3. Pardela Cenicienta Calonectris diomedea (Scopoli, 1769) es el ave marina más
emblemática del archipiélago canario. Se trata de un ave pelágica cuya migración
transcurre anualmente entre las zonas de reproducción, ubicadas en los archipiélagos
macaronésicos de Azores, Madeira y Canarias (C. d. borealis) y el Mediterráneo (C. d.
diomedea), y el Atlántico ecuatorial y sur. Están presentes en nuestro archipiélago desde
finales de febrero hasta principios de noviembre, período durante el que transcurre el
ciclo reproductor de la especie. Las zonas de cría pueden encontrarse en todas las islas e
islotes canarios, tanto en la costa como en el interior, pero con frecuencia en lugares
inaccesibles. Cría en tipos muy diversos de microambientes (bajo rocas o vegetación, en
madrigueras en la arena, en el interior de tubos volcánicos, etc.), y sus nidos sólo están
ocupados por un único huevo al año, ambos padres incuban el huevo y crían al polluelo..
La puesta tiene lugar a finales de mayo y principios de junio, mientras que la eclosión
ocurre en la segunda mitad de julio. Los pollos abandonan los nidos a mediados de
octubre o principios de noviembre. En general, tanto los pollos como los adultos
regresan a las mismas colonias donde nacieron, si bien un porcentaje indeterminado
puede establecerse en otras diferentes. Se alimentan básicamente de peces epipelágicos
y de cefalópodos.
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4. . Se diferencian tres especies: la pardela chica (Puffinus assimilis baroli), la
pardela pichoneta (Puffinus puffinus puffinus) y la pardela cenicienta
(Calonectris diomedea boreales), que es la más abundante en toda
Canarias.. De noche se acerca a la costa, emitiendo su peculiar sonido
(„guaña-guaña‟), por el que también es denominada) a modo de eco-
localización, para poder encontrar su nido.
POLLO DE PARDELA CENICIENTA CON
SU MADRE AL FONDO EN UNA HURA
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5. A pesar de ser el ave marina pelágica más abundante de las Islas Canarias, el tamaño de
la población ha disminuido en los últimos tiempos, pudiendo ser una de las especies
cuya área de distribución ha mermado de manera más alarmante. Esta regresión pudo
haber sido de entre el 20 y el 49% sólo en el período comprendido entre los años 1970 y
1990. El intenso desarrollo urbanístico, la presión ejercida por los depredadores
introducidos (gatos asilvestrados Felis catus, ratas Rattus spp., o ratones Mus
domesticus, principalmente), la contaminación lumínica, o la caza furtiva son algunas de
las amenazas más severas que sufren las poblaciones de pardelas cenicientas de
Canarias. En general, se desconoce de un modo cuantitativo en qué medida afectan
estas amenazas a la población de pardela cenicienta, pero en concreto, especialmente
se ignora cuál es el impacto de la caza furtiva. A pesar de ello, es conocido que la caza
furtiva se sigue practicando ilegalmente en algunas islas del archipiélago, siendo
particularmente abundante en las islas orientales (Lanzarote y Fuerteventura).
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6. La contaminación luminosa es el resultado de la pérdida o de la
emisión innecesaria a la atmósfera de energía lumínica o de flujos
de luz artificial.
El fenómeno se manifiesta no sólo en el brillo o el resplandor de
nuestras ciudades en el cielo nocturno, sino además afectando a la
investigación astronómica, a la salud de los ecosistemas y en
último término a la calidad de vida de las personas.
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7. Las luces contribuyen a su
desorientación. El ser humano contribuye
a su extinción.
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