1. EL PELIGRO DE DESUBICARSE
Preparado por:
Pastor: Giovanni Colorado García
¿Qué sucedería si un guía de campo saliera con un grupo de exploradores y perdiera o se le
dañara la brújula y los instrumentos de orientación que le ayudan a mantener la dirección de
destino? O ¿si alguien que pilotea una nave pierde los instrumentos que garantizan e indican el
curso que llevaría a toda una tripulación a un sitio o destino especifico? De seguro se
extraviaría el guía y toda aquella tripulación.
Es así como el Espíritu Santo es el guía de la iglesia. Por eso dijo a través de Pablo, “ten
cuidado de ti mismo y de la doctrina, persiste en ello, pues haciendo esto, te salvaras a ti
mismo y a los que te oyeren”.
Dijo a Moisés: “ve que hagas todo conforme al diseño que te fue mostrado en el monte”. Y dijo
a Josué: “mira que te mando que te esfuerces y seas valiente para hacer conforme… y no te
apartes ni a izquierda ni a derecha”.
Todo esto significa orientación y dirección departe de Dios para que los encargados de guiar a
su pueblo tuvieran directrices precisas con qué guiar a su pueblo hacia la tierra prometida, sin
temor a extraviarse.
Nosotros hemos sido llamados por Dios para guiar las almas y a todo un pueblo hacia la
salvación, por tal razón, hemos recibido herramientas suficientes para conducir y llevar a todos
a la meta trazada, a la patria celestial. Por lo cual, tenemos la responsabilidad de ser vigilantes
de nosotros mismos y de aquellos principios y verdades que garantizan que nos mantengamos
en el camino o en la ruta trazada por Dios, y así poder guiar a aquellos que nos han sido
encomendados al lugar escogido por Dios.
El Señor advierte del peligro de aquellos que se extravían de la verdad y arrastran a otros hacia
el error; de los guías ciegos que surgen en el camino para desviar y hacer que otros caigan en
el abismo, los viejos profetas que hacen que algunos se salgan del plan trazado por Dios.
Falsos guías desubicados cuyo fin es su perdición y la de aquellos que logran seducir.
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2. EL PELIGRO DE DESUBICARSE
El mundo de hoy está necesitando verdaderos guías espirituales, pues hay muchas personas
con comezón de oir una voz que diga a sus espaldas: “este es el camino andad por el”;
ministros de verdad, temerosos de Dios y vigilantes de sí mismos y de la grey del Señor,
hombres de Dios que puedan guiar por el desierto y por el mar a todo un pueblo, y que
tomados de la mano del señor alcancen la meta final.
El señor dijo:”a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, solo el hijo de
perdición”, para que la Escritura se cumpliese. Y ese debe ser nuestro anhelo, que aquellos
que dependen de nosotros no se pierda ninguno.
Sigamos pues, las huellas que el maestro nos ha trazado, andando y viviendo como él; porque
sabemos que si vivimos para él, sufrimos con él y morimos con él, también viviremos y
reinaremos con él. Esa es nuestra meta; reinar con Cristo por toda la eternidad.
Por tanto, ministros, santos y participantes del llamamiento celestial, el Señor nos invita a tener
cuidado de nosotros, de los principios y enseñanzas para no desubicarnos en nuestra carrera
y perdamos el fruto de nuestro trabajo, a fin de que obtengamos galardón completo.
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