El documento narra un incómodo encuentro entre dos viajeros en un baño de una estación de servicio. Uno de los viajeros inicia una conversación con preguntas personales al otro, quien se siente incómodo pero responde cortésmente. El primer viajero termina la conversación de mala manera al insultar al otro, diciendo que hay un "pendejo" que responde todo. La moraleja es que cada lugar tiene su función y propósito, y que en el baño se debería estar en silencio.
3. - Qu’iubo, ¿cómo estás? No acostumbro a hablar con desconocidos y menos en el baño, pero mi calidad de viajero incógnito me animó a contestar. - Pues yo bien, muchas gracias...
4. - ¿En qué andas? Y a éste que le pasa, me pregunté. Me pareció estúpido pero igual respondí: - Caramba, creo que lo mismo que tú... Voy de viaje.
5. - ¿Y se puede saber de qué se trata? Me estaba sintiendo muy incómodo y contesté un poco forzado: - ¿Sí, claro. Voy a Tecate y luego a Mexicali...
6. - Supongo que andas detrás de algún buen negocio. Totalmente arrepentido de haber dado pie a esta conversación, contesté de mala gana: Sí, bueno … eso espero, ya que las posibilidades de negocio son positivas.
7. ¿Sabes qué?... Luego te vuelvo a llamar; se le está acabando la batería a mi celular y además aquí al lado hay un pendejo que responde a todo lo que te pregunto. ¡¿!?