ÉTICA, NATURALEZA Y SOCIEDADES_3RO_3ER TRIMESTRE.pdf
Dios hecho hombre
1. DIOS EN CARNE HUMANA
Autor: Ernesto Cabral 26/8/2011 TEL +543813373913
TUCUMAN – ARGENTINA
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Éste era
en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron creadas, y sin Él nada de lo
que ha sido creado fue creado. Como notarán e alterado intencionalmente el final
de éste texto, reemplazando la palabra hecho, por un sinónimo, más expresivo y
contundente, que describe con más propiedad la actividad creadora de Nuestro
Señor Jesucristo y su participación activa en los actos creativos, que ha venido
desarrollando desde la eternidad (Juan 1: 1-3)
La expresión: “En el principio”, poco afortunada, nos esconde parcialmente lo que
realmente quiere decir, ya que esa expresión reduce la eternidad misma del tiempo
de los actos creativos de Dios, como si él tuviera un comienzo, debiéramos
reemplazarla, para hacerle justicia á la revelación: por la frase “En la eternidad era
el Verbo”
Como la expresión Verbo, para el poco versado oyente, ó para el poco informado
lector, significa muy poco, diremos en su favor, que: esconde la participación
directa y exclusiva de Cristo, porque Verbo, es la partícula en la construcción
gramatical de una oración, en la que ésta especial partícula la separa de una
simple expresión, y la transforma en una oración, con sentido ejecutivo, es decir:
que el Dios Verbo, es el que ejecuta con sus propias manos, los actos creativos,
en forma directa, sin necesitar, la coacción de Otro Ser Eterno, como lo declara el
Gran Apóstol San Pablo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, 17: 28
2. “En Él vivimos, Nos movemos y Somos” sumando lo ya leído en Juan 1:1 “Todas
las cosas por Él fueron creadas, y sin Él nada de lo que ha sido creado fue creado”
El énfasis del apóstol es definitivo cuando dice: “Sin Él Nada” Nada existiría, nada
sería traído á la existencia sin su acto creativo, sin su directa intervención como
creador.
Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1: 14)
“Si queremos estudiar un Tema profundo, fijemos nuestra mente en la cosa más
maravillosa que jamás sucedió en la tierra o en el cielo: la encarnación del Hijo de
Dios” declaró: Ellen Gould Harmour White, en un documento registrado como:
(Manuscrito 76, 1903).
Sólo Cristo podía representar a la Divinidad, para hacerlo, nuestro Salvador
revistió su divinidad con humanidad. Empleó las facultades humanas, pues sólo
adoptándolas podía alcanzar a la humanidad. Sólo la humanidad podía allegarse a
la humanidad, sin destruirla, la gloria de su potencia, fue revestida de las
limitaciones de un humano, al punto de adoptar para siempre ese ropaje terrenal,
que á partir de su humanización, quedaría vinculado, a partir de éste planeta, para
siempre en condición humana, la profecía pronosticaba, “un cuerpo me has
preparado, y he aquí que vengo, como en el principio del rollo, está escrito de mi”
según registra San Pablo en su carta á lo Hebreos 10: 5-7.
Vivió el carácter de Dios dentro de ese cuerpo humano que El Dios Espíritu, le
había le había preparado, dentro del vientre Virgen, incapaz de generar por si
mismo, un niño en su vientre, de no mediar previamente la acción de un varón para
la gestación de un nuevo ser, pero he aquí que: El Dios Eterno invitó la pequeña
virgen, á ésa jovencita, que era casi una niña, que vivía una conducta de pureza
mental y permanente consagración y dependencia y que jamás había tenido
relación con un hombre, “Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazarét,* a una virgen comprometida para casarse con
un varón llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María.
