3. Para leer los poemas elegir la estantería del autor y
hacer clic
García Lorca Gabriela Mistral
Rosalía de Castro Pablo Neruda
Jorge Luis Borges José Martí
Antonio Machado Gustavo Adolfo Bécquer
Mario Benedetti Miguel de Unamuno
4. Biografía
Federico García Lorca
Federico García Lorca (Fuente
vaqueros, 5 de junio de 1898 -
Víznar, 19 de agosto de 1936). Poeta y
dramaturgo español.
En 1915 comienza a estudiar Filosofía y
Letras, así como Derecho, en la
Universidad de Granada. Forma parte
de El Rinconcillo, centro de reunión de
los artistas granadinos donde conoce a
Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917
realiza una serie de viajes por España
con sus compañeros de
estudios, conociendo a Antonio
Machado. En 1919 se traslada a Madrid
y se instala en la Residencia de
Estudiantes, coincidiendo con
numerosos literatos e intelectuales.
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5. ALBA CANCIONES PARA TERMINAR
Mi corazón oprimido
Siente junto a la alborada AGUA, ¿DÓNDE VAS?...
El dolor de sus amores
Y el sueño de las distancias. Agua, ¿dónde vas?
La luz de la aurora lleva Riyendo voy por el río
Semilleros de nostalgias a las orillas del mar.
Y la tristeza sin ojos
De la médula del alma. Mar, ¿adónde vas?
La gran tumba de la noche
Su negro velo levanta Río arriba voy buscando
Para ocultar con el día fuente donde descansar.
La inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos Chopo, y tú ¿qué harás?
Cogiendo nidos y ramas
Rodeado de la aurora No quiero decirte nada.
Y llena de noche el alma! Yo... ¡temblar!
¡Qué haré si tienes tus ojos
Muertos a las luces claras ¡Qué deseo, qué no deseo,
Y no ha de sentir mi carne por el río y por la mar!
El calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre (Cuatro pájaros sin rumbo
En aquella tarde clara? en el alto chopo están).
Hoy mi pecho está reseco
Como una estrella apagada Federico García Lorca
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6. CASIDAS
VIII
CASIDA DE LA MUCHACHA DORADA
La muchacha dorada
Vino el alba sin mancha,
se bañaba en el agua
con mil caras de vaca,
y el agua se doraba.
yerta y amortajada
Las algas y las ramas
con heladas guirnaldas.
en sombra la asombraban
La muchacha de lágrimas
y el ruiseñor cantaba
se bañaba entre llamas,
por la muchacha blanca.
y el ruiseñor lloraba
Vino la noche clara,
con las alas quemadas.
turbia de plata mata,
La muchacha dorada
con peladas montañas
era una blanca garza
bajo la brisa parda.
y el agua la doraba.
La muchacha mojada
era blanca en el agua,
y el agua, llamarada.
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7. Biografía
Rosalía de Castro
(Santiago de Compostela, España, 1837-
Padrón, id., 1885) Escritora española en
lenguas castellana y gallega. Perteneciente
por línea materna a una familia noble, su
adolescencia estuvo dominada por una
profunda crisis debida al descubrimiento de
su condición de hija ilegítima de un
sacerdote, y por una delicada salud, que
jamás mejoró.
Su primer libro, La flor, se publicó en
Madrid en 1857 y recibió elogiosas críticas
de Manuel Martínez Murguía, crítico
destacado del Renacimiento gallego, con
quien Rosalía de Castro contrajo
matrimonio al año siguiente. Vivió en medio
de constantes penurias
económicas, dedicada a su hogar y a sus
hijos; la muerte de su madre y la de uno de
sus hijos fueron dos duros golpes para ella.
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8. En las orillas del Sar (1884)
-68- Poema Las Campanas de Rosalía de Castro
Del mar azul las transparentes olas
mientras blandas murmuran Yo las amo, yo las oigo,
sobre la arena, hasta mis pies rodando, cual oigo el rumor del viento,
tentadoras me besan y me buscan. el murmurar de la fuente
o el balido de cordero.
