El documento describe la arquitectura bizantina entre los siglos IV y XV. Se caracteriza por plantas centralizadas cubiertas con cúpulas, como Santa Sofía de Constantinopla. Los interiores brillantes contrastan con exteriores austeros. Las cúpulas se contrarrestan entre sí para distribuir los empujes. El Imperio bizantino abarcó Europa y Asia hasta su caída ante los turcos en 1453.
23. Espacio de aparente contradicción: Planta basilical de tres naves –la central mucho más ancha que las laterales- pero subordinada a la cúpula que gravita sobre todo el conjunto, centralizando el espacio.
24. El núcleo básico de la nave central es un gran cuadrado de 44 metros de lado, en el que cuatro enormes pilares sostienen la monumental cúpula de 30 metros de diámetro.
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26. Esta cúpula principal, corazón de Sta.Sofía, en cuya construcción se empleó piedra porosa y teja de Rodas para aligerarla, es una concha gallonada por cuarenta nervios y cuarenta plementos curvos, reforzada en el exterior mediante 40 nervaduras cortas, colocadas a estrechos intervalos y que enmarcan pequeñas ventanas.
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28. En el eje transversal (Norte-Sur) la solución la constituyen unos muros horadados que coronan dos pisos de arquerías apoyadas en columnas. En el piso bajo, cuatro enormes fustes forman visualmente una especie de velo que define el espacio; en el superior, las seis columnas sostienen dicho muro, produciendo una impresión de notable ligereza.
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30. El recinto se completaría con un gran atrio al oeste, que daba paso a un exonártex y a un nártex, alcanzando así, finalmente, una superficie total de más de 10.000 m². El exterior es muy pesado y siempre lo fue, pues estaba sobrecargado de edificios de toda índole, aunque domina la ciudad y los volúmenes se acumulan hasta alcanzar la cúpula.