El ángel entró donde estaba ella, y le dijo: "¡Alégrate, muy favorecida! El Señor
está contigo". Pero ella se turbó por sus palabras, y pensaba qué significaría ese
saludo. Entonces el ángel le dijo: "¡No temas, María!. Porque has hallado gracia
ante Dios. "Concebirás en tu seno, y darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús. Éste
será grande, y será llamado el Hijo del Altísimo. Y el Señor Dios le dará el trono de
su padre David.” "Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no
tendrá fin” Lucas 1: 27 - 33
María había sido prometida en matrimonio á un hombre mucho mayor en edad
que ella, llamado José, quién á la sazón , ya era viudo, de su primera esposa, con
la cual había tenido hijos é hijas, éstos más tarde se constituirían en hermanos, en
realidad medio hermanos ó hermanastros del Señor, quienes al principio en época
de su niñez, fue maltratado por éstos celosos jóvenes, porque Su Padre José,
puso sus ojos, en una mujer joven, a quien le nace Jesús, por obra divina, y
3. después de la instrucción divina por parte del ángel: Quien le advierte á José “que
lo que se hallaba en el vientre de María” no tenía el sello humano, no se debía á la
intervención de José, quién a su vez ya era un hombre anciano, en edad. José
calmado en sus temores, con respecto á la integridad de María, aceptó su gran
destino, ser el “Padre” humano del Dios hecho hombre.
Cristo se humilló desde su Trono, el Dios que había traído á la existencia á las
miríadas de Los Santos Ángeles y a los Trillones de Trillones de Galaxias y
Mundos, fue revestido de tejidos humanos y de sangre humana, dentro del vientre
de María, por la obra creadora y secreta, del Dios Espíritu Santo, pues el ángel le
había advertido a María “El Santo ser que nacerá, será llamado Hijo del Altísimo”
según testimonio de San Lucas 1: 35
“ante la pregunta de la joven: el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que
nacerá, será llamado Hijo de Dios.”
Ellen Gould Harmour White (Review and Herald, 25-6-1895).
Si hubiera venido Cristo en su forma divina, la humanidad no podría haber
soportado su potencia. El contraste hubiera sido demasiado terrible, la gloria
demasiada abrumadora. La humanidad ni siquiera puede soportar la presencia
de uno de los brillantísimos ángeles de gloria, porque son poderosos seres de
energía, seres de luz incandescentes; como leemos en Mateo 28:1- 4
“Y LA víspera de sábado, que amanece para el primer día de la semana, vino
María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro. Y he aquí, fue hecho un gran
terremoto: porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había
revuelto la piedra, y estaba sentado sobre ella. Y su aspecto era como un
relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas se
asombraron, y fueron vueltos como muertos. ”
Un solo Ángel Muy poderoso, desmayó con sólo su presencia, a una centuria de
Soldados Romanos, que estaban apostados en la tumba de Cristo, custodiando,
porque los Sacerdotes Pseudos Judíos, habían pedido esa guardia romana, al
propio Poncio Pilatos, con la prevención mentirosa de que: “No sea que de noche,
sus discípulos, vengan a robarse el cuerpo de su Señor, y luego hagan correr la
versión de que ¡ha resucitado!” El gran enemigo de las almas , pretendía hacer
correr ésa versión, en cuanto Cristo resucitara, para mantener en incredulidad á los
Pseudos judíos que estaban á cargo del Trono eclesiástico en Israel, éstos no eran
más que los descendientes de los Herodes y la soldadesca Idumeas, que
habitaron antiguamente la zona superior de palestina, eran parientes y
descendientes de Esaú, hermano Mayor de Jacob, quien había apostatado de la fe
de su Padre Isaac, y había ido á vivir como bandolero y asaltante de los caminos.
Esaú se crió deleitándose en la complacencia propia y concentrando todo su
interés en lo presente. Contrario a toda restricción, se deleitaba en la libertad
montaraz de la caza, y desde joven eligió la vida de cazador, su hermano Jacob
era en cambio: pastor tranquilo y pacífico que admiraba la vida de aventurero de
4. su hermano mayor y se sintió atraído por la osadía y su fuerza, que corría sin
temor por montes y desiertos, y volvía con caza para su padre y con relatos
palpitantes de su vida aventurera. Pero Jacob se mantuvo fiel a su hogar y a su
madre, quién educó a Jacob en los caminos de la vida espiritual, en tanto que
Esaú, fue mimado, consentido y descuidado de su Padre Isaac, y se crió en ese
ambiente agreste y se endureció en sus malos hábitos.
