El documento describe la evolución del teatro en América Latina desde el siglo XVI hasta principios del XIX. Inicialmente, el teatro servía para propósitos religiosos o de entretenimiento de la élite. La Ilustración y la influencia de los jesuitas promovieron el nacionalismo y las ideas independentistas. En el siglo XVIII, el teatro se convirtió en un espacio para expresar ideas políticas y luchar por la independencia a través de obras neoclásicas. También floreció un teatro popular más irreverente.
2. Antecedentes del teatro neoclásico en América Latina
Teatro urbano de fines del siglo XVI y siglo XVII: estaba destinado a españoles y
criollos surgió al servicio de fiestas y celebraciones tanto civiles como eclesiásticas.
• Principales formas :
Teatro de circunstancias: Se nutre de una doble vertiente: piezas
españolas, adaptadas o no, y obras compuestas por algún ingenio nativo o español
asentado en América, casos estos dos últimos en que recibe el nombre de teatro
criollo. Este teatro criollo tiene, en ese siglo, una característica muy definida: su
contenido es casi exclusivamente religioso. Entronca, por su carácter alegórico, con el
medieval y, por algunas notas, con el renacentista de los prelopistas.
Teatro escolar: Los jesuitas arriban al Perú en 1568 y a México, en 1578. Fundan gran
cantidad de colegios en los que imponen un intenso cultivo del teatro, recurso
didáctico que ya habían puesto en práctica en España.
Teatro profesional o comercial: A fines del siglo XVI se documenta la llegada a
América de compañías teatrales ambulantes, que vienen de España. En México, en
1597, y en Lima, en 1598, se construyeron las primeras casas de comedias o corrales
estatales. Aquellas y estos ofrecen con exclusividad piezas de origen peninsular, cuya
finalidad es entretener a un público que paga por ello.
3. El desarrollo del teatro profesional -cuyos actores y repertorio son con frecuencia
contratados por las autoridades para las celebraciones dramáticas de circunstancias-
ahogó las posibilidades de los ingenios criollos, que no pudieron competir con las
producciones de los creadores de la comedia nacional española, fruto de una práctica
constante y de un conocimiento de los gustos del público.
Las únicas vías abiertas a los cultores americanos del género dramático quedaron
reducidas, así, a las posibilidades limitadas del teatro de circunstancias y del teatro de
colegio. A estas se agrega, en la segunda mitad del siglo XVII, una nueva vía, que se va
a cobrar gran auge, la del teatro palaciego, vinculados y dirigidos a un público culto de
cortesanos, catedráticos y funcionarios.
Hasta mediados del siglo XVII se registra poca actividad en el teatro criollo.
4. La influencia jesuítica y el nacionalismo latinoamericano
Desde el primer momento de su presencia en América latina, la orden
jesuita centró sus objetivos fundamentalmente en la educación académica
(escuelas y universidades). Su influencia en el discurso cultural e intelectual
hacia el siglo XVIII era indiscutible: estudio de lenguas y culturas greco
latinas, defensa de los valores culturales indígenas, enseñanza de que la
autoridad real no tenía origen divino sino que era el resultado de la
voluntad del pueblo, y el cultivo del sentimiento nacionalista.
5. La reacción de la Corona ante estas enseñanzas subversivas fue rápida y
decisiva. El 25 de junio de 1769, el rey de España, Carlos III, ordenó la
expulsión de los jesuitas (la mayoría eran criollos) de sus dominios
coloniales señalando en su decreto: “…su Majestad declara su real
indignación ante los inobedientes que no cumplen su misión
específica, habiendo generado conversaciones, juntas, asambleas o
discursos de palabra o escrito; y debiendo saber que nacieron para callar y
obedecer y no para discurrir ni opinar en los altos asuntos de gobierno…”
6. A pesar de su expulsión, el intenso tráfico comercial entre Europa y
América creció considerablemente en el siglo XVIII, o que motivó a su
vez, la entrada de su flujo de ideas europeas, así como de publicaciones de
los principales pensadores de la Ilustración.
Por todas las colonias comenzaron a circular clandestinamente copias y
traducciones de sus obras, lo cual combinado con las enseñanzas
humanísticas de los jesuitas, el orgullo de la cultura latinoamericana que
ellos mismos fomentaron y el resentimiento creciente contra los poderes
coloniales y eclesiásticos, fueron el germen de rebeliones que cruzaron
todo el continente americano.
