1. Una escuela para cada estudiante.
Capítulo 3,4 y 5.
Alumna: ValdesEcheagarayItzel Guadalupe.6.-D
Argumentos del autor Mi punto de vista.
Educar, una profesión persuasiva.
Se acepta sin dificultad que los
docentes influyen en los objetivos
educativos y profesionales, también
influyen en gran medida en los valores,
la ética, la personalidad y las
habilidades interpersonales de sus
alumnos y alumnas.
La manera en la que un docente se
desenvuelve en la clase, se ve reflejado
en el andar de sus alumnos. Muchas
veces el vocabulario de un profesor no
es el más adecuado y es un punto de
imitación para los alumnos, así también
el carácter que el docente manifieste en
sus clases puede ser tomado por los
alumnos y estos manifestarlos de forma
natural puesto que lo ven normal puesto
que el profesor es considerado como
una figura de autoridad.
Los educadores tienen que entender
que su influencia en sus alumnos es
más importante que las materias que
enseñen. Ayudar a nuestros
estudiantes a confiar en sus
capacidades únicas y en la promesa de
hacer realidad sus sueños debe ser
nuestra principal contribución.
Cuando el niño no es motivado en su
hogar, busca esa motivación en la
escuela, es por ello que los
comentarios mal intencionados de los
profesores pueden llegar a causar un
serio problema en la confianza del
alumno así el profesor y el mismo.es
por ello que los docentes deben motivar
a la alumno en esas pequeñas cosas
que pueda logra, siempre alentándolo a
que él puede logarlo; un punto clave en
este proceso es la tolerancia.
Para que la educación pueda romper
las ataduras de estas fuerzas externas,
tiene que empezar por respetar lo más
importante: el desarrollo de una
relación afectuosa con cada estudiante.
El lograr confianza en los alumnos
además de todo lo necesario para que
este pueda lograr sus objetivos, será
necesario que el docente establezca un
lazo afectivo puesto que si no se logra
la motivación que el docente brinde no
será suficiente si no existe un vínculo
emocional entre docente- alumno.
2. Mantener cada vela encendida.
A pesar de lo poderosa que pueda ser
la influencia positiva de un gran
profesor sobre un estudiante, no
podemos perder de vista la realidad de
que un solo comentario negativo puede
arruinar a un alumno.
Actualmente el dar un comentario
negativo ya sea intencional o por
accidente, tiene gran influencia en el
alumno puesto que llega a ser un
episodio tráumate que afectara al
desarrollo del aprendizaje del individuo.
“Para borrar un comentario dañino,
hacen falta cien buenos.”
Cuando el error se cometió, será muy
difícil cambiar la perspectiva del alumno
hacia ese comentario y difícilmente se
podrá lograr rescatar la esencia de este.
Siempre estamos empezando.
Nuestros alumnos y alumnas necesitan
que les digan constantemente que
acaban de empezar y que, si no pueden
hacer algo todavía, con trabajo duro
acabaran consiguiéndolo.
El motivar a los alumnos es una parte
esencial en el proceso de aprendizaje
puesto que hacen falta esas palabras
de aliento que ayudan a poder afrontar
retos.
Los educadores tienen la obligación de
ser animadores de sus alumnos. Tienen
que encontrar formas de crear
confianza de los estudiantes, en sus
capacidades y de guiarlos en
momentos de tribulaciones y confusión.
El confiar en tus alumnos y hacer que
ellos confíen en ti y en sí mismos en una
pieza clave en el proceso de
aprendizaje, puesto que como docentes
estamos obligados a motivar al alumno
a seguir adelante y que los errores
cometidos no impliquen que el alumno
deje de realizar las cosas por miedo a
fracasar.
Tres regalos en uno.
La enseñanza de calidad depende de
las interacciones personales, del modo
en que los profesores influyen
verdaderamente en sus estudiantes. Si
creemos realmente que nuestros
estudiantes tendrán éxito, ¡Lo
alcanzaran! .
El confiar en los estudiantes llega hacer
una energía positiva que podrá lograr
que los estudiantes tengan éxito, esto
dependerá en gran medida que tanto
apueste l maestro por sus alumnos.
Dedicar tiempo a cada estudiante.
Lo que enriquece significativamente las
relaciones son los momentos sin
importancia pasados juntas, los
momentos tranquilos.
Cuando en verdad se le dedica tiempo
a una persona no es aquel que te podrá
sobrar, sino aquel tiempo libre que se
dedica en calidad a resolver ciertas
situaciones.
El tiempo no estructurado, el tiempo
tranquilo, el tiempo muerto puede servir
para entablar unos lazos fuertes entre
los adultos y los estudiantes.
El dedicar tiempo en conocer a los
alumnos puede llegar a ser una pieza
clave en el rol que realicen en el aula es
por ello que dedicar tiempo de calidad
trae recompensa como son los lazos de
3. confianza que unen al docente y
alumno.
Lo que está más allá del currículum.
En las escuelas de todos los cursos, los
docentes se esfuerzan para dar
oportunidades de que acudan oradores
invitados, se hagan excursiones, se
realicen representaciones históricas o
se desarrollen proyectos basados en
temas diversos.
Brindarle a los alumnos situaciones
diversas para aprender conlleva aun
aprendizaje significativo, el sacar a los
alumnos a que observen y convivan con
su contexto son experiencias más
relevantes que si solo aprendiesen
dentro de 4 paredes.
