1. MITOS LEYENDAS Y SUPERSTICIONES
A pesar de que el modernismo, la construcción de muchas carreteras veredales, la antena
parabólica y otros adelantos de la nueva tecnología, han llegado a chitagá todavía existen
algunas clases de mitos y supersticiones dentro del acervo popular, que fueron recogidos
con base en la tradición oral y que a continuación se presentan.
Fantasmas: son típicos de todo nuestro Departamento, en Chitagá se destacan los
siguientes: La Luz, La llorona, el carro fantasma, las ánimas, los entierros.
Algunas leyendas son:
LA LUZ
Cuentan que viene desde las lomas de Bartaquí una especie de bola de fuego que baja
por la ladera y cruza el río; de vez en cuando la han visto por el pueblo; baja de la
Amapola y recorre algunas calles. Algunos aseguran haberla visto de cerca y dicen que
es un esqueleto en llamas, otros además agregan que lanza horribles gritos.
LAS ÁNIMAS
Se dice que las han visto pasar en cortejo en las primeras horas de la madrugada, son
seres vestidos con túnicas blancas con cirios encendidos, una procesión lúgubre que
espanta cuando estos seres de ultratumba entonan los rezos y cánticos en coros
espeluznantes.
Dan la vuelta por el pueblo y se pierden camino al cementerio. Las túnicas las mece el
viento como si fueran alguna cosa sobrenatural y sus cabezas se bambolean sobre sus
cuellos secos y arrugados, mirando fijamente sus lámparas de cera amarilla. En algunas
ocasiones han visto sus descarnadas piernas cuando el viento levanta con un silbido
limpio y profundo la parte inferior del vestido.
La gente dice con temor que esa es la procesión de las ánimas y nadie se atreve a salir a
esas horas de la madrugada porque todos presienten un tropel de almas atrás de ellos
que los pueden privar del susto.
LO QUE LE PASO A UN CAZADOR DE CONEJOS VENADOS Y PALOMAS
Mamá no recordó su nombre, pero cuenta que los cazadores de aquellas épocas hacían
mucho alarde con su escopeta, caucheras y trampas cuando iban al campo a cazar sus
presas.
Estaba un día el papa de Jesús Pulido en el Monte del Gallo muy ocupado matando
conejos, cuando escuchó el trotecillo de un animal y vio que era un novillo amarillito, la
piel daba un brillo muy lindo y la sensación de ser muy suave, parecía de oro.
El cazador se preguntó: ¿Qué hará este novillo, aquí no es terreno pa ganao?.
2. El novillo se lamía la cola y daba cabriolas. El cazador pensó que estaba perdido y quiso
sacarlo hasta el camino para que buscara la manada. Lo siguió... y lo siguió... y el novillo
largaba carreritas, luego lo esperaba y mugía y el cazador lo seguía olvidándose de los
conejos, las palomas y las trampas.
Así pasó mucho tiempo... cuando el cazador reaccionó no sabía en que lugar se
encontraba ni por donde tenía que regresar, caminó y caminó largo rato hasta que
oscureció, tuvo que pasar esa noche recostado en un tronco grueso, aguantar mucho frío
y sentir mucho miedo.
Comprendió que ese animal era un encanto y que tal vez quería proteger a los animales
que el sacrificaba sin compasión. Al amanecer encontró un camino y se halló un
hombrecito que iba a trabajar, a quien le preguntó:
¿Esta qué vereda es?
Casavieja, señor, le respondió.
¿Casavieja? Pero si yo estaba en el Monte del Gallo
Que Monte del Gallo! si eso queda bien requetelejos¡.
(Relato de Elena Meneses Q.E.P.D.,y escrito por Consuelo Mogollón.)
EL DUENDE DE TECALÁ
Cerca del río Chitagá, en la vereda de Tane, límite con Labateca , aledaño a la peña de
Tencalá , el duende raptó una preciosa niña de 15 años. El malvado duende se escapó
con ella hacia los riscos más altos de las peñas .Allí la violó, la hizo su mujer, la preñó, al
año de estar allá dizque tuvo un hijo del duende. Ella cansada y desesperada de convivir
con feroz bestia, por fin reflexionó , - ¡este río debe pasar por lugares poblados o al
menos alguien utiliza sus aguas! Recogió una cantidad de hojas de gaque , le sacó filo a
un palito ,luego procedió a escribir mensajes , con la esperanza que alguien recogiera
por curiosidad una de tantas , la leyera y viniera al rescate. El mensaje decía: “vengan río
arriba, en la peña más alta hay una cueva, allí me tiene prisionera el duende ¡de por Dios
ayúdeme!”.
