1. La silla Valdés:
un clásico del diseño chileno
Osvaldo Muñoz Peralta
Académico
Universidad de Chile
2. Silla modelo A Silla modelo B
La silla Valdés surge en 1977 por iniciativa de su autor. Cristián Valdés realiza
una familia de muebles con este lenguaje aunque las más conocidas son la silla
modelo A y la silla modelo B, con apoya brazos.
Por esas cosas incomprensibles, se les conoce indistintamente como “la silla
Valdés”.
3. Sin duda es el objeto de diseño más famoso que hay en Chile
Aparece en todas las revistas de diseño y decoración y, es la silla donde se sentó
el Papa cuando visitó Chile en 1987.
Elegante y sin travesaños.
5. Cristián Valdés, autor de la silla y su
inspiración: La raqueta de tenis
Dunlop de madera laminada.
Aunque el propio Cristián Valdés declara y demuestra lo inédito de su descubrimiento y
su trabajo, para lo cual no sólo menciona sino que exhibe la famosa raqueta de tenis
Dunlop, hecha en tulipas de madera laminada, existen antecedentes anteriores de
muebles que, al menos utilizan la misma tecnología y recursos estructurales, como la
madera laminada y la unión de piezas a través de vínculos metálicos. Por otro lado, la
silla Valdés desde el punto de vista morfológico, estilístico y expresivo, está realizada
dentro de una familia de formas que es miscelánea con otra sillas clásicas realizadas
bastantes años antes.
6. La silla Thonet 214, un ejemplo de diseño industrial:
sólo 6 piezas.
A fines del siglo XIX producían 4000 silla diarias,
una silla cada 7.2 segundos
7. Ejemplos del movimiento moderno y su racionalismo formal.
Sillas bellas formalmente pero insentables.
Existen también otros intentos de silla que son armadas a través de vínculos. La gran
mayoría como ejercicio intelectual más que como obra de diseño que se utilice. En ese
sentido, podemos destacar lo realizado por Rietveld y algunos bauhausianos. Lo
importante es que en la tecnología del armado de muebles, el perno llega para quedarse
y comienza a ser utilizado cada vez más, dada su condición de limpieza constructiva y
calidad estructural que aporta al mueble.
8. Los muebles y en especial las sillas de madera laminada se
desarrollaron en Europa durante los primeros años del siglo XX. Es
notable el diseño realizado por Alvar Aalto, Marcel Breuer y otros en
los años 30, donde la madera es reformulada a través de láminas
delgadas que son aglomeradas con pegamentos muy poderosos y que
permiten absorber las tracciones de la propia madera al curvarse.
9. Aunque es una cuestión de Perogrullo, un clásico de diseño se distingue por
estar bien construido y con impecables terminaciones. Es el caso de la silla
Valdés. Si bien es cierto, esto es una condición para todo clásico, no
necesariamente todo lo bien construido y terminado se transforma en clásico,
por lo que son necesarios otros factores que trasciendan la propia
construcción y se inserten en la cultura y en el imaginario colectivo como
elementos pregnantes y significativos. Esto es, una obra cargada de valores y
signos fáciles de reconocer e interpretar.
10. Otro de los elementos importantes de un diseño clásico reside en que su apariencia
exterior y su configuración material, lo que comunmente llamamos a forma –aunque
este término significa en diseño muchísimo más que el contorno, la figura o la
presentación final de un objeto-, sea singular y tenga algún elemento en su apariencia
que le permita ser diferente. En ese sentido, para este caso se entenderá la disposicióin
morfológica, volumen, geometría, textura, color y composición, o sea, las componentes
de la forma o variables formales.
11. Las sillas clásicas se pueden definir en las anteriores al siglo XX y las del siglo
XX propiamente, llamadas también del movimiento moderno. Estas últimas son
las llamadas clásicos del diseño moderno.
Con el siglo XX surge la silla industrial o industrializable. Si bien todo artefacto
es producto de un proceso productivo, en el mueble industrial gran parte del
producto sale por máquina. En ese sentido, el mueble industrial ha tenido la
significación de la escala de producción lo que ha redundado en la baja de sus
costos y su consiguiente masificación. El mueble clásico tradicional en cambio
es producto de la destreza artesana, de baja producción. Por lo mismo, escaso
y caro.
