonio Saca, haga alianzas de manera visible con Norman Quijano, o con Salvador
Sánchez Ceren. Si este fuera el escenario en los meses que se avecinan, todo indicaría que la
“Derecha de El Salvador” no habría logrado aprender de las lecciones de un buen número
de países de América Latina, donde por ese “orgullo político” y falta de visión estratégica,
terminan perdiendo elecciones.
Tomando entonces como base el escenario antes descrito, sería esperable, en términos
estáticos (sin considerar el impacto de los candidatos, sus discursos, sus equipos asesores y
sus estrategias de campaña durante los próximos meses), que hubiese una segunda vuelta
y en ella, tanto ARENA como el FMLN se pueden complicar.
Aun considerando la posibilidad de una segunda vuelta, si ARENA no cambia el
rumbo de lo que hasta el momento ha mostrado, en una segunda vuelta, es mucho más
probable que el FMLN vuelva a ganar la elección presidencial. Primero, porque, como se
señaló ya antes, en el caso de ARENA, ahora la propensión al voto útil por temor o rechazo
al FMLN es muy inferior a la existente en los procesos por la presidencia anteriores.
Además, ARENA no ha logrado capitalizar el control que tiene de los gobiernos locales del
área metropolitana y de muchas otras grandes ciudades del país, para que a través del
“municipalismo” pueda generar obrar que atraigan el voto en su favor. Así las cosas, sería
poco probable a estas alturas que el FMLN cometa errores estratégicos garrafales en lo que
le falta a la actual gestión, que hagan pensar que ello le generará una fuga importante de
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votantes. Más bien la fuga que se puede esperar, es aquella que representó en su momento
los votos de los amigos de Mauricio.
Segundo, en el caso del FMLN, habrá que tener presente que la gestión de Mauricio
Funes no ha sido lo que la población esperaba. Ni el cambio ha llegado, (lo cual se vio
reflejado en los resultados de las elecciones Legislativas y Municipales de 2012), ni nada
indica que el país vaya todavía por un mejor rumbo. Los ejemplos pueden buscarse en el
manejo de la Macro y Micro economía, en la gestión de la seguridad ciudadana, etc. Estos
elementos podrían tener un impacto negativo para el FMLN en Febrero de 2014. En todo
caso, el FMLN sigue contando con una amplia aceptación y con un voto duro histórico e
importante.
Tercero, los partidos GANA, PCN, PDC (y a lo mejor CD) ya aprendieron de la
experiencia y, por tanto, en caso de segunda vuelta (que parece ser lo más probable) no es
esperable que se queden de “brazos cruzados” viendo a sus votantes yendo a votar por
ARENA o el FMLN sin que a tales institutos les toque algo del triunfo de uno o del otro, que
en cualquier caso sus votantes producirán. Más bien, es predecible (como ya se vio con la
creación del “Movimiento Unidad” creado por Elías Antonio Saca), que los citados partidos
busquen concertar alianzas públicas (o por la vía de negociaciones privadas) que contemplen,
al menos, puestos en el futuro gabinete o la inyección de recursos o favores que tanto
necesitan para seguir sobreviviendo en el espectro político. Quizás por ello, el PCN y el PDC
se estén prestando a ceder su base territorial, para que Elías Antonio Saca se dedique a
inaugurar las casas de Unidad.
Por tanto, si el “orgullo electoral” de ARENA o del FMLN de querer participar
individualmente en la elección Presidencial de 2014 se impone en la primera vuelta, es casi
seguro que al haber segunda vuelta tendrán que dejar de lado tal postura y buscar “alianzas”.
La pregunta del millón es con quien o con quiénes?
Por su inicial posición de desventaja en tanto que oposición, es primero que todo
ARENA quien tiene fuertes incentivos para romper con cualquier eventual “orgullo
electoral” y, de allí que dicho instituto debería desde ya buscar alianzas estratégicas para
maximizar la probabilidad de llegar a la “línea de triunfo” en la primera vuelta y no correr
riesgo alguno en segunda vuelta.
Sin embargo, también el FMLN está incentivado para hacerlo, so pena de quedar
aislado o en el peor de los casos, sufrir una derrota. De hecho, el mejor escenario imaginable
posible tanto para el FMLN como para ARENA, es acudir a la elección Presidencial aliado
al menos con uno de los tres o cuatro partidos restantes, mientras que el otro vaya solo. Por
el momento, no parece que ésta sea la opción ni para el FMLN ni para ARENA.
Sexto, si el anunciada “Movimiento Unidad” que impulsa Elías Antonio Saca entre
GANA, PCN, PDC, prospera, éste quedaría como “el fiel de la balanza” una vez se diera una
segunda ronda. Por ello, si se produce la alianza en segunda ronda, lo más probable es que
se agrupen de manera tradicional, vale decir (ARENA+PCN+PDC y FMLN+CD), un factor
clave será a cuál partido decida sumarse GANA. Hasta el momento y de manera paradójica,
GANA ha cohabitado con el FMLN y le ha hecho la vida imposible a ARENA.
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Observaciones finales
1. El desempeño visto hasta la fecha por parte de Mauricio Funes en el ejercicio de la
conducción política del país, así como las características equívocas del proceso interno
del FMLN del que emergió Salvador Sánchez Ceren y quizás el mismo Mauricio Funes,
no garantizan necesariamente un aumento del caudal de votantes y mucho menos un
triunfo del FMLN en primera vuelta durante las elecciones de 2014. Todo parece indicar
que su futuro se decidirá en una segunda vuelta.
2. ARENA no ha aprendido su rol como oposición y no ha podido aun reagruparse y
fortalecerse lo suficiente como para ajustarse al gran desafío de re-inventarse y hacer
frente al mayoritario deseo del ciudadano salvadoreño de “darle la vuelta a la página” a
todo lo que tenga que ver con “el conflicto bélico” y, sobre todo, con las polarizaciones
ideológico-políticas procedentes del mismo. Dicho de otra manera, ARENA no ha
podido reinventarse lo suficiente para acoplarse a las nuevas expectativas del
electorado salvadoreño que busca un partido político neo-liberal pero con visión de
futuro y no que viva de la imagen del conflicto post-bélico. A juzgar por lo que hasta el
momento se ha visto, todo parece indicar que ARENA hará uso de su voto duro, en la
espera que la imagen de Norman Quijano al frente de la municipalidad de San Salvador
logre apalancar votos a su favor. Además, la apuesta de un candidato a la Vice-
Presidencia, y no alineado partidariamente, tampoco garantizan que se cree el efecto que
Mauricio Funes generó en el 2009 . Así las cosas, todo parece indicar que echando mano
del voto duro ARENA también pasará a segunda vuelta, donde se decidirá su futuro.
3. Quienquiera que gane, debe poder articular un nuevo proyecto de políticas públicas para
imprimir un trascendental giro de la atención gubernamental hacia las áreas directamente
relacionadas con el bienestar social y la seguridad ciudadana, sin caer en alguna forma
en el “neo-estatismo” o el “populismo”. También será necesario que el que gane,
mantenga la indispensable disciplina y responsabilidad fiscal y macroeconómica y que
entre en consonancia creativa con las nuevas orientaciones de los organismos financieros
mundiales (lejos de cualquier “orgullo nacionalista” en materia de política económica).
Los tres candidatos en contienda, lamentablemente no han dejado entrever hasta la fecha
la más mínima intención -ni una plataforma programática- de ceñirse a un giro
trascendental en materia de políticas públicas.
4. También es imprescindible para el que resulte ganador, de establecer una nueva relación
entre el Gobierno y el empresariado nacional e internacional, en especial con aquellos
segmentos empresariales nacionales que han sido tradicionalmente desatendidos, así
como con la clase media y baja, a efecto de incrementar la legitimidad y el apoyo social
a la nueva política de desarrollo que tendrá que impulsar el mencionado proyecto de
políticas públicas en caso de ganar.
5. El ganador será sin duda aquel partido político que tenga mayor propensión a no dejarse
llevar por el “orgullo electoral” y que pueda protagonizar con flexibilidad ideológica y
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con talento político el complejo proceso de alianzas inter-partidarias que, en la situación
actual, todo indica es indispensable para ganar en Febrero de 2014.
6. Si bien es cierto, el “efecto Mauricio Funes” le permitió al FMLN ganar las elecciones
de 2009, tal gane le ha demostrado a la dirección nacional del FMLN que no pueden
arriesgarse otra vez con un candidato de “afuera”. Todo apunta que esta vez el FMLN
tendrá que “corregir la plana” llevando paradójicamente candidatos históricos y
adoptando una plataforma electoral visiblemente “menos comunista”, lo que, dadas las
características del ciudadano salvadoreño y las evidentes tendencias culturales
mundiales, tendería a incrementar el no temor o rechazo al FMLN y, por tanto, a hacer
renacer, la propensión social al voto útil a favor de este partido, haciendo aumentar sus
probabilidades de ganar.