Inquietas lamen de mi planta el borde, Como los pájaros, ellas,
lánzanme airosas su nevada espuma, tan pronto asoma en los cielos
y pienso que me llaman, que me atraen el primer rayo del alba,
hacia sus salas húmedas.
le saludan con sus ecos.
Mas cuando ansiosa quiero Y en sus notas, que van prolongándose
seguirlas por la líquida llanura, por los llanos y los cerros,
se hunde mi pie en la linfa transparente hay algo de candoroso,
y ellas de mí se burlan. de apacible y de halagüeño.
Si por siempre enmudecieran,
Y huyen abandonándome en la playa ¡qué tristeza en el aire y el cielo!
a la terrena, inacabable lucha, ¡Qué silencio en la iglesia!
como en las tristes playas de la vida
¡Qué extrañeza entre los muertos!
me abandonó inconstante la fortuna.
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9. Poema Lágrima Triste En Mi Dolor Vertida
de Rosalía de Castro
Dicen que no hablan las plantas
A la memoria del poeta gallego Aurelio
Aguirre
Lágrima triste en mi dolor vertida, Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los
perla del corazón que entre tormentas pájaros,
fue en largas horas de pesar nacida, Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
en fúnebre memoria convertida Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo
la flor será que a tu corona enlace; paso,
las horas de la vida turbulentas De mí murmuran y exclaman:
—Ahí va la loca soñando
ajan las flores y el laurel marchitan; Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
pero lágrimas, ¡ay!, que el alma esconde, Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
llanto de duelo que el dolor fecunda, Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
si el triste hueco de una tumba anega
y sus húmedos hálitos inunda, —Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
ni el sol de fuego que en Oriente nace Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
seco su manantial a dejar llega Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
ni en sutiles vapores le deshace, Aunque los unos se agostan y aunque las otras se
¡y es manantial fecundo el llanto mío abrasan.
para verter sobre un sepulcro amado
de mil recuerdos caudaloso río! Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?
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10. Jorge Luis
Borges (1899-1986)
Nacido el 24 de agosto de 1899 en Buenos
Aires, e hijo de un profesor, estudió en
Ginebra y vivió durante una breve temporada
en España relacionándose con los escritores
ultraístas. En 1921 regresó a
Argentina, donde participó en la fundación de
varias publicaciones literarias y filosóficas
como Prisma (1921-1922), Proa (1922-1926)
y Martín Fierro en la que publicó
esporádicamente; escribió poesía lírica
centrada en temas históricos de su país, que
quedó recopilada en volúmenes como Fervor
de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente
(1925) y Cuaderno San Martín (1929). De esta
época datan sus relaciones con Ricardo
Güiraldes, Macedonio Fernández, Alfonso
Reyes y Oliveiro Girondo.
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11. A un gato Al triste
No son más silenciosos los espejos Ahí está lo que fue: la terca espada
ni más furtiva el alba aventurera; del sajón y su métrica de hierro,
eres, bajo la luna, esa pantera los mares y las islas del destierro
que nos es dado divisar de lejos. del hijo de Laertes, la dorada
Por obra indescifrable de un decreto luna del persa y los sin fin jardines
divino, te buscamos vanamente; de la filosofía y de la historia,
más remoto que el Ganges y el poniente, el oro sepulcral de la memoria
tuya es la soledad, tuyo el secreto. y en la sombra el olor de los jazmines.
Tu lomo condesciende a la morosa Y nada de eso importa. El resignado
caricia de mi mano. Has admitido, ejercicio del verso no te salva
desde esa eternidad que ya es olvido, ni las aguas del sueño ni la estrella
el amor de la mano recelosa. que en la arrasada noche olvida el alba.
En otro tiempo estás. Eres el dueño Una sola mujer es tu cuidado,
de un ámbito cerrado como un sueño. igual a las demás, pero que es ella.