Esaú es en idioma hebraico significa “el velludo”, porque su cuerpo estaba cubierto
de vellos pelirrojos y su sobrenombre en arameo era Edom, que significa “rojo”,
debido precisamente al color de su pelo y de sus vellos corpóreos. Y Esaú habitó
en el monte Seir, nos informa Génesis 36: 8. (En Seir habitaban antiguamente los
hórreos, conocidos también como los hurritas, pero fueron exterminados por los
descendientes de Esaú.
Cuando Esaú tuvo 40 años de edad tomó por esposa a Judit hija de Beeri hitita, y a
Basemat hija de Elón hitita. Nos informa Génesis 26: 34, Los descendientes de
Het, como también los designa la Biblia, á los hititas, constituían por aquel
entonces un pueblo muy fuerte, que había establecido un poderoso imperio en
tiempos del Patriarca Abraham, y cuyos descendientes, poblaban ampliamente las
zonas inferiores, en las zonas montañosas que corren paralelas al Mar Rojo, al Sur
de Palestina, éstos son los orígenes de éstos idumeos, que se apropiaron de
Israel, en tiempos de Julio César cuando guerreaba, contra Ptolomeo XII, hermano
de Cleopatra, quién contaba con un poderoso ejército, y defendía, resistiendo las
invasiones romanas, en el alto Egipto, y Julio César fue auxiliado por Herodes el
grande, hasta abatir á Egipto, como premio por esta acción, Julio César cedió el
reinado de Israel, bajo la tutela de Herodes, desde esa época, unos treinta años
antes del nacimiento de Nuestro Salvador, Satanás, estuvo preparando su dominio
contra Cristo, por dos frentes, por un lado los herodes y sus bajezas, a nivel
eclesiástico, ya que erradicaron a los levitas originales, y los sustituyeron por sus
descendientes edomitas, asimismo el Sacerdocio fue envilecido, y el sistema de
sacrificios, que fueran instituido originalmente por el propio Dios, a través de los
escritos de Moisés, y por otro lugar, el dominio, por el momento, solo político del
imperio romano, que centralizaba su sistema religioso en el estado, tratando á sus
Césares, como semidioses, con pretensiones de ser adorados por sus súbditos,
Los que más tarde envilecerían al Cristianismo, a partir de Constantino, que
Semicristianizó al corrupto imperio romano, que termino integrando una forma
externa del cristianismo en la política de Roma, para finalmente mediante los
concilios de Nicea y luego el de Laodicea generara la base ó fundamento de la
Iglesia Romana, la que hacia el 493 DC terminaría desembocando en el sistema
más putrefacto del Papado y de la Iglesia Estatal, con visos actuales de Imperio
Mundial del Catolicismo, que volverá a levantar la bandera de la intolerancia
religiosa, y promoverá el exterminio, a todos los que observen y señalen este
nefasto sistema corrupto, que hoy impera, debido a los trillones de Euros, con los
que maneja la economía mundial, a través de la compra del Banco Mundial, El
Fondo Monetario Internacional y Las Reservas de Fort Nox. El dominio sobre los
5. estados Europeos, a los que ha constituido en sus aliados, junto á los americanos,
como Bush Padre, que venden sus almas á lucifer en grotescos rituales satánicos,
en la Secta secreta Calavera y Huesos, hacen pacto con el y reciben de premios
millones de dólares, entregando la libertad de sus propias naciones en manos de
Los Globalizadores Papales. Similar situación se presentó en la historia de
Palestina, antes de su brutal caída, los Idumeos asociados a los romanos,
echaron por tierra las Grandes Verdades, de las que fueron depositarios por 1500
años los hebreos, herederos de Jacob, de la patria Terrenal, con visos de ser
transformada en Patria Celestial, por la operación con que Dios puede transformar,
aún, á lo más vil, en preciosas joyas para su reino Eterno y ese fue el marco
histórico, donde habría de nacer Nuestro Salvador.