7. Los partidos políticos tienen que dejar a un lado el factor “orgullo electoral”. Si ello se
produce, el mejor escenario posible para ARENA o para el FMLN es acudir aliado con
al menos uno de los restantes partidos del espectro político de El Salvador, mientras el
otro acude solo.
8. Un factor clave del que dependerá la configuración de fuerzas para la elección
presidencial de 2014, es el relativo a si se generará la “gran alianza” anunciada por Elías
Antonio Saca. Por lo visto hasta la fecha, tal alianza es casi una realidad; pero ello dista
mucho de ser una “Gran Alianza”. Hasta lo visto a la fecha, todo hace pensar en que es
un escenario poco real. De otra manera, sería preciso que su candidato presidencial:
primero que todo, sea capaz de competir en todos los aspectos con los candidatos de
ARENA o del FMLN. Segundo, que sea capaz de competir, para atraer los potenciales
votantes de ARENA y del FMLN, así como de los votantes sin partido, que
conjuntamente representan el mercado político potencial de esta nueva opción político
electoral. Si el candidato por la opción “Movimiento Unidad” fuera “un rostro” mediático
políticamente nuevo, esto es, que no se haya “desgastado” en anteriores intentos políticos
o en el ejercicio del poder, podría decirse entonces que las posibilidades podrían ser
potenciales. Esos factores, no son precisamente el caso de Elías Antonio Saca, a quien a
pesar de su capacidad de atraer el voto en las elecciones de 2004 en beneficio de ARENA,
se le achacan muchos desaciertos durante su gestión presidencial y quizás los más grave,
una rampante corrupción. El escenario probable entonces es que dicho candidato logre
casi duplicar lo obtenido por los partidos por los que compite en las elecciones de 2012.
Dicho de otra manera, es probable que logre obtener unos 700-800 mil votos, lo que casi
automáticamente obligara a una segunda ronda entre ARENA y el FMLN,
9. El escenario deseable es que el mejor candidato sea aquel que tenga y demuestre gran
capacidad intelectual para liderar la elaboración de una plataforma electoral nueva,
imaginativa, atractiva, altamente competitiva, y sobre todo, que sepa debatir con éxito
con los candidatos y generar ofertas viables sobre los aspectos de la problemática
económica y, especialmente, social del país para atraer con ello el estratégico voto de las
clases medias y populares salvadoreñas.
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10. El resultado de la elección presidencial estará de alguna manera influenciado por la
novedad de la participación del votante del exterior; un factor novedoso, aunque con poco
peso en el total de votos válidos en general.
11. Hasta el momento, todo apunta a que el proceso eleccionario de 2014 tendrá
lamentablemente un componente de polarización extremo. Esto es en el sentido de que
para ARENA el país se constituye en una de las últimas líneas de batalla de la derecha
latinoamericana -con la excepción de Chile y Colombia-, y para el FMLN, representa la
avalancha de las izquierdas latinoamericanas. En ese sentido, la participación política de
partidos emergentes se verá aminorada por el enfrentamiento electoral de las principales
fuerzas del país; y ello podría ser diferente, en la medida que todas las fuerzas de centro-
izquierda pudiesen formar una real alianza, que le permita conquistar el voto de
insatisfechos, indecisos o faltos de credibilidad en los políticos actuales. Ese no parece
ser el caso actual.
12. A pesar de los esfuerzos por las candidaturas independientes, y de que el votante
salvadoreño ha madurado en su cultura política; también es cierto que aún se ve
influenciado por la limitante del escaso espectro político del país, donde las opciones
prevalecientes son las de los dos partidos mayoritarios y de líderes políticos históricos.
Peor todavía, hasta la lo que va de la precampaña electoral, poco se ha visto en materia
de promesas que hagan despertar los ánimos del electorado. Es cierto que de manera no
oficial la campaña ya ha comenzado, pero también es cierto que no hay mucho donde
escoger entre los tres candidatos para decir que se puede asegurar un próspero futuro para
el País. Habrá entonces que escoger en el candidato “más votado” aunque ello no
signifique necesariamente que sea el más capaz para regir los destinos de la nación.