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12. Amorosa anticipación
Alhambra
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
Grata la voz del agua ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito
a quien abrumaron negras arenas, y de niña,
grato a la mano cóncava ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o
el mármol circular de la columna, silencios
gratos los finos laberintos del agua serán favor tan misterioso
entre los limoneros, como el mirar tu sueño implicado
grata la música del zéjel, en la vigilia de mis brazos.
grato el amor y grata la plegaria Virgen milagrosamente otra vez por la virtud
dirigida a un Dios que está solo, absolutoria del sueño,
grato el jazmín. quieta y resplandeciente como una dicha que la
memoria elige,
Vano el alfanje me darás esa orilla de tu vida que tú misma no
ante las largas lanzas de los muchos, tienes,
vano ser el mejor. Arrojado a quietud
Grato sentir o presentir, rey doliente, divisaré esa playa última de tu ser
que tus dulzuras son adioses, y te veré por vez primera, quizá,
que te será negada la llave, como Dios ha de verte,
que la cruz del infiel borrará la luna, desbaratada la ficción del Tiempo
que la tarde que miras es la última. sin el amor, sin mí.
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13. Antonio Biografía
Machado (Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español.
Aunque influido por el modernismo y el
simbolismo, su obra es expresión lírica del
ideario de la Generación del 98. Hijo del
folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano
menor del también poeta Manuel
Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883
se instaló con su familia en Madrid.
Doctorado en filosofía y letras
(1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en
1928 fue elegido miembro de la Real Academia
Española. Al comenzar la Guerra Civil se
encontraba en Madrid, desde donde se trasladó
con su madre y otros familiares al pueblo
valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En
enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero
la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés
de Colliure.
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14. A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo Antes que te derribe, olmo del Duero,
y en su mitad podrido, con su hacha el leñador, y el carpintero
con las lluvias de abril y el sol de mayo te convierta en melena de campana,
algunas hojas verdes le han salido. lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
¡El olmo centenario en la colina ardas de alguna mísera caseta,
que lame el Duero! Un musgo amarillento al borde de un camino;
le mancha la corteza blanquecina antes que te descuaje un torbellino
al tronco carcomido y polvoriento. y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
No será, cual los álamos cantores por valles y barrancas,
que guardan el camino y la ribera, olmo, quiero anotar en mi cartera
habitado de pardos ruiseñores. la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
Ejército de hormigas en hilera también, hacia la luz y hacia la vida,
va trepando por él, y en sus entrañas otro milagro de la primavera.
urden sus telas grises las arañas.
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15. YO VOY SOÑANDO CAMINOS
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
Yo voy soñando caminos
meditando. Suena el viento
de la tarde. ¡Las colinas
en los álamos del río.
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas! ...
La tarde más se oscurece;
¿Adònde el camino irá?
y el camino que serpea
Yo voy cantando, viajero
y débilmente blanquea
a lo largo del sendero...
se enturbia y desaparece.
—La tarde cayendo está—.
«En el corazòn tenía
Mi cantar vuelve a plañir:
la espina de una pasiòn;
«Aguda espina dorada,
logré arrancármela un día,
quién te pudiera sentir
ya no siento el corazòn.»
en el corazòn clavada.»
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16. Biografía
Mario Poeta y novelista uruguayo nacido en 1920 en
Benedetti Paso de Los Toros.
Recibió la formación primaria y secundaria en
Montevideo y a los dieciocho años se trasladó a
Buenos Aires
donde residió por varios años. En 1945 formó
parte del famoso semanario «Marcha» donde
colaboró como periodista
hasta 1974.
Ocupó el cargo de director del Departamento de
Literatura Hispanoamericana en la Facultad de
Humanidades y Ciencias
de la Universidad de Montevideo.
Desde 1983 se radicó en España permaneciendo
allí la mayor parte del año. Obtuvo el VIII Premio
Reina Sofía de Poesía
y recibió el título de Doctor Honoris Causa por la
Universidad de Alicante.
Su vasta producción literaria abarca todos los
géneros, incluyendo famosas letras de
canciones, cuentos y ensayos,
traducidos en su mayoría a varios idiomas.
