2. Los hombres primitivos empezaron a dibujar hace miles de años, incluso antes
de que empezaran a escribir o a construir casas. Nuestros antepasados creían
que las pinturas tenían poderes fantásticos, y tal vez las hacían con algún
propósito religioso o mágico .
3. Las pinturas rupestres de Baja California a lomo de mula
La más grande e impresionante galería de pinturas de México se encuentra en
la parte media de la Península de Baja California, donde las montañas albergan
misteriosos murales rupestres de dimensiones descomunales. Una
oportunidad de realizar un recorrido entrañablemente decimonónico .
4. Las pinturas rupestres de Baja California se han encontrado en centenares de
sitios dispersos sobre cuatro grandes serranías, de las cuales la más famosa —y
la que ha obtenido el título nobiliario de Patrimonio de la Humanidad por parte
de la Unesco— es la Sierra de San Francisco. En ella hay dos cañadas
principales abiertas a visitas guiadas (la única manera de entrar a la zona): la
del arroyo de Santa Teresa y la del arroyo del Parral, cada una con media
docena de sitios de primer nivel con murales enormes.
5. La pintura es una de las artes más antiguas de México. La pintura rupestre en
territorio mexicano tiene unos 7500 años de antigüedad, y se ha manifestado en
las cuevas de la península de Baja California. En el México prehispánico está
presente en edificios y cuevas, en los códices mexicas, en la cerámica, en los
atuendos, etc.; ejemplo de ello son las pinturas murales mayas de Bonampak o
las de Teotihuacan, las de Cacaxtla y las de Monte Albán.