Este documento proporciona consideraciones para la aeroevacuación programada de pacientes en condiciones particulares. Resalta que es fundamental estabilizar al paciente antes del vuelo y continuar proporcionando el mismo nivel de tratamiento y cuidados durante el transporte aéreo para garantizar la recuperación del paciente sin asumir riesgos innecesarios. Detalla recomendaciones específicas para diversas enfermedades como cardiovasculares, pulmonares, quemados, gastrointestinales, neurológicas y más.
1. AEROEVACUACIÓN
PROGRAMADA
CONSIDERACIONES PARA LA
AEROEVACUACIÓN DE PACIENTES
EN CONDICIONES PARTICULARES.
2. Las aeroevacuaciones programadas son
aquellas que se realizan entre formaciones
hospitalarias, en orden a conseguir y garantizar un
tratamiento necesario para el paciente, cuando esto
no es posible en el punto de origen.
Es preciso conocer las particularidades de
cada caso y hacer un estudio global del mismo,... La
aeroevacuación programada no es frecuente puesto
que no está exenta de riesgos y dificultades
(meteorología, personal especializado, material,...)
CUALQUIER AEROEVACUACIÓN
PROGRAMADA REQUIERE LA ESTABILIZACIÓN
PREVIA DEL PACIENTE.
3. ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES:
O2 si lo requería en el Hospital de origen.
O2 siempre si la altitud en cabina será de
1.400 m ó superior.
Colocar tabla de RCP ó tabla espinal antes del
vuelo si se prevé una PCR del paciente durante el
trayecto.
4. ENFERMEDADES PULMONARES:
Un neumotórax no tratado es contraindicación absoluta
para aeroevacuación del paciente, salvo que no exista un
compromiso respiratorio y la altitud en cabina pudiera
mantenerse en las mismas condiciones del punto de origen.
Lo más adecuado es colocar una válvula de Heimlich en el
pulmón afectado o algún otro medio garantice la salida de
aire del pulmón.
Esperar 72 h si al paciente se le ha extraído un drenaje
pulmonar.
Cambiar drenajes pleurales y otros recipientes de cristal
si los hubiera por otros irrompibles.
6. ANEMIA:
Aporte O2.
Requisito para transporte aéreo una Hb igual ó
superior a 8,5 g/dl.
No olvidar que esta es una situación frecuente en
pacientes hemorrágicos, enfermedades
hemolíticas, postoperatorios,...
7. QUEMADOS:
Vía aérea adecuada.
Aporte de O2.
Vía venosa.
En caso de pacientes con Subclavia, realizar Rx de
tórax para descartar neumotórax.
Sonda vesical.
S.N.G para prevenir la distensión gástrica o del
Íleo.
8. ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES:
Precisan de una especial vigilancia de las maniobras aéreas
que puedan causar distensión o reducción volumétrica de
gases, muy frecuentes en estos casos.
La ansiedad de estos pacientes hace que tiendan a tragar
aire provocando nauseas y vómitos, nada aconsejables en
caso de pacientes sometidos a intervención quirúrgica
previa.
Tras intervención intestinal, quedan bolsas de aire en las
asas intestinales, por eso estos pacientes no deben ser
aeroevacuados hasta 24/48 h después de la intervención.
La expansión de gases atrapados en Íleo o hernias puede
provocar gran dolor e incluso compromiso circulatorio.
9. ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES:
No aeroevacuar a pacientes con Íleo paralítico o
intervenciones intestinales hasta que no haya
retornado la motilidad intestinal.
Muy aconsejable en cualquiera de estos casos, la
colocación de una S.N.G con aspiración.
Los pacientes colostomizados deben ser avisados
de llevar bolsas extra por el posible aumento de la
motilidad intestinal debido a la expansión de gases
durante el vuelo.
10. PACIENTES ORTOPÉDICOS/TRAUMAT:
Los yesos recientes deben ser abiertos para
evitar edemas y compromisos circulatorios.
No se debe aeroevacuar a pacientes con tracción
por pesos debido al dolor que pueden provocar las
vibraciones en caso de turbulencias. La tracción en
su caso debe realizarse con un sistema fijo y
continuo.
Las férulas de vacío son preferibles a las férulas
neumáticas, aunque vigilando siempre las
variaciones de P.
11. PACIENTES ORTOPÉDICOS/TRAUMAT:
En lesionados medulares utilizar siempre chaleco o
tabla espinal.
Las vibraciones pueden ser perjudiciales en
pacientes con fracturas asociadas a lesiones
vasculares, en estos casos, es aún más importante
abrir los yesos para vigilar el estado de la
fractura y los posibles edemas/hemorragias de la
zona.
12. PACIENTES CON NEUROPATÍAS:
Precisan O2 sobre todo si PIC es alta y existe edema
cerebral.
La altitud en cabina no debe superar los 2.000 m.
Los más adecuado es que el paciente vaya en sentido
transversal a la marcha y si esto no fuera posible, con la
cabeza hacia la cola de la aeronave.
Si existen cámaras de aire intracraneal debido a heridas,
reabsorción de hematomas,... Se precisa una cabina
presurizada.
LCR en oídos ó nariz, contraindica el aerotransporte en
aeronaves no presurizadas debido a posibles infecciones
meningeas graves.
13. PACIENTES PSIQUIÁTRICOS:
Comprenden desde un paciente con enfermedad
psiquiátrica hasta una simple ansiedad por el vuelo.
Un paciente psiquiátrico en una aeronave puede
ser un serio problema y provocar situaciones muy
peligrosas en un periodo muy corto de tiempo.
Reducir a un paciente ó pasajero violento en vuelo
es difícil, por eso, ante la duda, se recomienda
siempre la sedación previa.
14. EMBOLISMO Y ENFERMEDAD
DESCOMPRESIVA:
Viaje hacia cámara hiperbárica.
Aporte de O2 al 100%.
Controlar la altitud en cabina.
Utilizar aeronaves no presurizadas, sólo si la
distancia es muy corta. Si no lo es, esperar a una
aeronave presurizada.
15. ¡ Lo más importante! (de memoria)
En el aerotransporte de pacientes entre hospitales
es fundamental tener en cuenta que todos los
tratamientos y cuidados que recibe el paciente en
el hospital de origen sean garantizados durante el
transporte hasta el hospital de destino.
NO HACERLO ASÍ SUPONE ASUMIR GRANDES
RIESGOS, E INCLUSO DAR PASOS HACIA
ATRÁS EN LA RECUPERACIÓN DEL PACIENTE.