17. James Cook
(1728-1779) Explorador británico. Su gran pasión fueron los barcos desde muy joven, a los 27
años tuvo el mando de un barco. Fue cartógrafo en la costa del Atlántico Norte, y en 1768
llevó a cabo el primero de sus tres grandes viajes de exploración: al mando de la nave
Endeavour, transportó a un grupo de astrónomos y al botánico Joseph Banks a la isla de
Tahití. De allí siguió hasta Nueva Zelanda, donde cartografió un mapa de la costa tan
preciso que se siguió utilizando durante casi un siglo. Además, comprobó que Nueva
Zelanda no formaba parte de una estructura continental mayor (como algunos sostenían
entonces), para lo cual la circunnavegó por completo.
Cruzó también el estrecho que separa las dos islas mayores y que lleva hoy su nombre.
Luego pasó a la costa oriental de Australia, que cartografió y a la que bautizó como
Nueva Gales del Sur, además de izar la bandera británica en este territorio. Antes de
regresar, navegó también entre las islas de Java y Sumatra y demostró así que eran dos
bloques de tierra separados.
En 1772, partió al mando de la nave Resolution en busca de la Terra Australis, un
continente del cual se pensaba que Australia era sólo una parte. Lo secundaba otro barco,
el Adventure. Navegó rumbo sur hasta la Antártida y el 16 de enero de 1773 consiguió
atravesar el círculo antártico. Luego llegó a las islas que hoy llevan su nombre (a las que
él denominó Hervey), y al año siguiente alcanzó las islas Vanuatu, las Marquesas y la
isla de Pascua.
De regreso, descubrió las islas Sandwich del Sur y las Georgias del Sur. Esta expedición
demostró que no existía tal continente austral, sino la masa de hielo antártica. A su
regreso recibió un nuevo ascenso y fue condecorado con la medalla Copley y nombrado
miembro de la Royal Society.
En su tercer gran viaje, en julio de 1776, nuevamente al frente del buque Resolution, fue
en busca de un paso entre los océanos Atlántico y Pacífico por el noroeste. En su camino
encontró un conjunto de islas nuevas pertenecientes al grupo de las Sandwich, hoy
llamadas Hawai. No tuvo éxito en su objetivo original de encontrar aquella
comunicación, pero cartografió la costa occidental de Alaska y presentó un informe preciso
sobre gran parte de la hidrografía americana con desembocadura en el Atlántico. Llegó
hasta el estrecho de Bering, pero hubo de retroceder a causa del hielo.
18. David Livingstone
Médico y misionero británico que inició la exploración del interior de África (1813-1873).
Procedente de una familia pobre, sacó adelante sus estudios de Medicina en la Universidad
de Glasgow y se enroló en la Sociedad Misionera de Londres movido por sentimientos religiosos
(fue ordenado sacerdote protestante en 1840).
A petición propia, fue destinado al sur de África en 1841. Desde allí se adentró hacia el norte
en la actual Botswana, predicando la religión cristiana y explorando territorios
desconocidos en medio de graves peligros. En 1852-54 atravesó el desierto de Kalahari hasta
conectar El Cabo con Luanda, capital de la colonia portuguesa de Angola; desde allí,
rechazando las invitaciones para que regresara a Inglaterra y, a pesar de sus problemas de
salud, inició una nueva travesía del Atlántico al Índico, uniendo Angola con
Mozambique a través del río Zambeze (1854-56).
Durante su posterior estancia en Inglaterra fue premiado y recibido por la reina,
convirtiéndose en un héroe popular. Sus escritos y conferencias despertaron el interés por el
misterioso continente africano en todo el mundo, incitando a la posterior carrera colonial
por el reparto de su dominio entre las potencias europeas; no obstante, las intenciones del
propio Livingstone fueron siempre pacíficas, impulsando el conocimiento científico del
continente, el establecimiento de relaciones amistosas con los pueblos indígenas y la
erradicación de la esclavitud.
El gobierno británico financió un segundo viaje para explorar el Zambeze como vía de
penetración hacia el interior de África en 1858-64; pero las múltiples cataratas que
descubrió frustraron el proyecto. Un tercer viaje, financiado por la Real Sociedad
Geográfica en 1865-73, le llevó a explorar las regiones en torno a los lagos Nyasa y
Tanganika.
En 1871 circuló en Occidente la noticia de que Livingstone se había perdido y dos periódicos
enviaron en su búsqueda a Henry Stanley; éste se internó en el África oriental y encontró
a Livingstone en Ujiji, a orillas del lago Tanganika. Pero no consiguió convencerle para
que regresara y, tras aprovisionarle, ambos se separaron en 1872. Mientras Stanley
continuaba su exploración por el río Congo, Livingstone siguió su camino y falleció un año
más tarde de muerte natural.
