1. AGONÍA
-Poema escrito de una sola meada en una esquina de la carretera norte de Managua, donde
el príncipe de la vanguardia, Julio Cabrales, orinará antes de morir-
Habría que cabalgar
sobre un hipocampo
O
esperar que un ángel
baje del autobús
soledades.
2. EPITAFIO PARA NICANOR PARRA
†
Aquí yace Nicanor Parra:
Ustedes no están aquí,
yo tampoco.
Subraye la sentencia correcta
Obvie la otra.
(El autor le recomienda omitir la primera,
hasta que las noticias digan lo contrario)
3. MUERTE
-Poema para el hombre que no quiso morir solo-
Dejé mi casa en Coelho da Rocha
para ver por la ventana
-tercer piso, cuarto número 27apenas el brillo de la luna de Lisboa
sin charcos y sin el río Tajo.
Era media noche
pero no me sentía solo:
“¡Hay tan poca gente que ame los paisajes que no existen!”
Esperé mi muerte
junto a mi hermana
sin Reis y sin Soares,
sólo de Campos me esperaría con
una lágrima como una navío.
4. EXHUMACIÓN
-Nota dejada en el ataúd de Vicente Huidobro-
Abrimos su tumba
y no encontramos mar alguno.
Apenas
una gota que incineraba
una página
y nacía de ella un niño
sobre un burro-a-trote.
Cada pisada
era un estadio de atletismo
para los escarabajos/deportistas
que corrían en maratones
y hacían lanzamientos de balas – de mierda – para conseguir
una presea de lodo
y una torre de tréboles.
5. LOS OJOS DE LUCILA
Lucila
en tus ojos hay más poesía
que la que puede haber
en todo este libro.
No creas que toda radica
en ellos.
Hay algo más
como sorpresa,
bondad
o algunos de esos colores sepias
que matizan con sombra y profundidad
el papel de esta vida.
Como una caricatura tuya
o como un personaje de Sábato:
“No se encuentra sino lo que,
se busca,
y se busca lo que está
escondido en los más profundo
de nuestro corazón”.
Yo te dejo los lápices y los dibujos.
Yo me quedo con estas 106 palabras
que para mí son suficientes
para justificar
tu mirada.
6. CONVERSACIÓN DE LOS 3 ERNESTOS
(Fragmento)
I
(Entra Ernesto-Mejía-Sánchez
con un libro de Alfonso Reyes
entre el ala y el torso)
Siempre sobre los palos
Carlos,
Tus gatos tiñen
Martínez,
de orines y berrinche, arriba
Rivas,
los tejados rojos de Altamira.
...A…..A…
l
+
+ l
l Y l
U
Carlos Martínez Rivas
El señor de los gatos
El (In) Felis Catus
Miau
Po
Miauuuu
Po
Miauuuuu
Poe
Pregunta por vos.
¿Dónde se volvió loca Electra
y su errática hija,
7. la Gatita?
Se despedazan una a la otra:
la compañía ahuyentó a los gatos
los volvió locos.
“et tout le rest
est silence
– rest room –
merde encore”
- ¿De qué lee Carlos Ernesto?
- De los gatos, señora.
Sólo en soledad
viven los suyos.
8. RESPUESTA A LA CARTA
Julio:
esta carta no te va a llegar nunca.
El cementerio de Montparnasse
no tiene ningún código postal,
o correo electrónico
adonde remitirte
esta correspondencia.
Tampoco creo que te interese leerme
ahora que estás muerto.
¿Quién soy yo,
si no,
otro de tus lectores?
Andreé
murió hace algún tiempo
o bien
estará viva
entre el olvido y la digna expiración.
La que a todos nos espera
en distintas
formas y lugares.
No creo
que si esta carta llegase
a la oficina del cementerio
alguien la atienda.
El guarda-tumbas
(posiblemente)
pensará
que es sujeto de una broma pesada.
9. Que alguien
le escriba a los muertos.
¿Quién le escribe a los muertos?
Vamos al grano:
Calmado.
No me voy a suicidar.
Estoy tranquilo con los conejos
que no vomito.
Los tréboles crecerán en los pastos, donde deban de crecer.
Bueno,
a fin de cuentas:
Hay una escultura al ras de tu tumba.