Cristo tomó sobre si, la naturaleza humana, no la de altura de la naturaleza de los
ángeles. Sino que vino a la altura biológica de los hombres mortales, adoptando la
pequeña naturaleza trastornada por cuatro mil años de degradación, aceptó el
pasivo de la naturaleza degradada, sólo en el sentido, de las limitaciones,
impuestas por el deterioro, pero sin los activos, de la ley de la herencia maleada, a
nivel moral, o sea que Cristo como “El cordero de Dios” compatible á las profecías
repetidas á lo largo del sistema de sacrificio, á lo largo de 4000 años de pecado,
donde el corderito sin Mancha ni defecto, era requerido como condición para
realizar un sacrificio aceptable ante la santidad de Dios. Como enseña el apóstol
Pedro: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino
con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación. (1 Ped. 1: 18, 19).”
“Sólo El Cordero de Dios, que quita los pecados del Mundo” rellenó ésta condición
preestablecida en la profecía de Isaías, quien unos 750 años antes del Nacimiento,
había predicho: “
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado
sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre
eterno, Príncipe de paz”
Solo Cristo, El Dios Eterno, quién creó los mundos primigenios, y nuestro planeta,
podía tener interacción, con los seres que él mismo creó, y para demostrarles
cuanto los amaba, tomó las limitaciones humanas de nuestros cuerpos finitos, para
acercarse á nuestro mundo, y ser adoptado dentro de este mundo, como El Hijo
del Hombre.
Contemplándolo, á Cristo, en su humanidad, estamos contemplando al Dios
invisible... Contemplamos mediante la humanidad de Cristo, al Dios Eterno que
actuó como nuestro Creador y que ahora actúa como Nuestro Redentor. Tenemos
el privilegio de contemplar a Jesús por la fe en su revelación, y verlo de pie entre la
humanidad y el trono eterno. Él es nuestro Abogado que presenta nuestras
oraciones y ofrendas como un sacrificio espiritual a Dios. Jesús es la gran
propiciación sin pecado en su naturaleza creada, que aparte de los méritos, de su
fidelidad ejercida por haber elegido en su humanidad, ser fiel á los mandatos de la
6. Gran Ley De Dios, que el mismo creó y diseñó, para nuestra felicidad, pero que
nuestros primeros Padres descuidaron de obedecer, por oír las sugerencias del
Maligno.
Cristo es el vaso comunicante, es la aorta principal que va hacia el corazón de
Dios, llevando la nueva Sangre de Su Eterno Pacto de Paz, que restablece la
armonía, que se había roto y ahora Dios y el hombre pueden platicar juntos.
Cristo ha llevado su humanidad a la eternidad. Está delante de Dios como el
representante de nuestra raza. Cuando adoptamos el traje de bodas que él
generosamente nos ofrece, y somos revestidos de su perfecta justicia, entonces
nos volvemos uno con él y nos dice: "Andarán conmigo en vestiduras blancas,
porque son dignos" (Apoc. 4: 3). Sus santos lo contemplarán en su gloria, sin que
haya ningún velo oscurecedor en medio (Youth's Instructor, 28-10-1897). 28
LA ROCA HERIDA
He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb; y golpearás la
peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en
presencia de los ancianos de Israel. (Éxo. 17: 6)
De la roca que Moisés hirió, brotó primeramente el arroyo de agua viva que
refrescó a Israel en el desierto. Durante todas sus peregrinaciones, doquiera fuese
necesario, un milagro de la misericordia de Dios les proporcionó agua...
Cristo era quien, por el poder de su Palabra, hacía fluir el arroyo refrescante para
Israel. "Bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo" (1 Cor.
10: 4). El era la fuente de todas las bendiciones, tanto temporales como también
espirituales...