19. Roald Amundsen
(Borje, Noruega, 1872-En el Ártico, 1928) Explorador noruego. Su primera estancia en el
Ártico data de 1897, durante la expedición del Gerlache. En 1903 descubrió el paso del Noroeste
y bordeó la costa norte de Canadá a bordo del Gjoa. Su propósito principal era la conquista
del polo Norte, pero cuando preparaba la expedición para alcanzar este objetivo, tuvo
noticias de que el estadounidense Robert Peary se le había adelantado.
Hombre de gran flexibilidad, modificó sobre la marcha sus planes y se dirigió hacia la
Antártida, con la intención de ser el primero en llegar al polo Sur. Gracias a la preparación
física y técnica de la expedición, basada en el uso de trineos tirados por perros y la
participación de esquiadores experimentados, así como en amplios conocimientos del terreno,
consiguió ser el primero en alcanzar el polo Sur, el 14 de diciembre de 1911, e izó allí la
bandera noruega. De esta manera superó por escaso margen a la desgraciada expedición del
capitán Robert Scott que llegó al mismo lugar pocas semanas después.
Sus restantes expediciones, que efectuó una vez finalizada la Primera Guerra Mundial,
tuvieron por objetivo alcanzar el polo Norte, su gran sueño, que nunca vería cumplido. En
1925, con tres aviones, estuvo más cerca del polo de lo que nadie había estado antes, a
excepción de Peary.
En 1926 efectuó un nuevo intento a bordo del dirigible de construcción italiana Norge,
mandado por Umberto Nobile, con el que sobrevoló el polo el 12 de abril. Tras el accidente de
Nobile y su nuevo dirigible, el Italia, en 1928, Amundsen partió el 18 de julio, en
hidroavión, al rescate del italiano, empresa en la que encontró la muerte.
20. Alexander von Humboldt
(Alexander o Alejandro Humboldt; Berlín, 1769-1859) Naturalista y explorador alemán.
Recibió una excelente educación en el castillo de Tegel y se formó intelectualmente en
Berlín, Frankfurt del Oder y en la Universidad de Gotinga. Apasionado por la botánica, la
geología y la mineralogía, tras estudiar en la Escuela de Minas de Freiberg y trabajar en
un departamento minero del gobierno prusiano, en 1799 recibió permiso para embarcarse
rumbo a las colonias españolas de América del Sur y Centroamérica.
Acompañado por el botánico francés Aimé Bonpland, con quien ya había realizado un
viaje a España, recorrió casi diez mil kilómetros en tres grandes etapas continentales. Las
dos primeras en Sudamérica, desde Caracas hasta las fuentes del Orinoco y desde Bogotá a
Quito por la región andina, y la tercera por las colonias españolas en México.
Como resultado de su esfuerzo, logró acopiar cantidades ingentes de datos sobre el clima, la
flora y la fauna de la zona, así como determinar longitudes y latitudes, medidas del campo
magnético terrestre y unas completas estadísticas de las condiciones sociales y económicas
que se daban en las colonias mexicanas de España. Entre 1804 y 1827 se estableció en París,
donde se dedicó a la recopilación, ordenación y publicación del material recogido en su
expedición, contenido todo él en treinta volúmenes que llevan por título Viaje a las regiones
equinocciales del Nuevo Continente.
De entre los hallazgos científicos derivados de sus expediciones cabe citar el estudio de la
corriente oceánica de la costa oeste de Sudamérica que durante mucho tiempo llevó su
nombre, un novedoso sistema de representación climatológica en forma de isobaras e
isotermas, los estudios comparativos entre condiciones climáticas y ecológicas y, sobre todo,
sus conclusiones sobre el vulcanismo y su relación con la evolución de la corteza terrestre.
En 1827 regresó a Berlín, donde desempeñó un destacado papel en la recuperación de la
comunidad académica y científica alemana, maltratada tras décadas de conflicto bélico.
Fue nombrado chambelán del rey y se convirtió en uno de sus principales consejeros, por lo
que realizó numerosas misiones diplomáticas. En 1829, por encargo del zar, efectuó un viaje
por la Rusia asiática, en el curso del cual visitó Dzhungaria y el Altai.
Durante los últimos veinticinco años de su vida, se concentró principalmente en la
redacción de Cosmos, monumental visión global de la estructura del universo, de la que en
vida vio publicados cuatro volúmenes. Humboldt está considerado como uno de los últimos
grandes ilustrados, con una vasta cultura enciclopédica, cuya obra abarcaba campos tan
dispares como los de las ciencias naturales, la geografía, la geología y la física.