1. Niños con TDAH.
El TDA o trastorno de déficit de atención puede definirse como una condición presente
en el individuo caracterizada por dificultad para el control de impulsos, para centrar
atención en el desarrollo de tareas y en algunos casos , por un exceso de actividad
corporal, que interfiere en el
aprendizaje escolar, el control
conductual y la interrelación
social. Hay autores que
sostienen que esta condición
tiene una base
neurobioquímica y sus
síntomas pueden
incrementarse por una serie
de factores de tipo
socio/familiar y/o escolar. Es
importante destacar que el
diagnóstico de TDA es motivo
de gran discusión entre la
población de profesionales
dedicados al área de la salud. Entre psicólogos, psiquiatras y neurólogos existen
amplias discrepancias con respecto a la fiabilidad de los diagnósticos y con respecto a
la existencia o no de este trastorno. Así como hay discrepancias con respecto al
diagnóstico también lo hay con respecto al tratamiento que es necesario implementar
en estos casos.
Los científicos han comprobado que ciertos fármacos son útiles para controlar los
síntomas del TDAH. Estos fármacos permiten que las personas con TDAH se
concentren mejor. Las medicinas de metilfenidato (como Concerta, Ritalin LA, Focalin
XR o Metadate CD) modifican las señales químicas del sistema nervioso central. Las
investigaciones sugieren que esto puede ayudar a las personas con TDAH porque
aumenta el nivel de neurotransmisores en el cerebro, que reciben el nombre de
“dopamina” y “norepineprina”. Los neurotransmisores son sustancias químicas que
ayudan a transmitir mensajes entre las neuronas cerebrales. El metilfenidato se
presenta en forma de píldoras, pero también existen los parches, que se comercializan
bajo el nombre de Daytrana y se colocan sobre la piel para que el organixmo absorba
la medicina.
2. Los médicos suelen recetar con frecuencia
otros tipos de medicamentos para ayudar a la
gente con TDAH. Las anfetaminas (como
Adderall, Adderall XR, Vyvanse, Dextrostat y
Dexedrine) tratan el TDAH de una manera
similar que los metilfenidatos.
Otras medicinas que se recetan para el TDAH
actúan de forma diferente. No se trata de
medicamentos estimulantes como los que
hemos mencionado. Entre ellas está la
atomoxetina (como la Strattera) y algunos
antidepresivos (como el Wellbutrin).
Los médicos trabajan en estrecha colaboración
con el paciente que padece TDAH para
establecer qué medicamento será más
adecuado según los síntomas que presenta, sus circunstancias y si tiene otros
problemas de salud. No es nada raro que un médico deba recetar un par de
medicamentos antes de encontrar el que funciona mejor.
Los investigadores trabajan constantemente para desarrollar nuevos medicamentos
para tratar el TDAH.
¿Por qué NO MEDICAR a los niños con TDA?
Hay varias razones para hacer este planteamiento:
1. El diagnóstico de TDA es incierto. Hasta el momento, no existe ninguna
prueba ni neurológica, ni endocrina, ni un estudio de imágenes, ni un examen
de laboratorio que nos confirme que un niño (ni un adulto) tiene TDA. El
diagnóstico es conductual resultando preocupante la cantidad de cuestionarios
y test que han surgido con motivo del TDA, muchos de los cuales dan
resultados poco fiables, abultando las cifras del diagnóstico. Ante un
diagnóstico incierto y confuso no se debe optar por medicar a los niños sin
probar antes otras alternativas.
2. En segundo lugar están los posibles efectos secundarios. En relación a
3. Strattera (atomoxetina) el laboratorio que la produce señala que 4 de cada
1.000 niños que ingieren esta droga puede llegar a tener ideas suicidas. A
consulta psicológica llegan niños con ideas suicidas o con rasgos de depresión
generados por este medicamento. Con el metilfenidato (Ritalín, Concerta,
Rubifén, Medikinet) que es una de las drogas más utilizadas en el tratamiento
del TDA ocurre
que es una
anfetamina,
droga
potencialmente
adictiva aunque
los defensores
del uso de los
fármacos en el
TDA digan que
no. El
metilfenidato está catalogado como una droga similar a la cocaína. Todos los
fármacos utilizados para el TDA además, pueden producir otros efectos
secundarios como dolor de estómago, inapetencia, trastornos en el
crecimiento, tics, etc.
3. Existen terapias alternativas que pueden dar amplios beneficios a los niños
con TDA, entendiendo por Terapias Alternativas todas aquellas intervenciones
que, a través de agentes primarios no químicos pretenden mejorar la calidad de
vida de personas tanto sanas como con algún diagnóstico de disfuncionalidad.
Entre estas terapias pueden señalarse: bioterapia, reducación conductual,
terapia cognitivo-conductual, terapia visual, terapia auditiva, terapia de
reorganización neurológica, etc. Cada niño recibirá la terapia correspondiente
de acuerdo a los resultados de la evaluación psicológica practicada.
Las terapias alternativas funcionan. Antes de empezar a tratar a un niño es
indispensable practicar una evaluación psicológica exhaustiva que refleje las
áreas de disfuncionalidad y/o inmadurez del niño, y sobre esa base se sugerirán
cuáles son las terapias correspondientes.
Bibliografía: