EL INTERÉS LEGÍTIMO DE LA REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS CONTRARIOS A ...
Xxix miércoles del tiempo ordinario
1. En el Evangelio que acabamos de escuchar, Jesús nos pide que estemos
preparados. ¿En qué consiste esa preparación? Creo que la mayor
preparación que podemos tener es un corazón dispuesto a amar, un
corazón dispuesto a darse. Estar preparados es vivir en libertad. Estar
preparados porque a la hora menos pensada viene el Hijo del hombre.
Muchas veces esperamos a Jesús que venga a nosotros. Y viene cada día,
pero no somos capaces de reconocerle. Está presente en cada
acontecimiento de nuestro día a día, sobre todo en el hermano, el que
sufre, el que quiere que te escuche, el que no tiene para comer, en el que
llora, en el enfermo, en el preso, está en la persona que vive la soledad, se
encuentra en la madre o el padre que lucha día a día para sacar adelante
sus hijos. Allí se hace presente Jesús.
Descubrir la mirada de Dios en el pobre y sencillo es fácil, pero también
hemos de descubrirla en aquellas personas amargadas, desilusionadas, en
las personas que nos critican por lo que creemos, sobre todo, descubrir la
mirada de Dios en el rostro de nuestros familiares, es ahí donde tenemos
nuestro mayor reto.
Ante todo esto, me gustaría que nos preguntásemos en esta mañana si lo
que hago lo hago por obligación, porque siento que si no lo hago el Señor
me va a castigar o lo hago por amor. Fijaos, Dios no castiga a nadie, Dios
no está pendiente si has hecho o no has hecho las cosas por amor. Dios
simplemente te ha creado para que ames, y lo hagas de verdad. Es nuestra
conciencia la que nos juzgará.