Los pesticidas organoclorados como el lindano y el DDT se absorben lentamente por el cuerpo y se acumulan en los tejidos grasos. Pueden causar excitación del sistema nervioso central con temblores, agitación y cefaleas, así como broncoconstricción y depresión respiratoria. El tratamiento incluye medidas de soporte vital, administración de colestiramina para evitar la absorción y diazepam para controlar las convulsiones.