2. Europa era una mujer fenicia de Tiro que terminaría dando su nombre al continente europeo. Es hija de Agenor y Telefasa, y hermana de Cadmo. Fue amada por Zeus.
3. Zeus vio a Europa cuando estaba jugando con sus compañeras en la playa de Sidón, o de Tiro, donde reinaba su padre. Inflamado de amor por su belleza, se metarfoseó en un toro de resplandeciente blancura y cuernos semejantes a un creciente lunar; con esta forma fue a tumbarse a los pies de la doncella. Ésta, asustada al principio, fue cobrando ánimo, acarició al animal y acabó por sentarse en su espalda.
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7. Enseguida, el toro se levantó y se lanzó hacia el mar. A pesar de los gritos de Europa, que se aferraba a sus cuernos, se adentró en las olas y se alejó de la orilla; de este modo llegaron los dos a Creta. En Gortina, Zeus se unió con la joven junto a una fuente y bajo unos plátanos que, en memoria de estos amores, obtuvieron el privilegio de no perder jamás sus hojas.
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11. Europa dio tres hijos a Zeus: Minos, Sarpedón y Radamantis. Luego Zeus le otorgó tres presentes: Talos, el “autómata” de bronce, que guardaba las costas de Creta contra todo desembarco extranjero; un perro que no podía dejar escapar ninguna presa, y una jabalina de caza que jamás erraba el blanco. Después la casó con el rey de Creta, Asterión, hijo de Téctamo, que, no teniendo hijos, adoptó a los de Zeus.
12. A la muerte de Asterión, Minos reinó solo en Creta. Se cuenta que, cuando manifestó la pretensión de quedarse con todo el poder, sus hermanos opusieron objeciones. Minos respondió que los dioses le destinaban el reino, y, para probarlo, afirmó que el cielo le concedería cuanto le pidiese. Ofreciendo un sacrificio a Posidón, rogó al dios que hiciese salir un toro del mar, y le prometió, en correspondencia, sacrificarle el animal. Posidón envió al toro, lo cual valió a Minos el poder sin más discusión; pero el rey no sacrificó el animal, pues consideraba que era un ejemplar magnífico, cuya raza quería conservar. Lo envió, pues, a sus rebaños. Posidón se enfureció muchísimo.
13. Minos se casó con Pasífae, hija del Sol (Helio) y de Perseis. Éstos engendraron a varios hijos, entre ellos estaban Androgeo, Fedra y Ariadna. Como castigo por no haberle sacrificado el toro, Posidón hizo que Pasífae se enamorara locamente de dicho toro. Pasífae acudió a Dédalo, quien le construyó una vaca de madera, en cuyo interior ella mantenía relaciones con el toro. De estas relaciones surgió el Minotauro, un monstruo que tenía cabeza de toro y cuerpo de hombre.
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15. Minos, asustado y avergonzado al nacer este monstruo, fruto de los amores contranatura de Pasífae, mandó construir al artista ateniense Dédalo un inmenso palacio (el Laberinto), formado por un embrollo tal de salas y corredores, que nadie, excepto Dédalo, era capaz de encontrar la salida. Allí encerró al monstruo, y cada año le daba en pasto a los siete jóvenes y siete doncellas que, como venganza de la muerte de su hijo Androgeo, Minos obligaba a pagar a Atenas.
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17. Caído Dédalo en desgracia, fue encerrado, junto a su hijo Ícaro, en el mencionado laberinto. Pero Dédalo construyó para sí y su hijo unas alas de cera con las que, salvando los muros de la extraña prisión, se remontaron sobre el Mediterráneo. Ícaro, desdeñando los consejos de su padre, voló tan cerca del Sol que sus rayos derritieron la cera de sus alas, precipitándose al mar.
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19. Cuando llegó la hora de satisfacer el tributo por tercera vez, los atenienses empezaron a murmurar contra Egeo (rey de Atenas). Teseo (hijo de Egeo y de Etra) reflexionó y decidió ayudar a su padre ofreciéndose voluntario para ser enviado a Creta. Teseo partió en un barco ateniense. Al partir, Teseo había recibido de su padre dos juegos de velas para el barco. Velas negras para la ida (pues el viaje era funesto) . Pero Teseo había sabido inspirar tanta confianza a todos, que nadie dudaba que lograría exterminar al Minotauro. En esta confianza, y contando con que el viaje de vuelta sería alegre, Egeo lo había provisto de velas blancas.
20. A su llegada a Creta, Teseo fue recluido, junto con sus compañeros, en el Laberinto que era el “palacio” del Minotauro. Sin embargo, antes había sido visto por Ariadna, una de las hijas de Minos; la muchacha se había enamorado de él y le había dado un ovillo de lino, que debía ayudarle a no perderse en el Laberinto.
21. Así Teseo entró en el laberinto hasta encontrarse con el Minotauro, al que dio muerte a puñetazos. A continuación recogió el hilo y así pudo salir del laberinto.
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23. Para ayudar a Teseo, Ariadna había fijado como condición que se casaría con ella y la sacaría de su patria. Teseo se lo había prometido y cumplió su promesa. Una vez hubo dado muerte al Minotauro, hundió los navíos cretenses para impedir todo intento de persecución, y por la noche se hizo a la vela acompañado de Ariadna y de los jóvenes atenienses a quienes había salvado con su proeza.
24. Teseo llegó a Naxos un atardecer e hizo escala en la isla. Ariadna se durmió, y al despertar se encontró sola; en el horizonte desaparecía la nave de Teseo, que la había abandonado. Ésta se casó luego con Dioniso.
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26. Llegando a la vista de la costa del Ática, Teseo fue castigado por los dioses, los cuales le hicieron olvidar que tenía que cambiar las velas negras de su nave e izar las blancas, signo de victoria. Egeo, que vigilaba su vuelta desde el acantilado más alto, vio las velas negras y, desesperado al creer muerto a su hijo, se suicidó lanzándose al mar, que desde entonces lleva su nombre.
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28. A su muerte Europa recibió honores divinos. El toro cuya forma había adoptado Zeus se convirtió en una constelación y fue colocado entre los signos del Zodíaco.
