4. Sus primeras obras en Creta (donde vivió hasta los 26 años, 1567) le introdujeron en la
pintura de iconos religiosos, lo que se reflejó en sus pinturas en determinados aspectos:
• Profunda espiritualidad de carácter simbólico de tradición postbizantina.
• Renuncia a los fondos.
• Isocefalia en algunas composiciones.
• Algunas representaciones religiosas heredadas de la tradición bizantina:
pantocrátor, déesis…
5. En obras como La expulsión de los mercaderes del templo, que pintó tras su estancia en
Venecia, se aprecia la influencia de los pintores venecianos como Tintoretto y Tiziano.
6. • Valoración del color, colorido rico, vibrante y variado, en ocasiones de carácter
artificial, manierista, empleando contrastes de color en ocasiones muy violentos.
• Predominio del color sobre la línea en la definición de las formas, con una pincelada
suelta, nerviosa y ondulante.
• Interés por la luz y efectos lumínicos.
• Utilización de profundas perspectivas y composiciones descentradas, así como de
personajes en posiciones forzadas, todo ello influencia de Tintoretto
La Curación del ciego, 1567
7. En Roma conoció la pintura de Rafael, Miguel Ángel y los manieristas, pintando anatomías
poderosas, con musculaturas resaltadas, aunque de canon más alargado, en posiciones
complejas, torsionadas, inestables, escorzos muy agresivos.
8. También recibió la influencia de pintores manieristas como Parmigianino y otros
pintores manieristas, alargando conscientemente el canon de sus figuras en aras de una
mayor espiritualidad y empleando colores de carácter arbitrario.
9. También recibió la influencia de pintores manieristas como Parmigianino y otros
pintores manieristas, alargando conscientemente el canon de sus figuras en aras de una
mayor espiritualidad y empleando colores de carácter arbitrario.
10. En 1577 llegó a España, atraído por la
posibilidad de trabajar en la Corte en la
decoración de San Lorenzo del Escorial, se
asentó en Toledo y comenzó a pintar obras
para la abundante clientela de iglesias y
conventos de la ciudad, así como para los
personajes más importantes de la misma.
11. Allí pintó una de sus primeras grandes
obras, El Expolio (1577-79), para la
Sacristía de la Catedral de Toledo, en la que
ya aparecen algunas de sus características
principales de su estilo:
• Composición muy abigarrada, que da
una sensación de agobio espacial de
carácter manierista, que subraya el
dramatismo de la escena.
• Desaparición de los fondos, sustituidos
por una enorme masa de personajes
revueltos.
• Eliminación de la sensación espacial
tradicional y renuncia a la perspectiva
tradicional, empleando incluso puntos
de vista diferentes: uno para Cristo y la
masa de sayones que le rodea y otro,
mucho más alto y oblicuo, para las Tres
Marías del ángulo inferior izquierdo
12. • Figuras muy alargadas, de carácter
espiritual, con colores muy pálidos en su
piel.
• Personajes en posiciones inestables y
escorzos muy violentos
• Deformaciones expresivas del cuerpo
humano, renunciando al equilibrio y las
proporciones clásicas: cuello de Cristo,
manos…
• Impresionante espiritualidad y serenidad
del rostro de Cristo.
• Empleo de colores muy vibrantes,
destacando el rojo de la túnica de Cristo
en el centro, de carácter simbólico.
• Interés por reflejar los efectos lumínicos,
de origen veneciano.
• Licencias temáticas y representativas muy
atrevidas, que le supusieron problemas
con los encargantes de la obra.
13. • Para darse a conocer en la
corte, pintó su cuadro Alegoría
de la Liga Santa o El sueño de
Felipe II, de carácter alegórico.
• En ella que recurrió a una
división arbitraria del cuadro
en dos zonas, como hará en El
martirio de San Mauricio o en
el Entierro del señor de Orgaz:
una terrenal y otra como una
visión celestial, en la que en
una abigarrada composición de
personajes aparecen ángeles
en impresionantes escorzos.
• En esta obra, el Greco ya
aparece como un pintor capaz
de conectar con el espíritu de
la Contrarreforma, tan
presente en España, lleno de
simbolismo y espiritualidad.
14. Con el fin de poder entrar como pintor en la corte, participó en el concurso de
pintura que debía representar El Martirio de San Mauricio y la legión tebana, que
no gustó a Felipe II, por lo que el Greco se dedicó a la clientela toledana.
Versión aceptada de
Romolo Cincinato
15. • Descentró completamente la escena
principal.
• Eliminó los fondos y las referencias
naturalistas.
• Empleó colores vibrantes y fríos, con
violentos contrastes.
• Es patente el canon alargado de sus
figuras y los violentos escorzos de
algunos personajes.
16. • Los rostros de San Mauricio y sus acompañantes son muy alargados y espirituales, con
una expresión de aspecto casi espiritual, místico, muy del gusto del Greco y de la
espiritualidad española, lo que acentúa aún más la palidez de los rostros y la piel.
