2. HISTORIA DEUTERONOMISTA
1250-1200 a C 622- 509 a C
Conquista y Pérdida y abandono de la
reparto de la Tierra Tierra por el exilio a
Babilonia
JOSUÉ JUECES 1-2 SAMUEL 1-2 REYES
Desde la Desde la Inauguración de Salomón, Divisió
muerte de conquista la monarquía n del Reino, final
Moisés hasta hasta la con Saúl y de la monarquía
la muerte de monarquía consolidación y y el destierro en
Josué apogeo con Babilonia
David
FINALIDAD: Justificación teológica de toda la Historia de Israel, desde la Conquista
de la Tierra hasta el exilio. Es decir, exponer unos hechos que se han verificado en
la historia, para reflexionar sobre sus causas y consecuencias y proclamar la
justicia de Dios y la infidelidad del pueblo y sus dirigentes
3. Formación
Fuentes:
Fuentes Históricas: se utilizan y se citan explícitamente fuentes históricas, por ej. Anales de
Salomón, los anales de los reyes de Israel y de Judá, listas de funcionarios y cargos militares, memorias
y actas oficiales.
Fuentes históricas no oficiales: novelas históricas, referidas a personajes y acontecimientos muy
cercanos a sus primeros autores. Ej. La historia de la ascensión de David, la historia de la sucesión del
trono de David, historia del cisma, etc.
Fuentes populares: relatos y tradiciones que incluyen leyendas tribales, relatos etiológicos, sagas de
héroes, relatos épicos de conquistas, leyendas cultuales.
Fuentes proféticas: narraciones de corte popular, rasgos legendarios e intención edificante. Además
de los tres grandes ciclos de Elías, Eliseo e Isaías encontramos otras secciones menores dedicadas a
Natán, Ajías.
Otras Fuentes: existe también una “Crónica del Templo” de origen sacerdotal (construcción del
Templo y reformas y obras de restauración)
4. Los autores deuteronomistas no se limitan a ser meros recopiladores, sino que introducen en la obra
una amplia variedad de material redaccional, a través del cual elaboran una determinada
interpretación de la historia:
Discursos y reflexiones deuteronomista: puestos en boca de algún protagonista o expresados
impersonalmente por el redactor anónimo, dan a toda la obra su unidad última y su sello distintivo y
son, por lo tanto, la mejor fuente para conocer la interpretación teológica de la historia (Ej. 2 Re. 17:
reflexiones del autor tras la caída de Samaria)
Los esquemas y sumarios redaccionales: intentan sistematizar las causas remotas (infidelidad del
pueblo) y próximas (infidelidad de los reyes) del exilio. (por ej. Jue. 3,7-11)
Glosas y retoques deuteronomista: breves incisos que introducen en forma de comentarios
retrospectivos a acontecimientos que más tarde tendrán un significado determinante para el destino
del pueblo (Ej. 1 Re. 13,2). Entre estas glosas se destacan las llamadas “citas de cumplimiento”
5. Perspectivas Teológicas de la Historia Deuteronomista
El exilio, “ángulo de enfoque” de la Historia Deuteronomista: a la vista de la gran crisis producida por la caída
de Jerusalén, la destrucción del templo, el fin de la monarquía, la deportación y la pérdida de la propia tierra; los
autores tratan de ofrecer una explicación coherente a los grandes problemas teológicos que los hechos
planteaban: ¿por qué han fallado las grandes promesas que empezaron a cumplirse con el don-conquista de la
tierra? ¿por qué Dios ha abandonado a su pueblo elegido y al templo “donde habita su Nombre”? ¿por qué y por
culpa de quién se ha roto la alianza y, con ella, su garantía de bendiciones y promesas?. Preguntas como éstas
exigían respuestas sólidas y los deuteronomistas las ofrecen apelando a la historia de Israel. El veredicto es
tajante: Dios es inocente, pues siempre ha cumplido sus palabras y ha actuado con justicia. Sólo el pueblo, con
sus máximos dirigentes a la cabeza, es culpable y sufre así el castigo correspondiente por sus infidelidades a la
alianza, por su abandono de Dios y su desobediencia a la ley y los profetas.
El juicio deuteronomista sobre la historia: su valoración del pasado se convierte en reflexión “premonitoria” y
ejemplar sobre el presente:
# el Israel de su tiempo, es decir el Israel de la época exílica, vive bajo los efectos de la maldición
deuteronomista.
# la maldición ha sido desencadenada por la transgresión de la ley por parte del Israel de la época
pre-exílica.
# antiguamente (Jueces) el arrepentimiento todavía conducía a la salvación; pero que más tarde
(reyes), la culpabilidad y el endurecimiento habían alcanzado tal nivel que la catástrofe se había hecho inevitable.
