Trabajo hecho por Ilenia Pelaez, Natalia Gorriz y Gloria Zapata. El siguiente powerpoint trata sobre el poema de Jaime Gil de Biedma y se titula "Intento formular mi experiencia de la guerra".
2. Biografía del autor
Jaime Gil de Biedma fue un poeta y traductor catalán, nacido en Barcelona el año 1919, que escribió siempre
en lengua española.
Su familia pertenecía a la alta burguesía
Se licenció en derecho en la Universidad de Barcelona
Su vida interior quedó por completo marcada por su condición de homosexual
Descubrió su pasión por la poesía en una estancia en Oxford, donde se interesó por los poetas anglosajones
(que tuvieron una influencia decisiva en su obra)
Pertenece a lo que se conoce como la Generación del 50
Su obra poética, no es muy extensa, ha sido considerada como una de las más interesantes de su generación
Su poesía presenta inicialmente un gran contenido social e intimista que, dentro de un intenso pesimismo
permanente, evolucionará del existencialismo hacia el nihilismo.
Se caracteriza por usar un lenguaje contundente, crudo y directo
Entre sus obras se encuentran: Según sentencia del tiempo (1953), Compañeros de
viaje (1959), Moralidades (1966) y Poemas póstumos (1968).
Murió también en Barcelona a causa de Sida en 1990
Póstumamente, en 1991, se publicó Retrato del artista en 1956, pero el resto de la obra no pudo ser
publicada en aquel momento debido a la censura vigente durante la dictadura franquista.
3. Movimiento al que pertenece
Jaime Gil de Biedma fue un autor español perteneciente a la Generación del 50.
Algunas de las características de este movimiento son:
- El tema es la ciudad moderna, a partir de la migración.
- Enfatizan el tema urbano, privilegiando la visión de las barriadas.
- Describen las peripecias de la clase media.
- La poesía en su mayoría es de corte social, es decir, son voces de protesta contra la
dictadura.
4. Situación del poema en su obra
Este poema pertenece al libro Moralidades. En él, Gil de Biedma hace un relato
sentimental de los recuerdos infantiles del autor durante la Guerra Civil
Española, intentando mostrar en todo momento las razones por las cuales
actuaba de aquella forma de pequeño. Biedma emplea un tono coloquial y
conversacional, sin perder de vista la ironía, con el afín de hacer una reflexión
sobre su experiencia personal.
5. Comentario del poema
El tema general del poema es el sentimiento de Jaime
Gil de Biedma por mostrar su versión personal de la
guerra. En esta versión personal se refleja una dualidad
de perspectivas: la infancia y la edad adulta. El autor
contrasta la mentalidad adulta de la realidad que en
aquellos tiempos vivía España, con el pensamiento de
un niño, en este caso él mismo cuando tan solo tenía
diez años, por lo tanto, se puede decir que Jaime quiere
exponer sus visiones de la guerra española a lo largo de
su infancia, juventud y edad adulta.
6. El autor expone que las víctimas más
tristes de la guerra son los niños, y
aunque fuese así, el era muy feliz
puesto que tan solo tenía diez años.
Fueron, posiblemente,
los años más felices de mi vida,
y no es extraño, puesto que a fin de cuentas
no tenía los diez años.
!
Las víctimas más tristes de la guerra
los niños son, se dice.
Pero también es cierto que es una bestia el niño:
si le perdona la brutalidad
de los mayores, él sabe aprovecharla,
y vive más que nadie
en ese mundo demasiado simple,
tan parecido al suyo.
Para empezar, la guerra
fue conocer los páramos con viento,
los sembrados de gleba pegajosa
y las tardes de azul, celestes y algo
pálidas,
con los montes de nieve sonrosada a lo
lejos.
Mi amor por los inviernos mesetarios
es una consecuencia
de que hubiera en España casi un
millón de muertos.
Se produce una ruptura que representa
la transición de la infancia a la edad
adulta: el niño ve el mundo como un
lugar pacifico y en cambio el adulto lo
transporta a la realidad.
7. Jaime expone de nuevo la concepción de la
guerra como un juego respecto al niño, el
ambiente de seguridad que tiene y la familia
acomodada. También explica como Segovia se
convierte en un lugar donde los soldados son
héroes y a la vez, los fusilados son misterios.