La roca herida era una figura de Cristo... Así como las aguas vivificadoras fluían de
la roca herida, de Cristo "herido de Dios", "herido... por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados" (Isa. 53: 4, 5), fluye la corriente de la salvación para
una raza perdida. Como la roca fue herida una vez, así también Cristo había de
ser "ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos" (Isa. 53: 4, 5). Nuestro
Salvador no había de ser sacrificado una segunda vez; y solamente es necesario
para los que buscan las bendiciones de su gracia que las pidan en el nombre de
Jesús, exhalando los deseos de su corazón en oración penitente. La tal oración
presentará al Señor de los ejércitos las heridas de Jesús, y entonces brotará de
nuevo la sangre vivificante, simbolizada por la corriente de agua viva que fluía para
Israel...
El agua refrescante, que brota en tierra seca y estéril, hace florecer el desierto y
fluye para dar vida a los que perecen, es un emblema de la gracia divina que sólo
Cristo puede conceder, y que, como agua viva, purifica, refrigera y fortalece el
alma. Aquel en quien mora Cristo tiene dentro de sí una fuente eterna de gracia y
fortaleza (Patriarcas y Profetas, págs. 436-438). 26
7. EL AGUA VIVA
Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual
que los seguía, y la roca era Cristo. (1 Cor. 10: 4)
Cristo combina los dos símbolos. El es la roca y es el agua viva.
Las mismas figuras, bellas y expresivas, se conservan en toda la Biblia. Muchos
siglos antes que viniera Cristo, Moisés le señaló como la roca de la salvación de
Israel; el salmista cantó sus loores, y le llamó "roca mía y redentor mío", "la roca de
mi fortaleza", "peña más alta que yo", "mi roca y mi fortaleza", "roca de mi corazón
y mi porción", "la roca de mi confianza". En los cánticos de David su gracia es
presentada como "aguas de reposo", en "delicados pastos", hacia los cuales el
Pastor divino guía su rebaño. Y también dice: "Tú los abrevarás del torrente de tus
delicias. Porque contigo está el manantial de la vida". Y el sabio declara: "Arroyo
revertiente" es "la fuente de la sabiduría". Para Jeremías Cristo es la "Fuente de
agua viva"; para Zacarías, un "manantial abierto... para el pecado y inmundicia".
Isaías lo describe como "la Roca de la eternidad", como "sombra de gran peñasco
en tierra calurosa". Y al anotar la preciosa promesa evoca el recuerdo del arroyo
vivo que fluía para Israel: "Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, que no
hay; secóse de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los
desampararé". "Porque yo derramaré aguas sobre el secadal, y ríos sobre la tierra
árida". "Porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad". Se
extiende la invitación "a todos los sedientos: Venid a las aguas". Y esta invitación
se repite en las últimas páginas de la santa Palabra. El río del agua de vida,
"resplandeciente como cristal", emana del trono de Dios y del Cordero; y la
misericordioso invitación repercute a través de los siglos: "El que tiene sed, venga:
y el que quiere, tome del agua de la vida de gratuitamente" (Patriarcas y Profetas,
págs. 438, 439). 27
Poema de La Eternidad
Bendita verdad, que nos acerca, bendita promesa que ha cumplido,
Mirando nuestra mísera bajeza, mirando a los hombres ya perdidos,
De lágrimas arrasados, extraviados.
El manso cordero ennoblecido, por el tierno amor eterno, de los cielos, descendido,
como nube fresca de rocío, para quitar la sequía del desierto,
Y reverdecer la mustia hierba.
Al tomar sobre si nuestros delitos, á la raza caída ha ennoblecido, y los hizo sentar
en las alturas, como príncipes benditos.
Con cuánta esperanza, has retoñado, estos secos árboles marchitos, cuyas raíces
casi muertas y sin frutos, á puntos de morir en tierra seca, ahora serán renovados,
tu plantío, que llevarás para tu gloria.
Al final transplantados de este mundo, para el Santo Vergel del Gran Eterno
8. Estos árboles reverdecidos, serán su Eterno y Santo Plantío.
Autor: Ernesto Cabral 26/8/2011 TEL +543813373913
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