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17. Allende
Para matar al hombre de la paz para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que imaginar que era una tropa
tuvieron que convertirse en pesadilla una armada una hueste una brigada
para vencer al hombre de la paz tuvieron que creer que era otro ejército
tuvieron que congregar todos los odios pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y además los aviones y los tanques y tenía en sus manos un fusil y un mandato
para batir al hombre de la paz y eran necesarios más tanques más rencores
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza porque el hombre del paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia para golpear su frente limpia de pesadillas
para vencer al hombre de la paz tuvieron que convertirse en pesadilla
y acallar su voz modesta y taladrante para vencer al hombre de la paz
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
y matar más para seguir matando matar y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz y condenarse a la blindada soledad
tuvieron que asesinarlo muchas veces para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.
porque el hombre de la paz era una fortalez
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18. Amor de tarde
El infinito
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos De un tiempo a esta parte
y estiro las piernas como todas las tardes el infinito
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
se ha encogido
peligrosamente.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco Quién iba a suponer
y soy una manija que calcula intereses que segundo a segundo
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas cada migaja
o un oído que escucha como ladra el teléfono de su pan sin límites
o un tipo que hace números y les saca verdades.
iba así a despeñarse
Es una lástima que no estés conmigo como canto rodado
cuando miro el reloj y son las seis. en el abismo.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
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19. Biografía
Gabriela
Mistral
Gabriela Mistral fue galardonada en 1951
con el Premio Nacional de Literatura de
Chile. Ha sido asimismo la primera
ganadora del Premio Nobel de Literatura
de América Latina. Además de poeta, fue
una destacada profesora tanto en su Chile
natal como en el exterior. Existe desde
1997 en Chile la Orden al Mérito Docente
y Cultural Gabriela Mistral, así como
también su imagen figura en un billete.
"Desolación", "Besos", "Caricia", "Canción
amarga", "Piececitos" y "Dame la mano"
son algunas de sus obras fundamentales.
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20. Gasta trazas de dueño; no le
Amo amor ablandan excusas.
Rasga vasos de flor, hiende el
hondo glaciar.
No te vale decirle que
albergarlo rehúsas:
Anda libre en el surco, bate el ala en el ¡lo tendrás que hospedar!
viento,
late vivo en el sol y se prende al pinar. Tiene argucias sutiles en la
No te vale olvidarlo como al mal réplica fina,
pensamiento: argumentos de sabio, pero en
voz de mujer.
¡le tendrás que escuchar!
Ciencia humana te
salva, menos ciencia divina:
Habla lengua de bronce y habla lengua ¡le tendrás que creer!
de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar. Te echa venda de lino; tú la
No te vale ponerle gesto audaz, ceño venda toleras.
grave: Te ofrece el brazo cálido, no le
¡lo tendrás que hospedar! sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues
hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!
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21. Canción amarga
¡Ay! ¡Juguemos, hijo mío, El cordero está espesando
a la reina con el rey! el vellón que he de tejer.
Y son tuyas las majadas,
Este verde campo es tuyo. ¿De quién más podrían ser?
¿De quién más podría ser?
Las oleadas de la alfalfa Y la leche del establo
para ti se han de mecer. que en la ubre ha de correr,
y el manojo de las mieses
Este valle es todo tuyo. ¿de quién más podrían ser?
¿De quién más podría ser?
Para que los disfrutemos (¡Ay! ¡No es cierto que tiritas
los pomares se hacen miel. como el Niño de Belén
y que el seno de tu madre
(¡Ay! ¡No es cierto que tiritas se secó de padecer!)
como el Niño de Belén
y que el seno de tu madre ¡Sí! ¡Juguemos, hijo mío,
se secó de padecer!) a la reina con el rey!
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22. Biografía
Pablo Neruda
Neftalí Ricardo Reyes Basoalto (quien
escribiría posteriormente con el
seudónimo de Pablo Neruda) nació en
Parral el año 1904, hijo de don José del
Carmen Reyes Morales, obrero
ferroviario y doña Rosa Basoalto
Opazo, maestra de escuela, fallecida
poco años después del nacimiento del
poeta.
Muere en Santiago el 23 de septiembre
de 1973. Le había afectado mucho el
golpe de estado contra Salvador
Allende. Póstumamente se publicaron
sus memorias en 1974, con el título
Confieso que he vivido.