7. El movimiento denominado la Ilustración o las Nuevas Ideas se
desarrolló originariamente en Francia, a partir de figuras como
Montesquieu, Rousseau, Voltaire, Diderot, etc.
Se extendió desde allí por toda Europa y América renovando las
ciencias, la filosofía, la política y la sociedad.
8. Los ilustrados pretendían
Los principales cambiar el funcionamiento
pero a su vez se
derechos postulados consideraban la elite de la
por estos hombres sociedad cuyo principal
serán: propósito era liderar al
pueblo hacia el progreso
VIDA sacándolos de la tradición e
LIBERTAD ignorancia en la que vivía.
IGUALDAD POLÍTICA En realidad solo pretendían
un cambio de las manos que
PROPIEDAD llevaban las riendas de la
FELICIDAD sociedad. La burguesía
RESISTENCIA A LA había ido adquiriendo
mucho poder pero seguía
OPRESIÓN estando bajo la supervisión
de nobleza y monarquía.
9. El teatro como espacio político
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, el incremento de la
actividad económica, la riqueza que ésta generaba, y el orgullo
nacionalista de los latinoamericanos, propició la construcción de
grandes teatros. La iniciativa casi siempre partía de la autoridad
civil, como medio para demostrar su status y como forma de
satisfacer la demanda de entretenimiento. Estas nuevas
propuestas generaron un enfrentamiento con las autoridad
eclesiásticas que no veían con buenos ojos el teatro profano.
Teatro Coliseo (1804)
Buenos Aires
11. Polémica sobre el teatro como ámbito de político:
• Comentario del obispo de Puebla • Comentario del virrey Vértiz del Río
sobre el teatro a fines del siglo XVIII: de la Plata:
“Refiere el mismo Tertuliano dos “ He admitido también, después de
casos notables que sucedieron a dos varias consultas, la representación y
cristianos que entraron en el teatro: teatro público por el arrendamiento
que estando en él se le entró el anual de dos mil pesos en beneficio
demonio en el cuerpo y salió de allí de los mismos expósitos, pero
endemoniado; y exorcizándolo cuidando atentamente de que se
después en la iglesia y preguntado al purifique de cuantos defectos puedan
enemigo común ¿cómo había entrado corromper a la juventud o servir de
en aquel cuerpo cristiano; respondió: escándalo al pueblo… que así
(“Justamente lo hice, porque lo hallé acrisolado el teatro, no sólo se le
en mi jurisdicción.”) Como quien dice: aprecia como una de las mejores
luego que entró en mi teatro fue escuelas para las costumbres, el
mío, porque allí soy yo quien mando.” idioma y la urbanidad general.”
12. Algunos virreyes progresistas del siglo XVIII alentaron y
apoyaron al teatro público. Ello se advierte, por
ejemplo, en la construcción de nuevas salas de
espectáculos y remodelación de las existentes. Así Buenos
Aires tenía su primer teatro en 1783, México completa su
nuevo Coliseo en 1753, y Lima remodela el suyo en 1789.
Un farol encendido en la Farmacia de los
Angelitos, a 2 cuadras del teatro, informaba al
vecindario que esa noche había función en La
Ranchería. A pesar de los avisos, muchos
vecinos no iban al teatro porque para llegar a él
debían atravesar calles embarradas y sin luz.
Vértiz trato de aliviar las molestias empedrando
las calles de acceso a la Ranchería e
iluminándolas con faroles de sebo;
además, pidió a los vecinos que alumbraran el
frente de sus casas. No se detuvo aquí el
Juan José de Vértiz y Salcedo apoyo del virrey: él mismo iba a menudo al
teatro para alentar a los remolones.
13. A lo largo de finales del siglo XVIII y principios del XIX el teatro
se iba convirtiendo cada vez más en el terreno preferido para el
discurso político:
Los principales abanderados de esta rebelión fueron los
dramaturgos criollos de tendencia neoclásicas, formación
periodística y sagacidad para la política, que vieron en el teatro
un instrumento poderoso para luchas por la independencia de
América.