12. En el caso de la silla, la innovación del movimiento moderno más significativa
en cuanto a su lenguaje es la manera como las patas llegan al piso. Esto es la
forma recta y sin ornamentos. La Bauhaus deja por herencia y hasta el día de
hoy la pulcritud y la línea recta o bien, la curva perfectamente medida,
geométricamente definida con un radio preciso y centro conocido. Es la
hegemonía de la racionalidad formal y funcional. Esto se puede observar como
ejemplo en toda la obra mueblística de Breuer o Mies Van der Rohe.
13. La silla como artefacto no sufre variaciones topológicas en su configuración hasta
Verter Panton en 1967 y an alguna medida, anteriormente Charles & Ray Eames.
Pese a ser un ejemplo de lo que es posible hacer, la pregnancia de la silla de
cuatro patas, asiento y respaldo permanecerá en el tiempo. Esto ha significado
que en el trayecto de la historia del diseño del siglo XX, la silla ha sido además el
artefacto insignia por antonomasia de los diseñadores. El anhelo de cualquier
diseñador industrial joven es proyectar alguna vez una silla que lleve su nombre.
Esto ha sucedido en la historia del diseño de sillas. Aunque la silla sea bautizada
con un nombre específico, le sigue como apellido su autor. Silla Barcelona de
Mies Van Der Rohe, silla Nコ 214 de Thonet, silla Valdés.
14. ¿Cuál es entonces la gran novedad de la silla Valdés, si hemos dicho que ni
la madera laminada ni su construcción por piezas apernadas son novedad?
Desde el punto de vista constructivo, no cabe duda que la cuña de madera
de ulmo que se inserta entre las tulipas laminadas y recibe el armazón
metálico, pero eso, sólo lo saben los que han realizado la consulta a
Cristián Valdés, desde el diseño mismo, como elemento que trasciende en
la forma es imperceptible. Si la silla se ha transformado en un clásico es
porque aporta en otras cosas que son mucho más evidentes de percibir.
16. La silla como artefacto útil y cotidiano se comprende como un asiento, respaldo y
cuatro patas. Hoy casi no hay invento que incorporarle a la silla sino en los
aspectos estilísticos y expresivos. Como artefacto que se utiliza y funciona, está
absolutamente resuelto desde hace más de un siglo.
Pareciera que la invención de la silla Valdés es la de ser una silla moderna con
morfología antigua. Es una versión moderna de la clásica silla Reina Ana. En ese
sentido, el gran aporte de la silla Valdés es su manera como las patas llegan al piso.
Rompe la rectitud ortodoxa del movimiento moderno generando curvas y contracurvas
difíciles de medir junto a la llegada de las patas que no son propias del lenguaje de la
silla moderna.
17. Los radios de curvatura que se manejan tanto en los marcos, como a su vez en el pre-
armado del asiento, se referencian en los clásicos del diseño particularmente aquellos
manifestados en el art nouveau. Aprovechando las bondades del trabajo mecánico de
materiales como la madera que permite la reproducción de formas orgánicas.
19. 18 pernos parker y travesaños del 2 crucetas de acero que trabajan arriostrando la
respaldo silla lateralmente
1 funda pre armada (asiento y respaldo
27. La silla Valdés se hace conocida para el público en general después que Revista
PAULA le realiza una entrevista a Cristián Valdés para hablar de su silla. Sin
embargo, el suceso que precipita el que sea por todo Chile conocida, es el ser la
silla oficial donde se sentó el Papa, Juna Pablo II.
La silla Valdés tiene muchas singularidades que le han permitido destacarse de
otras sillas y de otras obras de diseño Entre ellas, la de ser traducción funcional y
estructural de una raqueta de tenis, manteniendo su misma expresión y modo de
construcción.
La calidad de las terminaciones, la fineza de sus curvas y lo ingrávida que se
presenta la silla, dejan saber de su funcionalidad, lo que se traduce
indefectiblemente en belleza.
La gracia de sus líneas, la manera como llega al piso y la condición material de
su totalidad, dan cuanta de un lenguaje absolutamente moderno, sin embargo es
posible leer algo del lenguaje art nouveau, con reminiscencias a Guimard, a Van
de Velde y otros, que realizaron formas misceláneas en fierro.
Evoca además la forma de la silla Reina Ana aunque con un lenguaje
absolutamente diferente.
Es un clásico del diseño, es un clásico chileno