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23. POEMA 15
Me gustas cuando callas y estás como
Me gustas cuando callas porque estás distante.
como ausente, Y estás como quejándote, mariposa en
y me oyes desde lejos, y mi voz no te arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
toca.
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Parece que los ojos se te hubieran
volado Déjame que te hable también con tu silencio
y parece que un beso te cerrara la claro como una lámpara, simple como un
boca. anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Como todas las cosas están llenas de mi Tu silencio es de estrella, tan lejano y
alma sencillo.
emerges de las cosas, llena del alma
Me gustas cuando callas porque estás como
mía. ausente.
Mariposa de sueño, te pareces a mi Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
alma, Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
y te pareces a la palabra melancolía. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
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24. POEMA 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, Mi alma no se contenta con haberla perdido.
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
Como para acercarla mi mirada la busca.
El viento de la noche gira en el cielo y canta. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
Ella me quiso, a veces yo también la quería. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
La noche está estrellada y ella no está conmigo. y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
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25. José Martí Biografía
Hijo de padres españoles, de clase
humilde, radicados en Cuba, nació en la
Habana el 28 de enero de 1853.
Estudió bajo el cuidado del poeta Rafael María
de Mendive quien detectó muy pronto su gran
talento.
A los dieciséis años fue encarcelado por sus
ideas revolucionarias y posteriormente
indultado y deportado
a España. Continuó su educación en la
Universidad de Zaragoza donde se licenció en
las carreras de Filosofía
y Letras y en Derecho, ambas en 1874.
Murió en combate en 1895 durante su lucha
contra las tropas españolas en Dos Ríos, actual
provincia de Granma,
en el oriente cubano.
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26. Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
I - Yo soy un hombre sincero...
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
He visto vivir a un hombre
Y antes de morirme quiero
Con el puñal al costado,
Echar mis versos del alma.
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Rápida, como un reflejo,
Arte soy entre las artes,
Dos veces vi el alma, dos:
En los montes, monte soy.
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Temblé una vez -en la reja,
Y de mortales engaños,
A la entrada de la viña,-
Y de sublimes dolores.
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Gocé una vez, de tal suerte
Los rayos de lumbre pura
Que gocé cual nunca: -cuando
De la divina belleza.
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcaide llorando.
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27. Yo he puesto la mano osada,
De horror y júbilo yerta,
Oigo un suspiro, a través Sobre la estrella apagada
De las tierras y la mar, Que cayó frente a mi puerta.
Y no es un suspiro, -es
Que mi hijo va a despertar. Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
Si dicen que del joyero El hijo de un pueblo esclavo
Tome la joya mejor, Vive por él, calla y muere.
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor. Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Yo he visto al águila herida Y todo, como el diamante,
Volar al azul sereno, Antes que luz es carbón.
Y morir en su guarida
La víbora del veneno. Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto.
Yo sé bien que cuando el mundo Y que no hay fruta en la tierra
Cede, lívido, al descanso, Como la del camposanto.
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso. Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.
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28. Gustavo Adolfo
Bécquer
(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida;
Sevilla, 1836-Madrid, 1870) Poeta
español. Hijo y hermano de
pintores, quedó huérfano a los diez
años y vivió su infancia y su
adolescencia en Sevilla, donde estudió
humanidades y pintura.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta
Esteban, hija de un médico, con la que
tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue
feliz, y el poeta se refugió en su trabajo
o en la compañía de su hermano
Valeriano en las escapadas de éste a
Toledo para pintar.
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29. En las largas noches
Cerraron sus ojos del helado invierno,
que aún tenía abiertos, cuando las maderas
taparon su cara crujir hace el viento
con un blanco lienzo, y azota los vidrios
y unos sollozando, el fuerte aguacero,
otros en silencio, de la pobre niña
de la triste alcoba a veces me acuerdo.
todos se salieron.
Allí cae la lluvia
La luz que en un vaso con un son eterno;
ardía en el suelo, allí la combate
al muro arrojaba el soplo del cierzo.
la sombra del lecho; Del húmedo muro
y entre aquella sombra tendida en el hueco,
veíase a intérvalos ¡acaso de frío
dibujarse rígida se hielan sus huesos...!
la forma del cuerpo.