Una lavandera que estaba en el río se sorprendió al observar que bajaban y bajaban
muchas hojas de gaque, recogió algunas ¡diablos! Qué susto cuando leyó el mensaje.
Buscó a los vecinos y familiares de la niña, pidieron ayuda al párroco. El párroco reunió a
los parroquianos , bendijo lazos, escapularios, llevaron agua bendita, reliquias , todos
salieron resueltos a rescatar la niña . Buscaron la vía del río Chitagá hacia arriba, ella los
vio les gritaba y pedía ¡auxilio! , como era muy difícil escalar hasta ese sitio, le lanzaron
los lazos benditos para que ella se amarrara y se sujetara de ellos, poco a poco fue
descendiendo de la escarpada peña, hasta a donde le esperaban con afán.
Todos la abrazaban ,su familia lloraba de alegría, pero allá en la cueva lloraba y lloraba
una criatura, que no pudo llevar por ser diabólica. La niña temblaba de terror, le rociaron
agua bendita, le colocaron escapularios, reliquias para ahuyentarla del duende, que por
cierto en ese trance no se encontraba allí. Cuando éste llegó a la cueva y no la halló se
enfureció, buscó las huellas, pero gracias a Dios ya estaba en el pueblo. Sin embargo
3. empezó un huracán terrible, arrancaba árboles, destechaba casas, la consternación fue
tremenda, el párroco rociaba agua bendita a diestra y siniestra, exorcizaba con rezos y
liturgias a la muchacha que temblaba y tiritaba de los nervios. Del terror se escondía y se
arropaba con la sotana del sacerdote.
Poco a poco hubo calma y tranquilidad, los padres de la niña acordaron dejar su hija por
un tiempo en la casa cural para que con ritos y rezos se ahuyentara el duende y no la
volviera raptar. El párroco luchó y batalló con el diabólico ser, pero gracias a todas las
estrategias espirituales y religiosas venció al duende ,éste no regresó, por fin dejó vivir en
paz a la muchacha.
CREENCIAS Y AGUEROS
Algunas de las creencias populares y agüeros que todavía se conservan en Chitagá
son:
• El viernes santo a las tres de la tarde se abren los tesoros, se arranca una mata de
berenjena para buscar los carbones que hay en su raíz, los cuales se guardan para la
buena suerte
• El baño con hierbas aromáticas para alejar la pava o mala suerte
• Ponerse la ropa interior al revés, contra la brujería
• Colocarle a los bebés manillas con azabaches para evitar el mal de ojo
• Quemar ramo bendito para que deje de llover cuando hay tempestades
• Cuando llega un colibrí y una libélula a la casa se dice que va a llegar una visita
• Al levantarse colocarse primero el zapato derecho
• No andar de para atrás porque se encuentra con el diablo
• En el campo cuando cantan los búhos al día siguiente llueve
• No se podía barrer los días santos porque al hacerlo se azotaba a Jesucristo
• En los negocios o tiendas, no barrer hacia fuera porque no se vende en el día o en
la semana
• Barrer con altamisa (arte misa) para atraer la buena suerte
• Cuando se coloque a hervir la leche no dejarla botar porque se le seca la leche a la
vaca
• La mujer durante la menstruación no podía bañarse, ni peinarse porque se le caía
el pelo, los alimentos los comía debajo de las cobijas, no podía tomar leche ni frutas
ácidas.
• Para cortar madera de construcción tenía que ser en la fuerza de la menguante
que fuera viernes y que no fuera al lado de las corrientes de agua porque se picaba
• Para castrar un animal (Toro, caballo, cerdo), tenía que ser tres días antes de la
luna nueva o tres días después, porque si no decían que lo picaba la luna o que se
alunaba.
• Cuando la pascua de semana santa caía en marzo era año fatal
• Cuando cantaba el búho o surrucú a principio de noche era para llover, cuando
cantaba en la madrugada era para hacer verano.
4. COPLAS
La autora de las siguientes coplas la señora Marina Maldonado Vda. De Ramírez
(Q.E.P.D.) nos hace apreciar la belleza, la riqueza y la productividad del suelo
chitaguense.
Frente al pueblo hay dos veredas
que se divisan de allí
y con un bello paisaje
Hato Grande y Bartaquí.
Que repollos tan regüenos
se dan allí en Llano Grande
si me tienen provocando
los que tiene mi comadre.
Hace un poco en un monte
más arriba de Carrillo
metido en una cueva
cazaron un armadillo.
A Don Antonio y la Rosa
nos fuimos con un amigo
y comimos harta arepa
de camiseto y de trigo.
En Lircha cacé un venado
Y en Burgua se me juyó...
Si se come los papales
¿Qué culpita tengo yo?.
En el hotel de allí abajo
me brindaron un tamal
con alverjas y con ajo
traidos del Alizal.