2. “ Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestros manos tocante al Verbo de vida” (1 Juan 1:1)
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8. Naturalezas divino/humana combinadas misteriosamente en una persona: “ Sin embargo, el Creador de los mundos, Aquél en quien moraba la plenitud de la Deidad corpo- ralmente, se manifestó en el desvalido bebé del pesebre. ¡Incomparablemente más elevado que todos los ángeles, igual al Padre en dignidad y gloria, y sin embargo vestido con la ropa de la humanidad! La divinidad y la humanidad se ha- llaban combinadas misteriosamente, y el hombre y Dios fueron uno solo. En esta unión es donde encontramos la esperanza de la raza caída” (Exaltad a Jesús, p. 69 )
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10. Observar y juzgar por lo externo ha sido la forma clásica utilizada por muchos. Jesús miraba el corazón de las personas, en el que veía lo que nosotros no vemos normalmente. Por eso, era común encontrarlo entre personas que la sociedad y la iglesia rechazaban.
11. Los escribas y fariseos tenían un alto sentido de la justicia propia. ¿De qué manera, esto se convierte en un obstáculo en el proceso de la salvación?
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14. Jesús era amoroso al aproximarse a alguien en error; pero no dejaba de ser firme y franco ante los que lo rechazaban.
15. La hipocresía puede entenderse como la manifestación de virtudes fingidas. La clase dirigente a la que Jesús desenmascaró mantenía una apariencia de santidad, pero detrás de esa fachada estaba escondida una vida oscura, sucia, manchada por el pecado.
16. La religión es el medio por el cual el pe-cador encuentra el camino a la liberación y el poder para ser un vencedor, no el ám-bito donde, vestido de una aparente san-tidad, continúe en el pecado, dando la impresión de que ha sido liberado, pero que en realidad está escondido en él. Si Jesús viniera a cada una de nuestras iglesias a exponer a los hipócritas, ¿cómo sería?
17. “ En estas almas cabalmente convertidas. El mundo debe ser un testimonio del poder santificador de la verdad sobre el carácter humano” ( El evangelismo , p. 199) .
18. Jesús amaba demasiado a los hipócritas para desear que permanecieran en ese estado. No obstante, trabajar por la salvación de esas personas no fue fácil. El no perdió de vista su misión: salvar a los perdidos, pues para Él no hay nada más importante que el ser humano.
19. Nuestra principal ocupación, después de conocer a Cristo es la de ganar a otras personas para Él, no importa quiénes sean, ni la situación en la que se encontraren.