2. No es necesario recordar el día exacto en que comenzó una amistad. Tal vez en un principio no tenías previsto que algún día aquella persona iba a ser tu amigo.
3. Pero, a lo largo del tiempo, sin proponértelo, se fue fraguando la confianza, el respeto, la tolerancia, el cariño...
4. Muchas personas entran y salen de nuestra vida, pero sólo los verdaderos amigos dejan marcas en el corazón.