Fue fundamental en esta tarea, la difusión periodística y literaria
de las ideas de Rousseau, las cuales contribuyeron de una
manera decisiva a inflamar el espíritu rebelde de los
latinoamericanos.
14. La intención educativa del teatro
neoclásico americano.
Procuro con ficciones Con risa y canto alivio pesadumbres
Inclinar hacia el bien los corazones, Y de todos corrijo las costumbres.
Con juegos y ficciones Ría, llore, cante, embelese, asombre:
Suelo inclinar al bien los corazones. Será mi fin la corrección del hombre.
Haré con mi ejercicio Con risa y canto moralizo austero,
Amable la virtud, odioso el vicio. Que es bella la virtud, el vicio fiero.
La comedia es ni nombre En tono honesto, bien jocoso o grave,
Y mi deber (el) corregir al hombre. Haga el vicio feroz, la virtud suave.
Es el drama ni nombre Con la risa, la burla y con el canto,
Y mi deber el corregir al hombre. Halago la virtud, el vicio espanto.
Haciendo en mi ejercicio
Amable la virtud, odioso el vicio.
Es mi deber el corregir al hombre, Atribuido al actor y dramaturgo
Y haré con mi ejercicio mexicano Fernando Gávila – Siglo
Amable la virtud, odioso el vicio. XVIII
15. “Yo considero al teatro únicamente como una escuela pública;
bajo ese aspecto es innegable que la musa dramática es un
gran instrumento en las manos de la política… Entre las
producciones dramáticas, la tragedia es la más propia de un
pueblo libre, y la más útil en las circunstancias actuales…”
Fray Camilo Henríquez (1769 – 1825) –
Clérigo, dramaturgo, político y periodista.
16. La obra dramática de Luis Ambrosio Morante (1775 – 1837)
Co-fundador de la Sociedad del Buen Gusto de Teatro en Buenos Aires, en
1801 bajo el lema: “El teatro es un instrumento de gobierno”. Su obra está
teñida por una fuerte influencia de la Ilustración.
Dentro de su obra dramática se destacan textos como:
-Cornelia Boroquia (1801) rechazada fuertemente por la Inquisición y por la
prensa de la época.
- El 25 de mayo (1812) con motivo del 2º aniversario de la Revolución de
1810.
- Tupac Amarú (1821) adaptación teatral de los relatos históricos del inca
Garcilaso de la Vega en su lucha por la independencia contra los españoles.
- El falso nuncio de Portugal (1824) que ridiculizaba al nuncio papel en
Chile, donde en la 1ª puesta en escena, él mismo lo representó.
-Todas estas obras demuestran el cambio radical que había ido sufriendo el
teatro desde la época del teatro evangelizador. Su crítica a la Iglesia fue
constante ya que ésta no tenía los mismos principios que los de las órdenes
mendicantes expulsadas.
17.
18. Junto a este tipo de teatro de orientación política y de inspiración
neoclásica, creado por y para el sector de la población educado y de ideas
liberales, existía también una significativa actividad teatral de carácter más
popular. Este tipo de teatro utilizaba los bailes, las canciones, las sátiras, y
encontró su máxima expresión en países como
México, Cuba, Argentina, Uruguay y Chile
De clara confrontación directa con el teatro de ideas del neoclásico, fue de
todos modos, la base del futuro teatro de compromiso social que se
desarrollaría fines del siglo XIX y principios del XX.
19. El teatro popular
del XVIII más
que definirse
como tal con sus
características
propias, fue en
muchas
ocasiones
simplemente el
que no cumplía
las normas del
teatro
neoclásico.
20. Una forma de teatro popular:
• Los sainetes: eran breves piezas teatrales de corte satírico, de origen español, que
recogían las costumbres y los oficios de la comunidad y estaban intercaladas por
breves canciones. Estas obras no solo pretendían entretener sino también dejar
alguna lección moral fácil de captar por el público sencillo.
Generalmente se representaban en los entreactos de las obras neoclásicas.
• La primera de estas piezas representada fue la anónima EL AMOR DE LA
ESTANCIERA (1795) en la cual dos de sus personajes (el joven estanciero y el
hacendado portugués) son considerados como el germen de futuros personajes
del teatro posterior, como lo fueron el gaucho y el cocoliche, en el circo criollo.