A salvo de los pinares
-pinares de la Mesa, del Rosal, del Jinete!-,
el miedo y el desorden de los primeros días
eran algo borroso, con esa irrealidad
de los momentos demasiado intensos.
Y Segovia parecía remota
como una gran ciudad, era ya casi el frente
-o por lo menos un lugar heroico,
un sitio con tenientes de brazo en cabestrillo
que nos emocionaba visitar: la guerra
quedaba allí al alcance de los niños
tal y como la quieren.
A la vuelta, de paso por el puente Uñés,
buscábamos la arena removida
donde estaban, sabíamos, los cinco fusilados.
Luego la lluvia los desenterró,
los llevó río abajo.
Y me acuerdo también de una excursión a Coca,
que era el pueblo de al lado,
una de esas mañanas que la luz
es aún, en el aire, relámpago de escarcha,
pero que anuncian ya la primavera.
Mi recuerdo, muy vago, es sólo una imagen,
una nítida imagen de la felicidad
retratada en un cielo
hacia el que se apresura la torre de la iglesia,
entre un nimbo de pájaros.
Y los mismos discursos, los gritos, las canciones
eran como promesas de otro tiempo mejor,
nos ofrecían
un billete de vuelta al siglo diez y seis.
Qué niño no lo acepta?
El autor explica uno de sus recuerdos de la infancia
donde menciona elementos como la primavera, la luz, y
el aire entre otros para así dar vitalidad y esperanza en
los tiempos que corren, pero no es hasta el final de la
estrofa, cuando el autor deja su infancia y vuelve a una
visión más adulta donde toma la voz para justificarse.
8. Cuando por fin volvimos
a Barcelona, me quedó unos meses
la nostalgia de aquello, pero me
acostumbré.
Quien me conoce ahora
dirá que mi experiencia
nada tiene que ver con mis ideas,
y es verdad. Mis ideas de la guerra
cambiaron
después, mucho después
de que hubiera empezado la postguerra.
EL poeta explica su nuevo cambio en
Barcelona. Jaime advierte que este
cambio se produjo pasados los años y
que realmente, esto, lo pueden afirmar
quienes le conocen.
9. Comentario métrico
Este poema está formado por 61 versos,
agrupados en seis estrofas, de los cuales 39 son de
arte mayor y 22 de arte menor. No tiene
estructura métrica fija, ya que sus estrofas
contienen diferente número de versos, y cada uno
está formado por un número de sílabas diferente,
que puede abarcar desde pentasílabos hasta versos
alejandrinos. La rima es libre.
10. Fueron, posiblemente, 8
los años más felices de mi vida, 11
y no es extraño, puesto que a fin de cuentas 12
no tenía los diez años. 8
!
Las víctimas más tristes de la guerra 11
los niños son, se dice. 7
Pero también es cierto que es una bestia el niño: 14
si le perdona la brutalidad 10
de los mayores, él sabe aprovecharla, 11
y vive más que nadie 7
en ese mundo demasiado simple, 11
tan parecido al suyo. 7
!
Para empezar, la guerra 7
fue conocer los páramos con viento, 11
los sembrados de gleba pegajosa 11
y las tardes de azul, celestes y algo pálidas, 14
con los montes de nieve sonrosada a lo lejos. 14
Mi amor por los inviernos mesetarios 11
es una consecuencia 7
de que hubiera en España casi un millón de muertos. 16
!
!
A salvo de los pinares 8
-pinares de la Mesa, del Rosal, del Jinete!-, 14
el miedo y el desorden de los primeros días 14
eran algo borroso, con esa irrealidad 14
de los momentos demasiado intensos. 11
Y Segovia parecía remota 11
como una gran ciudad, era ya casi el frente 12
-o por lo menos un lugar heroico, 11
un sitio con tenientes de brazo en cabestrillo 15
que nos emocionaba visitar: la guerra 13
quedaba allí al alcance de los niños 11
tal y como la quieren. 7
A la vuelta, de paso por el puente Uñés, 13
buscábamos la arena removida 11
donde estaban, sabíamos, los cinco fusilados. 15
Luego la lluvia los desenterró, 10
los llevó río abajo. 7
Y me acuerdo también de una excursión a Coca, 13
que era el pueblo de al lado, 7
una de esas mañanas que la luz 10
es aún, en el aire, relámpago de escarcha, 13
pero que anuncian ya la primavera. 11
Mi recuerdo, muy vago, es sólo una imagen, 11
una nítida imagen de la felicidad 11
retratada en un cielo 7
hacia el que se apresura la torre de la iglesia, 15
entre un nimbo de pájaros. 8
Y los mismos discursos, los gritos, las canciones 14
eran como promesas de otro tiempo mejor, 13
nos ofrecían 5
un billete de vuelta al siglo diez y seis. 12
Qué niño no lo acepta? 8
!
