No es infrecuente que las familias con niños que presentan TDAH tiendan a desarrollar un estilo educativo basado en la sobreprotección. Debido a que la propia sintomatología del trastorno suele presentarse con conductas disfuncionales y desadaptativas, los padres a menudo intervienen e incluso se adelantan a cualquier tipo de situación conflictiva que se les presenta, privándoles de esta forma del aprendizaje experiencial y por ende, un correcto desarrollo madurativo.
2. Introducción
No es infrecuente que las familias con niños que
presentan TDAH tiendan a desarrollar un estilo
educativo basado en la sobreprotección. Debido
a que la propia sintomatología del trastorno
suele presentarse con conductas disfuncionales y
desadaptativas, los padres a menudo intervienen
e incluso se adelantan a cualquier tipo de
situación conflictiva que se les presenta,
privándoles de esta forma del aprendizaje
experiencial y por ende, un correcto desarrollo
madurativo.
3. Los niños con TDAH suelen presentar problemas
de autocontrol, siendo incapaces de regular sus
respuestas a ciertas situaciones o
acontecimientos, lo que suele traducirse en que
se ven involucrados en situaciones problemáticas
en muchas ocasiones.
También, y debido a la propia naturaleza del
trastorno, suelen presentar una inmadurez
psicológica y emocional que les lleva a evitar
asumir responsabilidades, inseguridad, necesidad
de apoyo y supervisión continúa, ausencia de
una autonomía funcional, dificultades a la hora
de resolver problemas por sí mismos, tendencia a
culpar a los demás de todo aquello que les
sucede, etc.
4. También cabría añadir que sus problemas atencionales y
de memoria operativa, suelen hacer de ellos niños muy
olvidadizos, a los cuales les cuesta seguir una secuencia de
indicaciones, tardan mucho en el desarrollo de las tareas,
en ocasiones parecen estar `ausentes` o ensimismados y
no se dan cuenta de las cosas realmente importantes.
Por todo ello, los padres y familiares de afectados por
TDAH son más proclives a desarrollar un modelo educativo
de sobreprotección con su hijo, el cual se caracteriza por
ofrecen mucho afecto al niño, no desarrollar la autonomía y
el aprendizaje vivencial y donde los límites y normas no
están bien marcados.
Las consecuencias sobre la personalidad y los patrones de
conducta de los hijos si se ejerce este estilo educativo, se
harán evidentes muy tempranamente, pero sobre todo, a
partir de la época de la adolescencia.
5. Algunas posibles consecuencias de
la sobreprotección se detallan a
continuación:
Bajo concepto de sí mismo. Durante su infancia, el niño no
ha tenido la oportunidad de tomar decisiones y enfrentarse
por sí mismo a determinadas situaciones conflictivas por lo
que desconoce la sensación de éxito en determinadas
tareas y situaciones.
Dependencia excesiva. Cuando a los niños no se les ha
permitido vivenciar y experimentar situaciones novedosas
de manera autónoma y los pasos a dar han venido
marcados por parte de los adultos, cuando esos chicos
crezcan necesitarán, continuar necesitando de esa guía que
les siga indicando el camino a tomar.
6. Algunas posibles consecuencias de
la sobreprotección se detallan a
continuación:
Baja tolerancia a la frustración. El saber gestionar las
emociones negativas que nos embargan cuando no
conseguimos aquello que deseamos, es un aprendizaje que
debe realizarse desde muy temprana edad. Si un niño no
se ha enfrenado nunca a esa situación dado que nos
anticipamos a sus deseos para que pueda obtenerles,
nunca podrá enfrentarse a los problemas y limitaciones que
se encuentre en su vida de manera exitosa al tiempo que
mostrarán conductas reactivas por no saber gestionar sus
emociones.
Dificultad para la toma de decisiones y resolución de
problemas de manera autónoma ya que no ha necesitado
practicarlo cuando era un niño.
7. Algunas posibles consecuencias de
la sobreprotección se detallan a
continuación:
Falta de experiencias y actividades que desembocan en
una disminución de habilidades sociales. Las habilidades
sociales tienen un componente vivencial y práctico enorme,
es por ello, que debe instruirse a los niños en su dominio
para que luego sean capaces de ponerlas en práctica en
ambientes naturales.
En definitiva, estableciendo en la dinámica familiar un
modelo educativo basado en la sobreprotección, estaremos
privando al niño de que aprenda y experimente diferentes
situaciones, positivas y negativas, y que pueda aprender de
las mismas, conformando de esta manera poco a poco su
personalidad y en definitiva un adulto autónomo, responsable
y maduro emocionalmente.