# Ciertos pasajes tratan de extraer las consecuencias futuras: si Israel se arrepiente y observa en lo
sucesivo los mandamientos, podrá acceder aún, a pesar de todo, a la bendición prometida en el Deuteronomio.
De este modo se expresa la espera de una salvación futura; una salvación que, sin embargo, queda
estrechamente ligada al arrepentimiento de Israel como condición y a una conducta ética y religiosa
irreprochable como signo probatorio de tal arrepentimiento.
6. El valor de la tierra perdida y añorada: Ya el Deuteronomio había valorado la importancia de la tierra como el
más preciado don de Dios y el compendio de todos los bienes recibido. El tema de la tierra conquistada, poseída y
perdida atraviesa toda la Historia . Los autores deuteronomistas no contemplan la tierra desde su posesión
pacífica, sino desde la añoranza de la pérdida. En este sentido, equiparan a la generación del exilio con la
generación que contemplaba por primera vez junto a Moisés desde sus mismos umbrales esa tierra prometida y
anhelada, en las vísperas de su primera ocupación y disfrute. Puesto que tamaña pérdida ha sido consecuencia
exclusiva de las culpas acumuladas por el pueblo y sus principales dirigentes, la recuperación exigirá un radical
cambio de actitud: la generación del exilio habrá de purificarse en su particular “paso del desierto” para poder
merecer y recibir de nuevo tan preciado don.
La fusión de la alianza sinaítica y davínica: La alianza del Horeb compromete de forma condicionada a Dios y al
pueblo, ya que este con su respuesta histórica queda expuesto a las consecuentes cláusulas de bendiciones y
maldiciones. La originalidad de la obra deuteronomista reside en el acercamiento de la alianza sinaítica con la
davínica; esta según su primera versión, Dios ha establecido con David una alianza unilateral e incondicional, por la
que ha elegido a David y le ha dado una dinastía que se compromete a mantener permanentemente. En su
segunda versión, la alianza se hace condicional y, en cierto sentido, bilateral, ya que hace depender la promesa
divina del comportamiento de los reyes según el paradigma ejemplar de David y de su respuesta a la ley mosaica.
El templo y la centralización del culto: si la preparación y la construcción del templo de Jerusalén es uno de los
momentos más relevantes de la HDtr. , la ley del único santuario es, junto con el principio de la unicidad de Dios, el
criterio decisivo en la condena deuteronomista de la casi totalidad de los reyes de Israel (que ha erigido o
favorecido santuarios y otros lugares de culto) y de buena parte de los reyes de Judá (que han permitido el culto en
los santuarios locales). Sólo aquellos reyes que han mantenido y defendido la centralidad y exclusividad del templo
de Jerusalén merecen la aprobación.
7. El peso del Profetismo: siempre encontramos un profeta en los momentos más importantes y decisivo de la
obra: Samuel, Natán, Ajías,. Elías, Eliseo, Isaías. Los profetas se presentan como los heraldos y mensajeros de
Dios, los transmisores de su Palabra y los centinelas de la alianza. A través de ellos la Palabra de Dios guía y dirige
la historia, sustrayéndola de las fuerzas ciegas del azar y a las decisiones caprichosas de los poderes políticos.
Con la aplicación del esquema profecía-cumplimiento los autores muestran como la historia es prevista,
anticipada y cumplida por la Palabra eficaz de Dios.
El doble juicio sobre la monarquía: por un lado la monarquía es vista con ojos críticos (ej. Respuesta de
Samuel a la petición de los ancianos 1 Sam. 8); por otro lado, la institución monárquica es contemplada como
positiva y querida por Dios, quien garantiza la protección y permanencia de la dinastía davínica, aún a pesar de la
infidelidades de los reyes. Es la única promesa que se mantendrá en pie y contribuirá a la configuración y
desarrollo de la esperanza mesiánica.
La HDtr.: una palabra de esperanza y salvación: la obra muestra un mensaje positivo: habla de la posibilidad
del arrepentimiento y la conversión, como pasos previos a una nueva intervención liberadora de Dios (Si el
pueblo se vuelve a Dios, Dios se volverá hacia el pueblo y lo hará volver a la tierra), y de una invitación a la
esperanza, fundada en toda una historia de fidelidad divina a las anteriores promesas (indulto concedido al rey
Jeconías).
8. JOSUÉ
• Narra la ocupación de la tierra prometida por
el pueblo de Israel. Cierra así el ciclo iniciado
con las promesas hechas a los Patriarcas
(completa el relato del Pentateuco)
• La entrada de Israel en Canaán constituye el
prólogo de la historia de Israel en su propia
Patria, historia que se interrumpirá cuando el
destierro de Babilonia ponga una pausa a esta
posesión de la tierra.