Cuando por fin volvimos 7
a Barcelona, me quedó unos meses 11
la nostalgia de aquello, pero me acostumbré. 14
Quien me conoce ahora 7
dirá que mi experiencia 7
nada tiene que ver con mis ideas, 11
y es verdad. Mis ideas de la guerra cambiaron 14
después, mucho después 6
de que hubiera empezado la postguerra. 12
11. Figuras retóricas
Fueron, posiblemente,
los años más felices de mi vida,
y no es extraño, puesto que a fin de cuentas
no tenía los diez años.
Las víctimas más tristes de la guerra
los niños son, se dice.
Pero también es cierto que es una bestia el niño:
si le perdona la brutalidad
de los mayores, él sabe aprovecharla,
y vive más que nadie
en ese mundo demasiado simple,
tan parecido al suyo.
Para empezar, la guerra
fue conocer los páramos con viento,
los sembrados de gleba pegajosa
y las tardes de azul, celestes y algo pálidas,
con los montes de nieve sonrosada a lo lejos.
Mi amor por los inviernos mesetarios
es una consecuencia
de que hubiera en España casi un millón de muertos.
!
Y me acuerdo también de una excursión a
Coca,
que era el pueblo de al lado,
una de esas mañanas que la luz
es aún, en el aire, relámpago de escarcha,
pero que anuncian ya la primavera.
Mi recuerdo, muy vago, es sólo una imagen,
una nítida imagen de la felicidad
retratada en un cielo
hacia el que se apresura la torre de la iglesia,
entre un nimbo de pájaros.
Y los mismos discursos, los gritos, las
canciones
eran como promesas de otro tiempo mejor,
nos ofrecían
un billete de vuelta al siglo diez y seis.
Qué niño no lo acepta?
Cuando por fin volvimos
a Barcelona, me quedó unos meses
la nostalgia de aquello, pero me acostumbré.
Quien me conoce ahora
dirá que mi experiencia
nada tiene que ver con mis ideas,
y es verdad. Mis ideas de la guerra cambiaron
después, mucho después
A salvo de los pinares
-pinares de la Mesa, del Rosal, del Jinete!-,
el miedo y el desorden de los primeros días
eran algo borroso, con esa irrealidad
de los momentos demasiado intensos.
Y Segovia parecía remota
como una gran ciudad, era ya casi el frente
-o por lo menos un lugar heroico,
un sitio con tenientes de brazo en cabestrillo
que nos emocionaba visitar: la guerra
quedaba allí al alcance de los niños
tal y como la quieren.
A la vuelta, de paso por el puente Uñés,
buscábamos la arena removida
donde estaban, sabíamos, los cinco fusilados.
Luego la lluvia los desenterró,
los llevó río abajo.
12. Hipérbaton (v. 5-6) se altera el orden lógico de la frase, el orden correcto sería : “se dice que los
niños son las víctimas más tristes de la guerra “
Hipérbole (v. 7) se exagera el comportamiento de los niños diciendo que son “una bestia” y
hipérbaton el orden lógico sería “el niño es bestia”
Metáfora (v. 11)
Encabalgamientos aparecen muchos a lo largo del poema, por ejemplo: (v. 30-31)- (v.
53-54) se rompe la frase en 2 partes
Epíteto (v. 44) “una nítida imagen “ el adjetivo no hace falta
Antítesis (v. 16) se contraponen dos pensamientos: “tardes de azul, celestes y algo pálidas”
Pregunta retórica (v. 52) La usa para intentar justificarse de su ideología durante su infancia.
Enunciado exclamativo (v.22) con la intención de acercar al lector al poema y de dar más
èmfasis al significado del poema.