Todas las actividades más allá del
curriculum ofrecen muchas
oportunidades ricas para elevar la
participación y el compromiso a nuevas
cosas, tanto de profesores como
estudiantes.
Los cuestionarios, las preguntas y todo
las costumbres arraigadas de los
maestros para enseñar a sus alumnos
ya no son suficientes. Actualmente la
sociedad exige nuevas maneras de
aprender y por ello la educación se
debe centrar en el alumno por tal motivo
es indispensable que el alumno ya no
solo aprenda en el salón de clases si no
también que salga a su contexto y
ponga en práctica los aprendizajes
obtenidos en el aula.
Capítulo 5 doce principios para ser un profesor excelente.
1. Tener capacidad resolutiva:
El éxito de la educación requiere una
determinación que resulta difícil de
definir.
Los educadores resueltos definen los
escalones necesarios para alcanzar el
éxito y afrontar la acciones con la
actitud de “puedo hacerlo”
Aquel maestro que tiene bien claro su
papel, es aquel que ve hacia adelante y
que sabe que puede dar más, es aquel
que se plantea retos y que busca la
manera de salir de los problemas.
2. Ser persona reflexiva.
La necesidad de que los profesores
reflexionen sobre su trabajo no es moda
pasajera, sino algo necesario.
Actualmente se nos exige reflexionar
sobre nuestra práctica puesto que esto
nos ayuda a localizar nuestras áreas de
oportunidad con las cuales debemos
trabajar para una mejora.
Los docentes tienen que hacer todo lo
que puedan para examinar su trabajo
con la intención de realizar este lo mejor
posible.
Para realizar una reflexión de la
práctica, se deben buscar todas las
herramientas necesarias para lograr
puesto que la finalidad es encontrar una
mejora en aquello que no somos
buenos.
4. La peligrosa paradoja es que, en cuanto
pensemos que por fin lo hemos hecho
bien, probablemente estemos mucho
más cerca de equivocarnos.
El pensar que todo lo hemos hecho
bien, no permite abrir un abanico de
oportunidades para la mejora, ya que
entre más seguros estemos de que todo
va bien podemos estar en el camino del
error.
3. Ser riguroso en la tarea.
Ser riguroso implica llevar el
aprendizaje un escalón más arriba.
Exige hacer que los estudiantes
escriban un poco mejor, que piensen a
un nivel más elevado o demuestren la
capacidad de describir nuevos
conceptos por su cuenta.
El tener las expectativas en un nivel
más alto ayuda a plantear metas y
establecer objetivos claros.
4. Actuar con respeto.
Los profesores más respetados son los
que muestran a los estudiantes el
máximo respeto.
Cuando tenemos el respeto de nuestros
alumnos, la tarea como profesor es
mucho más sencilla. Nos ganamos el
respeto, dándolo.
Este apartado nos habla de predicar
con el ejemplo, queremos respeto
debemos ponerlo en práctica para
ganarlo.
5. Responder siempre.
Una de las formas más rápidas de
perder la confianza de los otros es no
responder a sus necesidades.
El no atender a las necesidades de un
alumno puede conllevar a serios
problemas de rechazo y falta de
disposición del alumno por seguir
trabajando o perder la confianza que le
tenía al docente.
6. Establecer rutinas.
Un contenido excelente y unas
estrategias de enseñanza geniales no
sirven de nada si no hay unas rutinas
bien establecidas.
No basta con tener las planeaciones
mejor elaboradas, las más ricas en
materiales didácticos puesto que si no
se cuenta con un dominio de los
contenidos y de las secuencias de
aprendizaje puede conllevar a un
fracaso.
7. Ser un modelo para los estudiantes.
Si queremos que los estudiantes sean
éticos debemos ejemplificarlos. Si
queremos que los estudiantes sean
respetuosos, debemos mostrarles
cómo. Si queremos que los estudiantes
muestren una ética en el trabajo o que
El maestro como figura principal en el
salón de clases debe de comportarse
de una manera adecuada y sin perder
la postura frente a sus alumnos, puesto
que si queremos que todos se
comporten adecuadamente, el docente
debe de empezar a poner el ejemplo.
5. reflexionen sobre su trabajo, tenemos
que mostrarles cómo se hace.
8. Evitar el estrés.
Toda tarea es más fácil de hacer
cuando nos facilitamos el trabajo o si
nos unimos con otros en una red de
apoyo para llevar una vida equilibrada.
Mientras más confianza tengamos
hacia el trabajo realizado y si se acepta
la ayuda de las demás personas, el
trabajo a realizar será más fácil.
9. Actuar con responsabilidad.
Podemos exigir y esperar una mayor
responsabilidad de nuestros alumnos
cuando el profesor haga lo mismo.
La responsabilidad que el docente
muestre hacia sus alumnos será la
misma que el alumno muestre al
docente.
10.Tener grandes expectativas.
La excelencia en la enseñanza nos exige lograr un equilibrio entre la realización
de los sueños de los estudiantes y su éxito académico general.
11.Ser resilientes.
Tenemos la oportunidad y la responsabilidad de ejemplificar la resiliencia ante
nuestros alumnos.
12.Considerar la enseñanza como recompensa de sí misma.
Los docentes tienen que estar orgullosos de lo que son y de lo que consiguen.