El documento discute las opciones para autores que desean publicar sus libros cuando es difícil encontrar un editor tradicional. Sugiere que la autoedición a través de plataformas digitales como Amazon o Bubok es una buena solución para estos autores. Advierte que los autores deben revisar cuidadosamente los contratos para evitar cláusulas abusivas y deben promocionar activamente sus libros en línea y las redes sociales para tener éxito. Finalmente, reconoce que aunque la mayoría de autores autoeditados no obtienen grandes
1. Autoeditar es la solución
Es grato constatar el creciente número de ciudadanos que ocupa su tiempo libre en la escritura,
sin ningún afán lucrativo ─salvo excepciones─, con el único propósito de publicar su libro. Menos
grato es comprobar lo difícil que es encontrar un editor que quiera arriesgarse a hacerlo. Los
tiempos son de crisis y los empresarios del sector están mohínos, las ventas no hacen más que
bajar y los resultados de sus cuentas, en números rojos.
Frente a esta situación, el escritor diletante sólo tiene una solución: autoeditar. Desde que
Amazon aterrizó en España, algunos escritores desconocidos han obtenido un cierto éxito con el
ebook, lo que les ha permitido publicar luego en papel. No sólo está Amazon, hay otras muchas
editoriales que ofrecen el mismo servicio, Bubok es una de ellas, parece gente seria.
Y digo esto, porque hay que tener cuidado en la selección, analizar despacio el contrato que te
proponen, algunos son leoninos. En muchos casos, la editorial se reserva todos los derechos,
absolutamente todos, a poder publicar tu libro en cualquier formato ─en papel o en digital─, en
cualquier país del mundo, incluso a vender esos derechos sin consultarte. Igual, eso a ti no te
importa, pero al menos entérate, que luego no te coja de sorpresa si tienes éxito en el mercado.
Yo creo que, para empezar, una buena estrategia es situar tu obra en alguna de estas plataformas
digitales de prestigio, quizá en dos o tres: una grande, una mediana y otra pequeña. Pero antes
gástate algún dinero en el diseño, en la portada y en la maquetación, para que el texto sea visible
cualquiera que sea el dispositivo de lectura. Y también, comprueba que no tienes ningún
compromiso legal adquirido previamente, por haber firmado algún pre‐acuerdo, incluso bajo la
modalidad “Print on demand”, es decir, mediante pago de alguna cantidad.
Tienes que saber que el solo hecho de aparecer en la librería de Amazon no es sinónimo de éxito.
Si no haces nada especial, lo probable es que nadie descargue tu libro, aunque sea maravilloso.
Tienes que hacer algo más, dicen que el boca a boca por Internet funciona, las redes sociales, el
twitteo y esas cosas. También algunas fórmulas que te ofrecen los portales para realzar tu
posición… pagando, claro. Ésa es tu elección, en este campo, los consejos son de valor dudoso.
Una vez cumplida esta actuación, puedes pensar en publicar tu libro en papel. Aquí tienes dos vías,
o lo contratas a una de esas nuevas editoriales que se encarga de todo ─otra vez cuidado con el
contrato─ o lo haces tú mismo y ordenas la impresión a una imprenta, en cuyo caso asumes la
gestión de lo que viene detrás: promoción, distribución, almacenaje, transporte y el cobro, claro
está. Parece que es un trabajo ímprobo, pero no lo es tanto, de verdad. Si haces una tirada de 500
ejemplares, la empresa la puedes controlar tú solo. A poco que vendas la mitad, ya habrás
cubierto los gastos, te darás cuenta de cómo es el mercado, percibirás muchos detalles que te van
a enriquecer, es otra manera de pasar el rato, no sólo de pan vive el hombre.
2. Al parecer, la mayoría de los que se han decidió por la autoedición valora positivamente la
experiencia, si bien reconocen que el beneficio económico que han obtenido es escaso ─salvo
algunos que presumen de obtener unos ingresos mensuales dignos, como para vivir de ellos─, lo
que tampoco parece preocuparles. En definitiva, pocos son los que pretenden ganar dinero con
este negocio, tan sólo que alguien nos lea, para satisfacer nuestro ego.