17. En Toledo alcanzó gran popularidad, pintando abundantes obras de carácter religioso y
retratos que realizó para lo mejor de la sociedad toledana. El famoso Caballero de la mano
en el pecho (1580) es un exponente de sus principales características como retratista:
• Espiritualidad y sobriedad, como exigía
la España contrarreformista.
• Austeridad en el uso del color, con
habituales fondos oscuros, desaparición
de fondos concretos, tan típica en el
Greco, y que acentúa la espiritualidad.
• Intento de captar la profundidad
psicológica del personaje.
• Pincelada suelta y libre, aunque con
una perfecta caracterización de los
rasgos del personaje, con un
tratamiento muy realista, aunque con
su peculiar gusto por el alargamiento de
los rostros y por su palidez, acentuando
la espiritualidad.
• Uso expresivo y virtuoso de la luz, para
resaltar lo fundamental del personaje:
rostro, manos, empuñadura de la
espada.
18.
19. • Ya muy reconocido como
pintor, en Toledo pintó la
que es conocida como su
obra cumbre, El entierro
del Señor de Orgaz (1586-
88).
• A través de la
representación de un
milagro medieval resalta
el valor de la caridad, de
las obras, para la
salvación, frente a lo que
postulaban los
protestantes, conectando
profundamente con el
espíritu
contrarreformista de la
España de la época.
20. Divide la escena de nuevo en
dos niveles, uno terrenal y otro
celestial y que prácticamente
se funden, proporcionando una
visión espiritual muy acorde
con la religiosidad de la época:
• El inferior, de aspecto
horizontal, con los
personajes de la sociedad
toledana retratados, con sus
cabezas a igual altura
(isocefalia), con colores más
cálidos y oscuros.
• El superior, de aspecto más
vaporoso, con colores más
fríos y claros, presenta una
escena celestial presidida
por una déesis de raigambre
bizantina.
21. Desaparece cualquier referencia espacial, sin perspectiva, con fondos indefinidos
y sensación de agobio espacial, en una escena totalmente espiritual, que resalta
el carácter milagroso de la escena.
22. • Los rostros de los personajes, muy alargados, muestran expresiones de
profunda espiritualidad, algunos casi en actitud de arrobo místico.
• Las manos, resaltadas por la luz sobre el fondo oscuro, se convierten –como en
sus retratos- en elementos profundamente expresivos, transmitiendo las
emociones individuales de los personajes.
23. Especial interés en la captación de los efectos lumínicos: armadura del Señor de Orgaz,
sobrepelliz del canónigo de espaldas…
24. • Imponentes escorzos en algunos
personajes: posición
serpentinata del cuerpo del
Señor de Orgaz, del ángel que
transporta su alma, canónigo de
espaldas, que introduce al
espectador en la escena del
milagro…
• Figuras de anatomías poderosas,
pero de canon especialmente
alargado en la zona celestial,
para acentuar aún más la
espiritualidad y un abigarrado
cortejo de santos.
• La pincelada es suelta, vibrante,
especialmente en el mundo
celestial y muestra el típico
colorido rico, vibrante, con
grandes contrastes.
• Consigue conectar
perfectamente con la profunda
espiritualidad contrarreformista
de la España del momento.
25. Al final de su vida, su pintura se hizó más espiritual y
se alejó cada vez más de los cánones clásicos, como
muestra la Adoración de los pastores (1612-14):
• Los cánones se alargan, sus miembros se
deforman y se alejan cada vez más de las
proporciones clásicas.
• Las figuras parecen flotar en el aire en extrañas
posiciones, retorcidas.
• Las composiciones, e incluso la forma de los
cuadros tienden a una verticalidad de carácter
espiritual.
• Los escorzos se hacen imposibles.
26. • Empleo simultáneo de diferentes puntos de vista. Anulación de la perspectiva.
• La pincelada se hace mucho más suelta y sinuosa.
• Los colores se hacen más fríos y los contrastes tienden a ser muy violentos.
• Los fondos tienden a oscurecerse, a la vez que acentúa los contrastes lumínicos, con
luces que parecen proceder de los propios personajes, en un ambiente de carácter casi
tenebrista, incluso con figuras a contraluz.
27.
28. Usa colores
muy fríos, cielos
pesados y
plomizos, con
una atmósfera
irreal y
angustiosa, casi
fantasmagórica,
con grandes
contrastes
lumínicos,
colores muy
fríos y con unas
visiones
artificiosas y de
extrañas
perspectivas,
reproduciendo
los edificios de
la ciudad de un
modo arbitrario
También pintó algunos curiosos Paisajes de Toledo:
29. Estas obras fueron muy valoradas por los
pintores simbolistas de finales del siglo XIX y
por los expresionistas y surrealistas de
comienzos del siglo XX.
30. Igualmente misteriosa e inquietante y con
una atmósfera tenebrosa e irreal realizó su
pintura Laooconte y sus hijos¸ curiosamente
emplazada en la ciudad de Toledo, como una
nueva Troya.