Estructura:
I. Prólogo de la Conquista (cap. 1)
II. La Conquista (cap. 2-12)
III. Reparto de la Tierra (cap. 13-19)
IV. Complemento del reparto (cap. 20-21,42)
V. Epílogo
9. El libro de Josué y la Historia
El libro de Josué ofrece una visión muy significativa de la ocupación de Canaán:
TODO Israel, con las doce tribus perfectamente unidas, bajo el caudillaje único de
Josué, se apodera por las armas de todo el territorio de Canaán.
Hoy se tiende a ver tras la ocupación de Canaán un proceso mucho más
complicado, parece ser que los que acabaron formando el Israel de las doce tribus
no entraron en Canaán a la vez ni por el mismo sitio.
Ahora bien, no se puede poner en duda el supuesto básico de todas las tradiciones
de Israel: que la tierra de Canaán fue hasta cierto punto conquistada por Israel.
10. El mensaje del libro de Josué
Para un israelita la posesión de la Tierra prometida a los padres era el compendio de todos los
bienes.
Israel no se enteró de todo el valor de la tierra hasta que la perdió por la deportación.
El autor deuteronomista se propuso relacionar ese valor de la tierra con el que para él era el valor
supremo: la adhesión incondicional al Señor, Dios de Israel. La tierra prometida a los padres es un
don del Señor, que se da con una condición: la fidelidad. Si Israel se aparta del Señor, el mismo Dios
que les entregó la tierra los expulsará de ella. Para evitarlo hay que huir de la contaminación con los
cananeos, Israel no acabó con ellos, se mezcló, se dejó contaminar y el Señor los expulsó de la tierra. Si
Israel sueña de nuevo con volver a la tierra, tiene que mantenerse fiel al Señor, no manchándose con
la idolatría entre la que vive en el destierro.
La ocupación de aquella tierra maravillosa, habitada por multitud de pueblos poderosos era una
empresa superior a Israel. Pero el Señor se lo había prometido a los antepasados del pueblo y Dios
siempre cumple. Para Él no hay ninguna dificultad, ni en el paso del Jordán, ni en la fortaleza de
Jericó, ni en la coaliciones de reyes del sur o del norte. Estaba claro que era el Señor el que combatía
por ellos.
Otro valor importante es la unidad del pueblo. El gran Israel siempre actúa como un sólo hombre.
Es una lucha desesperada por salvar el sentimiento de unidad nacional del pueblo, destrozado y
disperso.
la nostalgia del trozo de tierra que fue heredad de los mayores debía mantener vivo el espíritu de
los restos de las tribus, en espera de tiempos mejores.
11. Los padres de la Iglesia han reconocido en Josué una prefiguración
de Jesús:
o lleva el mismo nombre: Salvador.
o el paso del Jordán, que con él al frente, da entrada a la tierra
prometida, es el tipo del Bautismo de Jesús, que nos da acceso a
Dios.
o la conquista y el reparto del territorio son imágenes de la victoria
y de la expansión de la Iglesia
12. Jos. 24, 1-28
v. 1-13: compendio de la historia de Israel en boca del Señor.
La expresión del v. 12: “esto no se lo debes a tu espada ni a tu arco” es un buen resumen de la
teología del don de la tierra.
v. 14: recordada la historia, saca Josué la consecuencia para el presente y el futuro: “Temed al
Señor y servirle con fidelidad”, lo que supone la retirada de los dioses, no física sino del corazón.
v. 15: Josué busca un compromiso bien definitivo, que no admita interpretaciones ni rebajas.
Busca también un compromiso solemne, que se recuerde para siempre.
v. 16 ss: la respuesta del pueblo es la esperada: el compromiso de servir al Señor, “porque Él es
nuestro Dios”. No pueden ser infieles a quien ha hecho tanto por ellos.
v. 19: Josué quiere remachar el clavo, no es una
decisión que se pueda tomar a la ligera. Es mejor no
comprometerse con el Señor, que comprometerse y
luego no cumplir. Es un Dios santo que no admite
mancha alguna, es un Dios celoso, que no tolera a otro
dios junto a sí.
v. 21: El pueblo clama que quiere servir al Señor.
Josué los conjura: “Vosotros sois testigos contra
vosotros mismos de que habéis elegido al Señor para
servirlo”. “Serviremos al Señor nuestro Dios y
obedeceremos su voz”.
13. Recordemos todas
las maravillas que el
Señor ha obrado en
nuestra vida…
Pensemos que otros Renovemos
dioses tenemos que nuestra alianza con
expulsar de nuestro Jesús Sacramentado.
corazón…
“El compromiso de tomar parte en el Santo Sacrificio nos ayudará a
renovar cada día la ofrenda de nosotras mismas al Señor” (Const. 52)