***
Despertaba el día,
y, a su albor primero, ¿Vuelve el polvo al polvo?
con sus mil rüidos ¿Vuela el alma al cielo?
despertaba el pueblo. ¿Todo es sin espíritu,
Ante aquel contraste podredumbre y cieno?
de vida y misterio, No sé; pero hay algo
de luz y tinieblas, que explicar no puedo,
yo pensé un momento: algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
—¡Dios mío, qué solos el dejar tan tristes,
se quedan los muertos! tan solos los muertos.
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30. RIMA VII RIMA XVII
Del salón en el ángulo oscuro, Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
de su dueña tal vez olvidada, hoy llega al fondo de mi alma el sol,
silenciosa y cubierta de polvo hoy la he visto... La he visto y me ha
veíase el arpa. mirado...
¡Hoy creo en Dios!
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
como el pájaro duerme en las ramas, RIMA XXI
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas! —¿Qué es poesía?, dices, mientras
clavas
—¡Ay! —pensé—; ¡cuántas veces el genio en mi pupila tu pupila azul,
así duerme en el fondo del alma, ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo
y una voz, como Lázaro, espera preguntas?
que le diga: «¡Levántate y anda!». Poesía... eres tú.
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31. Miguel de
Unamuno
(Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936)
Escritor, poeta y filósofo
español, principal exponente de la
Generación del 98.
Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y
letras en la universidad de
Madrid, época durante la cual leyó a T.
Carlyle, Herber Spencer, Friedrich Hegel
y Karl Marx. Se doctoró con la tesis
Crítica del problema sobre el origen y
prehistoria de la raza vasca, y poco
después accedió a la cátedra de lengua y
literatura griega en la universidad de
Salamanca, en la que desde 1901 fue
rector y catedrático de historia de la
lengua castellana.
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32. ¡Dime qué dices, mar! ¿Qué es tu vida, alma mía?
¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!
Pero no me lo digas; tus cantares ¿Qué es tu vida, alma mía?, ¿cuál tu pago?,
son, con el coro de tus varios mares, ¡Lluvia en el lago!
una voz sola que cantando gime. ¿Qué es tu vida, alma mía, tu costumbre?
¡Viento en la cumbre!
Ese mero gemido nos redime
de la letra fatal, y sus pesares, ¿Cómo tu vida, mi alma, se renueva?,
bajo el oleaje de nuestros azares, ¡Sombra en la cueva!,
el secreto secreto nos oprime. ¡Lluvia en el lago!,
¡Viento en la cumbre!,
La sinrazón de nuestra suerte abona, ¡Sombra en la cueva!
calla la culpa y danos el castigo;
la vida al que nació no le perdona; Lágrimas es la lluvia desde el cielo,
y es el viento sollozo sin partida,
de esta enorme injusticia sé testigo, pesar, la sombra sin ningún consuelo,
que así mi canto con tu canto entona, y lluvia y viento y sombra hacen la vida.
y no me digas lo que no te digo.
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33. Al amor de la lumbre
Dulcissime vanus Homems
Al amor de la lumbre cuya llama
Dormirse en el olvido del
como una cresta de la mar ondea. recuerdo...
Se oye fuera la lluvia que gotea
sobre los chopos. Previsora el ama
¡Dormirse en el olvido del recuerdo,
supo ordenar se me temple la cama en el recuerdo del olvido,
con sahumerio. En tanto la Odisea y que en el claustro maternal me
montes y valles de mi pecho orea
pierdo
de sus ficciones con la rica trama
y que en él desnazco perdido!
preparándome el sueño. Del castaño
que más de cien generaciones de hoja ¡Tú, mi bendito porvenir pasado,
criara y vio morir, cabe el escaño mañana eterno en el ayer;
tú, todo lo que fue ya eternizado,
abrasándose el tronco con su roja mi madre, mi hija, mi mujer!
brasa me reconforta. ¡Dulce engaño
la ballesta de mi inquietud afloja!
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